Maoísmo: nuestro grito de guerra por el poder proletario VI

A continuación publicamos una traducción no oficial de la parte final de una serie de artículos publicados en Yeni Demokrasi. Anteriormente hemos publicado la parte I, parte II, parte III, parte IV y parte V.

Una de las aportaciones de Mao a la filosofía materialista dialéctica es su referencia a la existencia de “En el proceso de desarrollo de toda cosa grande existen numerosas contradicciones”. Hay que subrayar aquí la expresión “una de las aportaciones”. Ello se debe a que, expresado de este modo, parece ocultarse la relación de cada aportación con las demás. Sin embargo, estas aportaciones están entrelazadas; una revela o explica la otra. Cuando Mao dice que “En el proceso de desarrollo de toda cosa grande existen numerosas contradicciones”, redefine la contradicción, que entiende “como la esencia de la dialéctica”, en realidad y a un nivel superior, profundizando así en la filosofía. Vemos en casi todos los análisis científicos de la sociedad que hay muchas contradicciones en el proceso de desarrollo de toda gran cosa. Por supuesto, no sólo en los análisis de la sociedad, sino también en los análisis de todos los procesos complejos, se menciona la existencia de muchas contradicciones. Esta es una de las características fundamentales del análisis científico. Como ya hemos subrayado, la teoría de la filosofía no fue completada por Marx ni Engels, ni por Lenin ni Stalin. En este contexto cabe mencionar el capítulo de Lenin “En torno a la cuestión de la dialéctica” de sus “Cuadernos filosóficos” de 1915 y el “Materialismo dialéctico” de Stalin. La obra de Lenin “Sobre la cuestión de la dialéctica» es un esbozo. Aquí Lenin presenta los aspectos más concisos y fundamentales de la dialéctica materialista con una profundidad y riqueza nunca antes alcanzadas. Puede decirse que la obra de Stalin es un intento de completar esta obra. Pero incluso este intento es incompleto en lo que se refiere a la conclusión de la teoría. La aportación de Mao está a la altura de la culminación de esta teoría. Al decir que “En el proceso de desarrollo de toda cosa grande existen numerosas contradicciones”, Mao explica una característica fundamental de la filosofía en la que se basa el marxismo. Lo aclara explicando las categorías de “universalidad de la contradicción”, “particularidad de la contradicción”, “contradicción principal y aspecto principal de la contradicción”, “identidad y la lucha entre los aspectos de la contradicción”.

Esta tesis está implícita en todos los análisis científicos. Al analizar la sociedad capitalista, vemos que Marx comienza analizando el elemento más general, omnipresente y ubicuo de esta sociedad, la “mercancía”, como una contradicción, llegando gradualmente a “muchas contradicciones” y analizando cada una en relación con las demás. Engels hace un análisis similar en su “Dialéctica de la Naturaleza”. Darwin también hace un análisis semejante en su “Origen de las especies”. Sabemos que Lenin analizó “muchas contradicciones” juntas y en relación unas con otras en muchas de sus obras como “El imperialismo”, “El socialismo y la guerra”, “El derecho de los pueblos a la autodeterminación”. Stalin trató “muchas contradicciones” en casi todas sus obras, especialmente en “Cuestiones del leninismo”. En realidad, lo que Mao hace aquí es ampliar el vocabulario teórico de la filosofía materialista dialéctica para incluir esta característica de “toda cosa grande”.

Mao comienza la construcción de la teoría afirmando que el concepto de contradicción es la única esencia, la ley fundamental, el elemento fundamental de la filosofía que precede a todas las demás categorías. Esta concepción es esencialmente de Lenin, y Lenin subraya que hay que desarrollarla más. Lenin afirma: “La dicotomía de un todo único y el conocimiento de sus partes contradictorias (…) es la esencia fundamental de la dialéctica (si no su única esencia fundamental, sí una de sus ‘esencias’, una de sus características o síntomas fundamentales)… La justeza de este aspecto del contenido de la dialéctica debe ser verificada por la historia de la ciencia.” (Cuadernos Filosóficos en Obras Completas, Tomo 29, pág. 321).

Lenin señala que este tema se trata en diversos ámbitos no como epistemología, sino como “colección de ejemplos”, y señala que el tema debe tratarse desde este punto de vista. De estas afirmaciones se desprende claramente que el capítulo fue escrito con este propósito. El tratamiento que Mao da al tema como “epistemología” y “ley del conocimiento” es especialmente importante en este aspecto.

Se podría decir: “Incluso sin esto, sabemos que la dialéctica sirve para analizar tanto la realidad como el conocimiento. ¿Cuál es entonces el significado de “esencia”?

LEVANTAR EL VELO DEL SECRETO

Desde el principio, el campo de la filosofía fue un misterio para las masas. Aunque el idealismo se ocupaba exclusivamente del campo del conocimiento, la dialéctica en el campo de los conceptos no era el tema principal del materialismo, ya que fue formulada por Heráclito, un naturalista, sobre la base del “devenir”, el “fluir” y, por tanto, el movimiento. Hegel defendió que lo único que tiene valor de verdad es el “espíritu universal” e incluso llegó a decir que es “un ser interior implantado en nosotros por naturaleza”. Por eso Lenin añade a su afirmación de que “El idealismo inteligente está mucho más cerca del materialismo inteligente que el materialismo estúpido” lo siguiente: “Idealismo dialéctico en lugar de inteligente; metafísico, no desarrollado, muerto, tosco, rígido, en lugar de estúpido”. Utilicemos los términos como sugiere Lenin: “El idealismo dialéctico está más cerca del materialismo dialéctico que el materialismo metafísico, no desarrollado, muerto, tosco, rígido”. Sólo en la filosofía de Hegel se profundizó el método dialéctico como ley del conocimiento. Pero éste era un uso puramente místico. Lenin afirma que la filosofía de Hegel es inútil en esta forma. Sabemos que Marx se apartó de él, se acercó primero a Feurbach y pronto lo rechazó también, escribiendo las “Tesis sobre Feurbach”.

El encuentro de la dialéctica con el materialismo tuvo lugar con el gran paso dado por Marx y Engels. El materialismo ha alcanzado ahora la etapa del “materialismo inteligente”, es decir, del “materialismo dialéctico”. Con este paso, la filosofía adquiere un carácter científico. El método científico de investigación, el método científico de pensamiento, la teoría científica del conocimiento se convierten en las herramientas del pensamiento humano. Es también el resultado inevitable de las ciencias naturales, que en aquella época ya habían alcanzado cierto nivel, seguían desarrollándose y se desarrollarían aun más rápidamente. También es producto de la dinámica del desarrollo de la nueva sociedad, la sociedad capitalista.

Cuando Mao dice: “La lucha de clases es lo primero”, se refiere no sólo a la filosofía del marxismo, sino también al papel de la lucha de clases y de las ciencias naturales en el desarrollo de la filosofía en su conjunto.

“Durante largo tiempo en la historia, tanto en China como en Europa, el modo de pensar metafísico formó parte de la concepción idealista del mundo y ocupó una posición dominante en el pensamiento humano. En Europa, el materialismo de la burguesía en sus primeros tiempos fue también metafísico. Debido a que una serie de países europeos entraron, en el curso de su desarrollo económico-social, en una etapa de capitalismo altamente desarrollado, a que las fuerzas productivas, la lucha de clases y las ciencias alcanzaron en esos países un nivel sin precedentes en la historia y a que allí el proletariado industrial llegó a ser la más grande fuerza motriz de la historia, surgió la concepción marxista, dialéctica materialista, del mundo. Entonces, junto al idealismo reaccionario, abierto y sin disimulo, apareció en el seno de la burguesía el evolucionismo vulgar para oponerse a la dialéctica materialista.” En última instancia, la existencia determina el pensamiento: el desarrollo de las fuerzas productivas, de la lucha de clases y de las ciencias ha llevado a la filosofía del “mundo de los secretos” al nivel de la dialéctica materialista, que es el camino, el método para alcanzar el conocimiento de la historia, de hecho, de todo. En este punto merece la pena mencionar la afirmación de Mao de que “el proletariado industrial se ha convertido en la mayor fuerza motriz del desarrollo histórico”, lo que sin duda no es una coincidencia. El hecho de que el proletariado industrial carezca de propiedad y sea incapaz de crear una nueva sociedad de clases es la base de su compatibilidad con la estructura científica del materialismo dialéctico. La relación del materialismo dialéctico con el proletariado industrial es importante para el fin del período de luchas de clases en la historia. Esta relación debe ser particularmente enfatizada; debe ser estudiada, comprendida y explicada… Cabe señalar que “convertir la filosofía en un arma de las masas” de Mao, a lo que a menudo nos referimos cuando hablamos de sus aportaciones a la filosofía, también está relacionado con esto.

Mao afirma: “Esta concepción dialéctica del mundo nos enseña principalmente a observar y analizar el movimiento de los contrarios en las distintas cosas, y a determinar, sobre la base de tal análisis, los métodos para resolver las contradicciones. Por consiguiente, es para nosotros de singular importancia comprender concretamente la ley de la contradicción en las cosas.” Por último, con “nosotros”, Mao se refiere a los comunistas, a los dirigentes del camino histórico por el que marcha el proletariado industrial, a la vanguardia proletaria que se nutre de él, que se basa en su movimiento… Después de explicar que la dialéctica nos enseña a analizar el movimiento de las contradicciones y sobre la base de este análisis a encontrar métodos para resolver las contradicciones, Mao dice que lo más importante es comprender concretamente la ley de la contradicción. Esta es la base de las aportaciones de Mao. Mao lo aclaró primero en los ensayos “Sobre la práctica” y luego en “Sobre la contradicción”, completando así la teoría de la concepción dialéctica del mundo.

Explica la comprensión concreta de la ley de la contradicción a través de la relación abstracto-concreto/general-específico/universal-particular que establece bajo los epígrafes “universalidad de la contradicción” y “particularidad de la contradicción”. Esta sección del ensayo “Sobre la contradicción” contiene la comprensión básica de la “comprender concretamente la ley de la contradicción”. Ya hemos mencionado esto varias veces y señalamos una vez más que todas las revoluciones de la historia deben entenderse como el resultado de análisis concretos de las estructuras sociales implicadas, y que las revoluciones proletarias sólo pueden lograrse mediante estrategias específicas, específicas para cada país, basadas en un «análisis de las condiciones concretas». Concretamente, ninguna revolución es igual a otra, aunque sean cualitativamente idénticas. La realidad universal de las revoluciones proletarias no niega en absoluto el hecho que estas revoluciones deban basarse en análisis concretos. La particularidad en la universalidad y la universalidad en la particularidad es la comprensión indispensable de la concepción dialéctica del mundo. Sin esta comprensión no se puede entender la realidad. Sólo puede comprenderse a medias, lo cual es una de las formas de no comprender.

LA COMPLEJIDAD DE LO CONCRETO

A partir de este capítulo Mao habla de una “novedad” que el análisis concreto encuentra y formula por primera vez. Esta “novedad” es la tesis que “En el proceso de desarrollo de toda cosa grande existen numerosas contradicciones”. Efectivamente, hay muchas contradicciones en todos los procesos, a menos que se trate de un proceso simple y aislado. También los científicos tienen que enfrentarse a muchas contradicciones cuando analizan un acontecimiento, un proceso material o una formación. Analizando cada una de estas contradicciones en la medida de lo posible, intentan comprender o poder comprender el acontecimiento, el proceso material o la formación. Esto se aplica inevitablemente a todos los análisis de la lucha social.

Podemos decir finalmente que ésta es la marca de Mao en el campo de la filosofía. Una vez comprendida la ley de la contradicción como “la esencia” de la dialéctica, pasa a explicar el papel concreto que desempeña la contradicción en estos procesos, y aquí se aleja del concepto de “una contradicción” y se centra en el de “muchas contradicciones”. A continuación, se interesa por comprender el papel de «muchas contradicciones» en el proceso en cuestión. Términos como “contradicción fundamental”, “contradicción principal”, “contradicciones principales”, “aspecto principal en la contradicción” son descripciones de estos papeles. La cuestión de “la cantidad de contradicciones en el proceso de desarrollo de una gran cosa” es una de las cuestiones cruciales para determinar los programas, los principios y el camino que deben seguir las revoluciones. Sin este tipo de análisis es imposible comprender y analizar los procesos revolucionarios. Porque las revoluciones implican la resolución de muchas contradicciones. Muchas contradicciones de una estructura social se resuelven o se solucionan con las revoluciones. Este fenómeno constituye la base de la relación de Mao con las revoluciones. Su análisis de la sociedad implica la identificación y el análisis de las contradicciones. Analiza las relaciones de clase sobre la base de las contradicciones y evalúa la relación de cada clase con la revolución sobre la base de las contradicciones sociales. Este es el conocido análisis de clase. Pero analizar la clase a través de la filosofía, o quizás más exactamente a través de la epistemología, es una forma especial de la contribución de Mao a la filosofía. Esto es evidente en su ensayo filosófico “Sobre la contradicción”. Tras afirmar que una de las muchas contradicciones de un proceso determina o influye en las demás, Mao analiza el mundo entero e ilustra esta relación entre contradicciones de la siguiente manera: “En la sociedad capitalista, las dos fuerzas contradictorias, el proletariado y la burguesía, constituyen la contradicción principal. Las otras contradicciones, como las que existen entre los remanentes de la clase feudal y la burguesía, entre la pequeña burguesía campesina y la burguesía, entre el proletariado y la pequeña burguesía campesina, entre la burguesía no monopolista y la monopolista, entre la democracia y el fascismo en el seno de la burguesía, entre los diversos países capitalistas, entre el imperialismo y las colonias, etc., son todas determinadas por esta contradicción principal o sujetas a su influencia.” En la sociedad capitalista, es decir, en la sociedad mundial de nuestra época, todas las demás contradicciones están determinadas o influidas por la contradicción entre el proletariado y la burguesía. Esto no significa que todo o todas las contradicciones surjan o existan a partir de esta contradicción. Por supuesto, hay muchas contradicciones que son producto y resultado de esta contradicción. Las contradicciones entre el proletariado y la pequeña burguesía, entre la burguesía y el fascismo burgués, entre los capitalistas monopolistas y los capitalistas no monopolistas, entre el imperialismo y las colonias son de este tipo. Pero las contradicciones entre los restos feudales y la burguesía, o entre los restos feudales y el proletariado, son contradicciones que provienen de la continuación del período precapitalista. Sin embargo, la solución o resolución de cualquier contradicción depende de la resolución de la contradicción entre el proletariado y la burguesía. Por esta razón, Mao insiste también en el papel revolucionario del proletariado en condiciones de existencia de restos feudales. Piensa que no es posible eliminar los restos feudales sin avanzar por el camino de la solución proletaria. Este papel de la contradicción fundamental en la resolución de muchas contradicciones en un proceso social es el papel fundamental que los materialistas dialécticos adoptan como principio en la descripción y análisis de un proceso. Para la Revolución Proletaria Mundial, por ejemplo, el pasaje de Mao citado anteriormente es fundamental. El compromiso de Mao con la causa del proletariado y su pasión por la victoria del socialismo pueden verse claramente en este pasaje. Cualquiera que no se dé cuenta que la eliminación de los restos feudales requiere la dirección del proletariado, que atribuya de alguna manera esta eliminación a la burguesía, no es maoísta y no comprende el «papel de la contradicción principal entre muchas contradicciones» del materialismo dialéctico.

Cuando afirmamos esto, a menudo nos dicen: “No estáis analizando condiciones concretas, estáis siendo dogmáticos”. Además de referirnos a argumentos concretos, debemos recordarles que el materialismo dialéctico es la forma y el método científicos de analizar la realidad. “La existencia y el papel de la contradicción principal entre muchas contradicciones” no es un caso excepcional, sino una ley que siempre es válida y en la que se puede confiar plenamente en todo análisis científico: “Pero, ocurra lo que ocurra, no cabe ninguna duda que en cada etapa de desarrollo de un proceso hay sólo una contradicción principal, que desempeña el papel dirigente. De este modo, si en un proceso hay varias contradicciones, necesariamente una de ellas es la principal, la que desempeña el papel dirigente y decisivo, mientras las demás ocupan una posición secundaria y subordinada. Por lo tanto, al estudiar cualquier proceso complejo en el que existan dos o más contradicciones, debernos esforzarnos al máximo por descubrir la contradicción principal. Una vez aprehendida la contradicción principal, todos los problemas pueden resolverse con facilidad. Tal es el método que nos enseñó Marx en su estudio de la sociedad capitalista.” (Mao Zedong, Sobre la contradicción).

La tesis de Mao de “En el proceso de desarrollo de una cosa compleja hay muchas contradicciones y, de ellas, una es necesariamente la principal, ” es una de sus aportaciones fundamentales a la filosofía. Pero eso no es todo. Otra de las aportaciones decisivas de Mao es el concepto de “inestabilidad, desigualdad”. Este concepto fue formulado sin duda antes que Marx, pero ha sido un principio del materialismo dialéctico desde entonces. Mao, sin embargo, maximizó esta cuestión. No sólo afirma que el equilibrio no existe, que es temporal y relativo, sino que se distancia de la búsqueda del equilibrio. Es plenamente consciente que un marxista nunca puede aspirar al equilibrio. Entiende la universalidad de la contradicción como un proceso infinito y define la finitud de cada contradicción en su particularidad. Por eso dice que no puede haber equilibrio en el socialismo, ni siquiera en el comunismo. En este sentido, aparece como un revolucionario que habla constantemente del caos, se rinde al caos y defiende el caos. Sin embargo, lo esencial es el caos dentro de los propios procesos. Mao no habla de la creación del caos, sino de la inevitabilidad y continuidad del caos. El concepto de “creación” contradice al materialismo desde el principio. Los conceptos de los materialistas definen la realidad.

Mao habla de la inestabilidad de dos aspectos contradictorios de una contradicción de la siguiente manera: “¿cabe tratar de un mismo modo sus dos aspectos contradictorios? Tampoco. En toda contradicción, el desarrollo de los aspectos contradictorios es desigual. A veces ambos parecen estar en equilibrio, pero tal situación es sólo temporal y relativa, en tanto que la desigualdad es el estado fundamental.”

Mao explica esta desigualdad por la lucha “antagónica” entre los dos aspectos de la contradicción. Mientras que a una de las dos direcciones le corresponde determinar y mantener la contradicción, a la otra le corresponde garantizar que la contradicción termine y pase a una nueva etapa. Esto se aplica a todas las contradicciones. Por tanto, todo está condenado a la inestabilidad, a la ruptura. Mao lo demostró explicando las características de las direcciones contradictorias: “De los dos aspectos contradictorios, uno ha de ser el principal, y el otro, el secundario. El aspecto principal es el que desempeña el papel dirigente en la contradicción. La naturaleza de una cosa es determinada fundamentalmente por el aspecto principal de su contradicción, aspecto que ocupa la posición predominante.”

“Pero esta situación no es estática; el aspecto principal y el no principal de una contradicción se transforman el uno en el otro y, en consecuencia, cambia la naturaleza de la cosa. En un determinado proceso de desarrollo de una contradicción o en una etapa dada de éste, el aspecto principal es A y el aspecto no principal es B, pero en otra etapa o proceso, los papeles se invierten; este cambio lo determina el grado en que ha crecido o disminuido la fuerza de cada aspecto en su lucha contra el otro durante el desarrollo de la cosa.”

A la luz de todo esto, Mao dijo: “Hablamos corrientemente del ‘reemplazo de lo viejo por lo nuevo’. El reemplazo de lo viejo por lo nuevo es una ley universal, eterna e ineludible.”

EL SEÑOR DEL CAOS

La ley general, eterna e inviolable del universo también explica la relación de Mao con la complejidad. En su introducción a una recopilación de “Sobre la contradicción” de Mao y otros ensayos filosóficos, Zizek describe a Mao como un “señor marxista del caos”: “Por eso, se movilizaba y movía secretamente sus hilos del carnaval autodestructivo, Mao pudo permanecer inmune: nunca hubo ni por un momento una amenaza seria de que Stalin (o Mao) fuera ceremoniosamente apartado del poder, de que fuera tratado como ‘el rey de ayer, el mendigo de hoy’ – no era el amo tradicional, sino el ‘amo del caos”.

En parte es cierto que Mao no recibió el trato que Stalin recibió de los dirigentes soviéticos después de él. Decimos “en parte” porque hay que recordar que Stalin no fue tratado de repente como un “rey mendigo”. Es bien sabido que el ataque a Stalin comenzó de forma tímida, provisional y secreta. La ominosa resolución del XX Congreso del Partido sobre él, sobre su período, no se hizo pública durante mucho tiempo. A pesar de la hostilidad abierta en el Congreso, tanto Jruschov como Brézhnev siguieron defendiendo a Stalin. También hay que recordar que Mao fue esencialmente rechazado por la dirección inmediatamente posterior, la Gran Revolución Cultural Proletaria fue completamente negada, y sus avances hacia el socialismo fueron denunciados como sectarismo. “El rey de ayer, el mendigo de hoy” no es directamente así, pero hasta cierto punto lo es en los gobiernos de los países en cuestión. Pero ese no es el tema. Nuestro tema es el verdadero significado del término “reino del caos”.

Para muchos de nosotros, el término está asociado de primera mano a la humillación. El reinado del caos es un estatus en el carnaval basado en la idea que “en el proceso de invertir el orden y las costumbres, una persona con una profesión despreciada en la sociedad es elegida señor del caos por las familias extensas, y cuando el orden y las costumbres se restauran al final del carnaval, el señor del caos vuelve a su profesión despreciada”. Un estatus que se explica por la “inagotabilidad demoníaca” de Mao. Calificar a Mao de “señor del caos” se presta, en efecto, a una lectura invertida. Se trata, en efecto, de un marxista que, como todos los marxistas, que explica el caos y lo domina. Como hemos intentado explicar más arriba, Mao sostenía que la inestabilidad y la desigualdad son esenciales, que la realidad contiene muchas contradicciones, y que las contradicciones nunca pueden permanecer en equilibrio, aunque parezcan estarlo. No se trata de una situación que él “desee”, sino de la realidad misma. Mao es un materialista. Su obra “Sobre la práctica” es una declaración de esta identidad. La realidad es, utilizando los términos anteriores, “el proceso de desarrollo de toda cosa grande”. “En el proceso de desarrollo de toda cosa grande existen numerosas contradicciones.”. La inestabilidad y desigualdad de las contradicciones explica que todo gran proceso sea “caos”. Mao ve la realidad como un caos. Pero este caos puede ser reconocido, analizado y gestionado por la conciencia así creada. La “superación” nunca puede adoptar la forma de estabilizar y acabar con el caos. Eso contradiría la naturaleza de las cosas. Sería una definición subjetivista fruto de una falta de comprensión o de una interpretación sectaria de la realidad. Mao está a favor de la verdad y ésta es la fuente de la “soberanía del caos”. Como dijo el camarada Demirdag: “La verdad es revolucionaria”. La teoría filosófica de Mao Zedong de comprender la realidad y transformarla en una dirección revolucionaria ofrece enormes oportunidades al pueblo de hoy, especialmente al proletariado.

En resumen, la aportación de Mao Zedong a la filosofía es la culminación y teorización de la filosofía marxista. Esta teoría debe ser transferida a la conciencia de las masas. La capacidad de controlar el caos debe ser transferida a las masas. “Pero cuando despierte bajo la influencia de la vanguardia del ejército, histórico en campaña, compuesto por los “mejores hombres”, que han aprendido las enseñanzas de la ciencia moderna, la “gente común” entenderá que su tarea consiste en la reconstrucción radical de la sociedad (NB)” (Cuadernos Filosóficos, Plejánov sobre Chernyshevsky, en Obras Completas, Tomo 29, págs. 580-581).

Es un hecho indiscutible que Mao Zedong fue un teórico revolucionario único que, como la última de las “mejores mentes en adoptar los resultados de la ciencia moderna”, declaró que el período de las revoluciones proletarias era un período de “agitación”, que él era el mayor revolucionario, que por supuesto en una sociedad comunista las revoluciones continuarían en formas completamente diferentes…

(HECHO)

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