El circo electoral está alcanzando su pico en Bangladés
El domingo, 7 de enero, serán las elecciones en Bangladés. Durante meses, el país ha vivido escenas de alzamientos de masas, por ejemplo, las luchas de los obreros textiles, así como protestas anti-gobierno en verano.
Antes de las elecciones, se han desarrollado protestas. Entre el 3 de enero y el 6 de enero, al menos a 19 espacios para votar les han prendido fuego, así como a una docena de escuelas, autobuses y otras infraestructuras públicas. En total, se han registrado más de 303 ataques con fuego en el país desde el 28 de octubre.
Las elecciones es un momento importante para los Partidos de las clases dominantes. Durante el periodo del 29 de diciembre hasta el día de las elecciones, el ejército ha sido desplegado en las calles. Cualquier tipo de reunión política, a parte de los eventos electorales, ha sido prohibida desde el 18 de diciembre. Durante meses, los dos principales representantes de las diferentes secciones de las clases dominantes, del Partido Liga Awami (LA), el gobernante, y el Partido Nacionalista de Bangladés (PNB), la “oposición”, se han enzarzado en una furiosa lucha, en la cuál intentan canalizar la furia justificada de las masas en el país que el pueblo sufre bajo la explotación más ruda de los imperialistas, bajo la inflación rampante y gran la represión de los derechos demo-liberales. Sin embargo, las masas han excedido en múltiples ocasiones el marco de la lucha entre ambos partidos dentro del sistema burocrático-feudal. La represión, que durante décadas ha sido constante, con miles convirtiéndose en víctimas de asesinatos extrajudiciales y desapariciones forzosas, se ha incrementado en los últimos meses, convirtiendo los arrestos en algo cotidiano. 1,6 millones de personas, la mitad de ellos “personal de seguridad” van a “mirar de cerca” las elecciones. Se incluye agentes de los imperialistas, quienes están para garantizar unas “elecciones libres y justas”, las cuales han sido pedidas especialmente por EE.UU. en varias ocasiones. EE.UU. también ha impuesto sanciones contra todos aquellos que intentan “interferir” con el proceso electoral. En general, se puede ver la “pontificad” del circo electoral y el forzar a las masas dentro de los límites de éste.
También EE.UU. ha impuesto sanciones contra todos aquellos que intentan “intervenir” en el proceso electoral. Además, antes ha impuesto sanciones sobre el Batallón de Acción Rápida, una unidad “anti-crimen y anti-terrorista” de la policía bangladesí, la cuál ha cometido muchos asesinatos extrajudiciales y torturado. El periódico estadounidense The Diplomat expone las preocupaciones del imperialismo estadounidense: “China y Rusia están alineados en limitar la influencia política estadounidense en Bangladés”, diciendo que el pueblo de Bangladés busca a EE.UU. para la “democracia”. De forma similar, Rusia ha enviado observadores a Bangladés acusando a EE.UU. de intervenir en las elecciones.
El PNB ha exigido que las elecciones sean organizadas por un relator gubernamental “imparcial”. Puesto que esto no ha ocurrido, ahora está boicoteando las elecciones – aunque sólo exige unas elecciones bajo sus términos, seguramente tan “sucias” como las actuales, incapaz de responder a las demandas del pueblo en el país semi-feudal y semi-colonial en el que se desarrolla el capitalismo burocrático.