Brasil: Manifestación por Diego y represión contra el histórico Campamento Manoel Ribeiro

Imagen de cabecera: Manifestación por la liberación inmediata de Diego. Fuente: A Nova Democracia.

El pasado 23 de agosto se celebró la manifestación contra el injusto encarcelamiento de Diego, acusado de transportar un fusil que iba con el pasajero que transportaba al ser conductor de mototaxi. Diego es un preso que ha sido encarcelado arbitrariamente por la Policía Militar (PM), a quien además no se le permite que reciba visitas de su familia desde su injusto encarcelamiento en julio. El Centro Brasileiro de Solidariedade aos Povos [Centro Brasileño de Solidaridad de los Pueblos – CEBRASPO], hizo un llamamiento que reproducimos recientemente.

A Nova Democracia, periódico brasileño, publica las declaraciones de CEBRASPO: “No vamos a dejar que esto suceda. Porque nosotros estamos aquí, en varias entidades, apoyando a los familiares, apoyando a todos aquellos que hoy sufren injusticia en este país. Un día Brasil se va a librar de todos estos canallas que quieren transformar nuestro país en una inmensa prisión, en un cementerio. ¡Abajo la prisión del compañero Diego! ¡Diego es trabajador!”

También, el 25 de agosto ocurría una nueva audiencia del juicio de persecución política contra el histórico Campamento Manoel Ribeiro. Este campamento dirigido por la Liga Dos Camponeses Pobres [Liga de los Campesinos Pobres – LCP] fue atacado en 2021 por las fuerzas de represión. Desde ese momento, los campesinos Estefane, Ricardo, Ezequiel y Luiz Carlos han sido perseguidos políticamente, pagado grandes multas e ingresado en prisión durante siete meses. Ahora los compañeros se encuentran en libertad condicional.

Los cuatro campesinos están acusados de utilizar radiotransmisores de uso restringido, pero éstos fueron colocados por la Policía Militar en el momento de la detención. La LCP en su comunicado previo, que puede leer en un artículo previo, denunciaba que la detención se realizaba “porque participaron en el histórico Campamento Manoel Ribeiro, entre Corumbiara y Chupinguaia, luchando para liberar de las garras de los latifundistas la última parte de la antigua hacienda Santa Elina”.

La LCP también denunciaba en su comunicado cómo esto no es sino una reacción del viejo Estado el cuál no tiene otra forma de detener a aquellos que luchan por la tierra: “Lejos de demostrar fuerza, todo el terrorismo del viejo Estado demuestra su debilidad, la desesperación y el temor que tienen los terratenientes y sus sabuesos, de que las masas de campesinos pobres sin tierra o con poca tierra encuentren un rumbo justo y combativo, como los LCP, y como un torrente impulsar la Revolución Agraria. Mientras la tierra esté concentrada en manos de un puñado de terratenientes parásitos, los campesinos carecerán de ella y seguirán luchando, cada vez con más experiencia y voluntad de utilizar todos los medios necesarios para conquistar la tierra, sus justos fines y aspiraciones”.

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