Myanmar: el régimen militar continúa su descomposición
Imagen de cabecera: mapa que muestra los avances y asedios en curso en la Operación 1027 en Myanmar. Fuente: The Irrawaddy
Este mes se cumplían tres años del golpe de estado dado por los militares en Myanmar en el año 2021, y la Operación 1027 cumple cuatro meses. La ofensiva inició a finales de octubre de 2023 y supuso un duro e inesperado golpe para el régimen militar de Myanmar, que lo hundió en una crisis política y militar, y de hecho la situación ha continuado empeorando desde entonces. Las cifras proporcionadas por medios locales dejan claro lo crítico de la situación de la Junta: decenas de vehículos blindados y piezas de artillería capturadas, cazas y helicópteros derribados, decenas de localidades y bases militares tomadas o bajo asedio, y constantes retiradas y pérdidas de control territorial por parte de la Junta.
Sobre esta situación de debilidad y la evolución de la ofensiva contra el régimen militar ya informamos a inicios de enero: “Un artículo publicado por el think tank estadounidense, Consejo de Relaciones Exteriores en junio 2023 dijo que la Junta estaba perdiendo la guerra. El artículo dice que desde el golpe, las fuerzas del régimen militar han pasado de 3-400.000 a 150.000, sólo 70.000 de las cuales son soldados de combate, como un resultado de las muertes, deserciones y desafecciones. Se señala que el régimen militar sigue perdiendo territorio, y que no es capaz de recuperarlo. Se dice que el régimen militar sólo mantiene un control estable en alrededor del 20% de los municipios del país. La situación de la junta militar parece haberse debilitado más desde ese momento.” El poder del régimen militar continúa deteriorándose y ha perdido control sobre más territorio que estaba disputándose con la resistencia desde el inicio de la Operación 1027.
En el estado de Rakhine, el Ejército Arakan, parte de la resistencia que se enfrenta a la Junta, ha tomado varias bases militares capturando grandes cantidades de material. El ejército del régimen militar muestra su desmoralización y falta de fe en el régimen, y precisamente en esta zona se tienen noticias de centenares de deserciones de militares hacia el país vecino, Bangladés.
Ante esta crisis militar, la Junta ha establecido nuevas medidas para asegurar el reclutamiento de la gente joven. Ya existía una ley de reclutamiento desde hace años, pero ahora se quiere poner esfuerzos reales en reclutar a todos los jóvenes, hombres y mujeres, por periodos entre 2 y 3 años, y en caso de estar en estado de emergencia, deberán cumplir un servicio militar de hasta 5 años. Por otra parte, la Junta también ha anunciado que muy probablemente extenderán el estado de emergencia, que actualmente sigue vigente, en agosto, por otros 6 meses más.
Además de intentar reforzar las maltrechas fuerzas represivas del viejo Estado, la Junta Militar sigue intentando sofocar la resistencia del pueblo aplicando mayor terror sobre él. Se informa de fuertes bombardeos contra localidades desde donde la resistencia ha estado operando e infligiendo duros golpes al régimen militar. Estas masacres cuentan con la complicidad inequívoca del imperialismo. Recientemente se ha conocido la intensa implicación del imperialismo australiano, especialmente de los monopolios mineros en el país, que en colusión con el imperialismo chino han seguido expoliando los recursos mineros del país oprimido. Esto ha servido para seguir manteniendo al régimen burocrático-terrateniente y sus crímenes contra el pueblo.