Lula y el latifundio brasileño en las negociaciones UE-MERCOSUR
El sábado 24 de junio concluía la gira de Lula por Europa para continuar las negociaciones del Acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Mercosur [Nota del autor: Mercado Común del Sur, acuerdo económico entre países semicoloniales y semifeudales de América Latina, liderado por Brasil]. Lula finalizó la gira pidiendo “dejar a un lado la arrogancia” y “sentido común” para lograr un final favorable para las negociaciones. Se alcanzó un principio de acuerdo en el año 2019, después de 20 años de negociaciones, durante el gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil, pero quedó pendiente de ratificación durante los últimos años.
Este acuerdo comercial interesa a los monopolios europeos y a los latifundistas brasileños. Estos últimos podrían exportar aproximadamente 99.000 toneladas de carne a Europa, con tasas arancelarias reducidas, aumentando así sus beneficios. También se vería incrementada la exportación de soja y etanol, lo que supondría grandes beneficios para los latifundistas. En la actualidad, el comercio entre la UE y Brasil es de alrededor de 100 mil millones de dólares al año, y el país latinoamericano exporta principalmente productos agrícolas.
Durante estas últimas semanas aparentemente hubo desacuerdos entre Lula y la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y también negociaciones tensas con el Presidente de Francia, Emmanuel Macron. El punto central de las negociaciones durante esta semana, que habrían llevado a un retraso de la firma del acuerdo, serían las exigencias “verdes” de los países imperialistas europeos a Brasil. Entre ellas habría una serie de sanciones, por ejemplo el posible veto a la importación de productos agrícolas relacionados con la deforestación y con el cambio climático. Lula se ha mostrado muy reticente a estas medidas, a pesar de que durante la campaña electoral de 2022 prometió que acabaría totalmente con la deforestación, usando esto como arma electoral contra Bolsonaro.
Mientras Lula aparentemente tensa la cuerda de las negociaciones, a su vez busca activamente llegar a un acuerdo desde el primer momento, por lo que es una contradicción aparente, pero siempre está actuando en favor de los intereses de los latifundistas. El presidente del Estado brasileño siempre ha tenido una posición clara al respecto del acuerdo: firmarlo cuanto antes. A principios de año, se reunió con el con el Canciller alemán Olaf Scholz y dejó clara esta cuestión. En estas últimas semanas, tanto von der Leyen, como el propio Lula, han afirmado que quieren dar de plazo este año para firmar el acuerdo.
Esta defensa de los intereses del latifundio por parte de Lula se lleva dando desde el inicio de su gobierno. Lula está pugnando duramente por mantener intactos los intereses del latifundio y hacer crecer sus beneficios. Tras las últimas negociaciones con Macron, el presidente del Estado brasileño era claro al respecto: “Intento hablar con Macron, porque Francia es muy dura defendiendo sus intereses agrícolas… es maravilloso que defiendan su agricultura, pero deben entender que otros también tienen el derecho de defender la suya”. Los otros grandes beneficiados del acuerdo serán los imperialistas miembros de la UE, ya que incrementarán las exportaciones a Brasil, en concreto productos manufacturados como maquinaria, profundizando aun más en la gran sujeción de la economía brasileña hacia el imperialismo. Ante esta situación, Lula está pidiendo que se desbloquee el acuerdo, que el proteccionismo francés ceda y que se consiga un verdadero acuerdo de supuesto “libre comercio” para vender el país cada vez más al imperialismo.