Finlandia: Apuntes sobre la primera vuelta de las elecciones presidenciales

Imagen de cabecera: foto de Yleisradio

A continuación publicamos esta traducción no oficial del artículo publicado en Punalippu.

El resultado más importante de la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el domingo 28 de enero no fue la elección de Alexander Stubb (Coalición Nacional) y Pekka Haavisto (Los Verdes) a la segunda vuelta, sino el éxito de Jussi Halla-aho (Partido de los Finlandeses).

Halla-aho recibió en las elecciones un 19,0 por ciento de apoyo, lo que corresponde al apoyo del Partido de los Finlandeses. Halla-aho también pareció apegarse a la línea y al mensaje de su partido en lugar de intentar pescar votos separándose de su partido, a diferencia de Stubb, Haavisto y Olli Rehn (Partido del Centro). Esto demuestra que la línea de la política exterior del Partido de los Finlandeses obtuvo un apoyo considerable. No se trata sólo de una política específica de inmigración, que en la mayoría de los casos ni siquiera pertenece al ámbito de la política exterior, sino de toda la línea de política exterior.

En elecciones presidenciales anteriores, el Partido de los Finlandeses no ha llegado ni cerca de lo mismo. En 2012 Timo Soini obtuvo el 9,4% de los votos y en 2018 Laura Huhtasaari obtuvo el 6,9%, además hay que contar con Paavo Väyrynen, que buscaba parcialmente los mismos votos (en aquel momento como candidato de una asociación electoral), quién obtuvo el 6,2%. Así, sólo en estas elecciones el Partido de los Finlandeses se convirtió en una línea a tener en cuenta en política exterior.

Detrás de este cambio hay tres factores en especial: 1. La guerra en Ucrania, 2. El programa de trabajo del Partido de los Finlandeses, 3. La consolidación del Partido de los Finlandeses en el ámbito político. La guerra en Ucrania se ha utilizado para inflamar sentimientos patrióticos y antirrusos en Finlandia, y Halla-aho personifica esos sentimientos más claramente que cualquier otro candidato, con la posible excepción del investigador Mika Aaltola. El trabajo programático realizado en el Partido de los Finlandeses durante el mandato de Riikka Purra ha ayudado al partido a pasar de ser un movimiento de protesta «de un solo tema» a ser un partido establecido cuyo apoyo también es relativamente estable.

Esto indica un cambio en la posición de la política exterior de Finlandia. El predecesor del Partido de los Finlandeses, el Partido Finlandés Agrario estaba completamente al margen de la política exterior debido al “antisovietismo”, y tampoco el Partido de los Finlandeses no podían ser más que un contramovimiento euroescéptico en lugar de una alternativa. La guerra en Ucrania, la ruptura de los lazos con Rusia y la membresía en la OTAN han cambiado la situación.

A la misma conclusión llegó también Stubb, el ganador de la primera vuelta , que intenta cortejar a los partidarios de Halla-aho en la segunda vuelta: “La gente tiene que entender que el Partido de los Finlandeses y su línea han llegado a Finlandia como una fuerza política permanente y, en mi opinión, una fuerza política constructiva…”

En el pasado, el Partido de los Finlandeses lograron aumentar la participación electoral, especialmente en las elecciones parlamentarias. Esta vez, este fenómeno se puede observar también en las elecciones presidenciales, donde votó el 74,9% en la primera vuelta. Es probable que la participación disminuya en la segunda vuelta, especialmente al no participar el Partido de los Finlandeses. La misma valoración ha sido presentada entre otros, por el investigador Markku Jokisipilä.

Candidatos de segunda ronda

Hay que reiterar y subrayar que ninguno de los candidatos es en modo alguno progresista ni siquiera un “mal menor”.

Stubb ha subrayado el carácter corporativo de la institución presidencial: “Mi mensaje básico es que el Presidente de la República no puede ser una persona que esté solamente de lado de una opinión, sino que debe escuchar, comprender, preocuparse y debatir. Una vez más, digo que ésta no es una elección política partidista. Son elecciones de una persona”. También subrayó en la noche electoral que detesta inflamar la polarización y subraya, repitiendo el eslogan principal de su campaña, que “el Presidente de la República debe ser un factor unificador”.

En el mismo contexto, Haavisto reafirma sus posiciones reaccionarias más importantes, que están unidas a las de Stubb, y al mismo tiempo subraya el consenso como elemento básico del corporativismo: “Estamos muy de acuerdo en cuestiones importantes de la política de seguridad: la pertenencia a la OTAN, el Acuerdo de Cooperación en Materia de Defensa con los Estados Unidos, siendo estricto y duro con respecto a la frontera del este, y no es malo que exista un consenso tan amplio sobre cuestiones clave de política exterior en Finlandia. Esto fortalece a los finlandeses”. Además de estos, Haavisto expresó su apoyo entre otras cosas, a la congelación de la financiación de la UNRWA. Teniendo esto en cuenta, no hay razón para pensar que Stubb sea un peor recadero de EEUU: en este aspecto, Stubb y Haavisto son igualmente malos en este sentido.

Ambos también confirman el papel del presidente en la política interna. Haavisto dice en misma entrevista: “Un tema que recientemente ha surgido en el debate, además de la política exterior y de seguridad, es la pobreza de los finlandeses, la desigualdad, el desarrollo de diferentes regiones, la situación en el este de Finlandia. La gente tiene este tipo de preocupaciones y quiere un presidente que comprenda las preocupaciones del pueblo finlandés común y corriente. Incluso si el presidente no decide sobre estos temas, tiene que conocer Finlandia”.

Stubb secunda a Haavisto en la misma entrevista. A su vez, explica a Iltalehti sus posiciones en materia de política interior y económica, con la evidente intención de cortejar a los partidarios de un partido: «Cuando hablo al mundo sobre la sociedad finlandesa, una parte de ella es la socialdemocracia tradicional. Estamos hablando de servicios de bienestar y educación o redes de apoyo y política social».

En general se espera que Stubb sea elegido presidente. Teniendo en cuenta el papel corporativo del papel del presidente, es necesario recordar en este contexto que Stubb es un completo aficionado en asuntos distintos de la política exterior y de seguridad, que ha atraído muchas críticas en su época como primer ministro, como ministro de finanzas y como líder de la Coalición Nacional. Esto predice que aumentará la inestabilidad del sistema político del imperialismo finlandés.

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