Un gobierno “ecologista” al servicio del imperialismo
Imagen de cabecera: RT
Publicamos un articulo de la página web de noticias Nueva Democracia
El Plan Colombia para las masas de nuestro país trajo consigo la mayor cantidad de desplazados en toda la historia, una fuerte represión al movimiento popular y estudiantil, el aumento de las masacres contra las masas y el gran fortalecimiento del paramilitarismo.
Desde el gobierno de Juan Manuel Santos en 2015 se adelantan una serie de permisos y construcciones en la isla Gorgona, en el municipio de Guapi, departamento del Cauca para construir una subestación de guardacostas financiada por la Oficina Internacional de Asistencia Antinarcóticos de Estados Unidos. La excusa histórica del imperialismo yanqui para ganar mayor control militar de nuestra nación es la guerra contra el narcotráfico. La misma justificación utilizaron en 1999 con la implementación del Plan Colombia, que implicó una financiación de más de 10.000 millones de dólares, el mayor apoyo financiero militar después del concedido a Israel.
La isla tiene una posición geoestratégica clave, sirvió gran parte del siglo pasado como una zona de comercialización y abastecimiento entre Panamá y Perú. Aún así, las fuerzas militares estadounidenses dicen que es una necesidad controlar la isla porque por allí se transporta el 37% del cargamento de coca anualmente.
Planean la construcción de un muelle de 170 metros, una torre con un radar de vigilancia en el punto más alto de la isla, un tanque para almacenar 5.000 galones de combustible y 3 edificios para alojar a los militares y altos mandos del ejército. En 2019 terminaron la construcción de la torre de vigilancia y en 2022, ya posesionado el gobierno de Petro, iniciaron la construcción de los edificios y el tanque para combustible.
Las comunidades indígenas de Guapi se movilizaron desde el 2015 contra este proyecto pues representaba una gran amenaza ecológica para la gran biodiversidad que existe en la isla y en ese sentido, para el trabajo de la población de la zona que en su mayoría se dedican a pescar. Además, las comunidades han advertido un posible desplazamiento de este sector con la excusa de la seguridad estratégica militar de Estados Unidos; así sucedió el 2 de octubre que mientras la isla estaba cerrada y puesta en cuarentena por una supuesta gripe aviar, sorpresivamente aterrizó un helicóptero con personalidades estadounidenses, junto al comandante de guardacostas Javier Bermúdez y el jefe del parque nacional Gorgona que se quedaron durante 4 horas y analizaron las construcciones realizadas. Esta denuncia fue realizada por organizaciones de Guapi y Bazan.
Por las protestas y denuncias hechas por las comunidades, Petro se vio empujado a pausar el proyecto en febrero de 2023.
El gobierno de Petro se ha posicionado como el más ecologista del continente, sobre todo actualmente en medio de los incendios generados por el fenómeno del niño y la crisis climática global generada por el imperialismo. Sin embargo no ha sido claro sobre los reclamos de los pueblos indígenas de Guapi que llevan más de 9 años denunciando el riesgo ecológico que representa la construcción de la base militar yanqui. De hecho, el pasado 24 de enero estuvo en el municipio donde se alcanza a notar a los pobladores reclamándole la situación con la isla Gorgona y exigiendo que les devuelvan su territorio mientras Gustavo Petro apresura su retirada del lugar.
”RECHAZAMOS que el presidente @petrogustavo y la vicepresidenta @FranciaMarquezM hayan decidido NO RESPONDER a la comunidad en Guapi que de principio a fin se manifestó en defensa de la Soberanía nacional y la biodiversidad del PNN Gorgona: ¡Devuélvannos Gorgona! #SOSIslaGorgona pic.twitter.com/aDoH8jNDwr”
— Comité Salvemos Gorgona (@ComiteGorgona) January 27, 2024
Ese el carácter lacayo del gobierno oportunista que sirve de colaborador con el imperialismo yanqui para desarrollar, fortalecer y concretar sus planes de mayor control de nuestro país robusteciendo el carácter semicolonial de nuestra sociedad y profundizando mayor represión, desplazamiento y sufrimiento de las masas en las zonas donde el ejercito estadounidense desarrolla sus reaccionarios planes.