Brasil: campesinos resisten nuevos ataques por parte del viejo Estado y los terratenientes

Imagen de cabecera: incursión ilegal de la Policía Militar y RONE en el campamento Nueva Esperanza. Fuente: A Nova Democracia

Esta semana A Nova Democracia ha reportado sobre las novedades en dos campamentos de campesinos, que ocupan la tierra para exigir el derecho a ella para quien en ella vive y la trabaja.

El campamento Mãe Bernadete ha sufrido nuevos ataques a manos de pistoleros. Ya reportamos previamente sobre diferentes ataques ocurridos en el campamento Mãe Bernadete y los diferentes ataques de la empresa CALSETE, quien a pesar de no ser los dueños de las tierras, así lo reclaman y exigen mediante el poder judicial y las fuerzas armadas (pistoleros y fuerzas estatales) que los campesinos abandonen la tierra en la que no se había cultivado nada en 20 años. La empresa también acumula 11 millones en multas ambientales:

Ahora, los campesinos han conseguido un gran apoyo local, que ha hecho que incluso el ayuntamiento esté, supuestamente, de su lado. Esto ha dificultado a CALSETE conseguir más pistoleros, incluso aumentando la tarifa. Los campesinos han bloqueado la carretera BR 030 que cruza la finca bajo el eslogan “¡Fuera CALSETE, parásitos de nuestras tierras! ¡La hacienda Lagoa dos Portacios es nuestra!” y cada vez más vecinos se unen y se organizan para tomar la tierra del campamento.

Sin embargo, la represión no ha finalizado, el pasado 23 y 24 de marzo, pistoleros de CALSETE, que tuvieron que traer de Crinhanha, a 505 km) dispararon armas de fuego contra la base del campamento Mãe Bernadete. Testigos afirmaron que escucharon más de 50 disparos de pistolas y revólveres en el bosque, a 100 metros de los lotes de familias con una clara intención de intimidar. También un coche persiguió a las familias y a los campesinos.

Esto es un claro ejemplo de la ligazón entre los pistoleros y las fuerzas armadas estatales, ya que dos miembros de la empresa son Policías Militares del Estado de Bahía, como señala AND.

ABRAPO (Asociación Brasileña de Abogados del Pueblo) ya ha denunciado esta situación ante varias instituciones y ha pedido que CALSETE sea el responsable de los crímenes.

Como indica AND, esto indica lo desesperada que está la empresa CALSETE y su dueño, Lineu Fernandes, que ve cómo los campesinos han tomado la hacienda: “Lineu perdió! ¡La Hacienda Lagoa dos Portácios pertenece a los campesinos y ninguna cobardía durará más que la perseverancia, el coraje y la valentía del fuerte pueblo de Bahía, organizado por la intrépida Liga de los Campesinos Pobres!”.

También en el campamento Nueva Esperanza, en la Región Metropolitana de Curitiba, se ha denunciado una gran agresión por parte de la Policía Militar y el Batallón de Rondas Especiales (RONE) que comenzó el 1 de abril.

Tras la muerte del soldado Gabriel Thomaz Feurstein Fadel, hijo del primer ministro coronel Milton Fadel, quien fue hallado en un coche de la propia familia, se ha realizado unas redadas intentando atemorizar a toda la zona, muy violenta y sin orden judicial. Se lleva a cabo aunque supuestamente se haya capturado al culpable.

Los vecinos informan de que cuatro vehículos entraron en el campamento e invadieron las viviendas. También se denuncia que la Policía Militar y RONE torturaron a una mujer delante de sus hijos y la comunidad.

Los vecinos consiguieron expulsar a los atacantes, la Policía militar y el RONE, mientras les gritaban “matones” y “delincuentes”. Sin embargo, también se denuncia que mientras esto ocurría, los policías, despiadadamente, intentaron agredir a un niño. Los campesinos han levantado barricadas y han impedido y resistido ante los nuevos intentos brutales e ilegales de invadir sus tierras.

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