Epidemia de Dengue en Brasil: ¿tubo de ensayo para la guerra entomológica?
A continuación publicamos un resumen de un artículo publicado en A Nova Democracia.
En este año 2024 se han estado registrando los peores números de casos de infecciones de dengue en la historia de Brasil. A Nova Democracia (AND) informa que en relación a los primeros meses del año, “fue registrado un aumento del 315% en relación con el año 2023. En números absolutos eso representa un aumento de 165.839 casos a 688.461, lo que supondría casi la mitad de los casos totales del año pasado. Entre esos, más de 5.000 son graves, un crecimiento en este caso del 196% en relación con el mismo periodo del año pasado. Entre muertes confirmadas y sospechadas, también ya hemos llegado a casi la mitad del número registrado en 2022, que antes fue el peor de la historia.” [Todas las traducciones de citas, son traducciones no oficiales por nuestra parte].
Según los monopolios de prensa esto llegaría por una disminución de visitas de agentes de salud durante la pandemia. Ahora bien, lo que puede parecer algo natural debido a las condiciones del país, también está vinculado con la negligencia aplicada por el viejo Estado hacia el cuidado del pueblo brasileño, especialmente en barrios pobres, y a investigaciones llevadas a cabo sobre los mosquitos transmisores del dengue y coincidentes en el tiempo con estas epidemias.
El diario AND explica los inicios de las investigaciones de edición genética del mosquito transmisor del dengue en Brasil: “La investigación sobre el uso de la edición genética para combatir el vector Aedes Aegypti fue iniciada en 2011 en Brasil por el monopolio farmacéutico Oxitec , de propiedad yanqui . Sin embargo, no fue hasta 2015 que los primeros “ mosquitos Aedes do bem”, como se les llama comercialmente, fueron liberados en Itaberaba y Juazeiro, en Bahía. Este año, tuvimos uno de los mayores brotes de dengue en el país en toda su historia, que sólo sería superado por el brote de 2022.”
Hubo más liberaciones de mosquitos en los años 2019, 2021 y 2022 en múltiples zonas de Brasil. A partir del año 2022 un monopolio farmacéutico japonés, Takeda, se implica en las operaciones de liberaciones de mosquitos en Brasil. A día de hoy produce las vacunas Qdenga, compradas por el gobierno brasileño. En 2023, se sumó a estas operaciones el Programa Mundial de Mosquitos de la ONU, liberando miles de millones de mosquitos como medida para controlar la reproducción de la especie transmisora del dengue, el Aedes aegypti. AND apunta la consecuencia de esta nueva liberación masiva: “En 2023, el Programa Mundial de Mosquitos de las Naciones Unidas liberó sus propios mosquitos modificados genéticamente y, en 2024, tendremos una nueva epidemia récord.” De forma simultánea estos grandes monopolios recibían adjudicaciones para producir y administrar millones de vacunas.
Al respecto de las conexiones de estos monopolios y sus investigaciones, con su uso como mecanismo represivo por parte del imperialismo y las clases dominantes, AND señala la relación entre la fundación Bill Gates como uno de los principales agentes investigadores de estos mosquitos, y una agencia del Pentágono, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA): “En 2017, Bill Gates pagó 1,6 millones de dólares a una agencia de relaciones públicas para bloquear la moratoria propuesta por la ONU sobre la cuestión de la edición genética hasta que se pudiera establecer su seguridad. Según correos electrónicos obtenidos por el Grupo ETC, Emerging Ag reclutó a más de 65 expertos, incluido un alto funcionario de la Fundación Gates, un empleado de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del Pentágono y científicos que también recibieron financiación de DARPA para convencer a la ONU de no detener la investigación sobre la edición de genes hasta que se declare segura. DARPA, en general, desempeña un papel destacado en la investigación de edición de genes en varios sectores. (…) DARPA también ha estado realizando investigaciones sobre edición genética de insectos en cultivos, sin determinar riesgos potenciales y bajo una total falta de transparencia.”
En conclusión este uso de edición genética de mosquitos obedecería a dos usos principalmente: al aumento de beneficios de los monopolios, desatando un problema y una supuesta solución al mismo; la creación de nuevas herramientas para la guerra de baja intensidad, lo cuál es del interés de los imperialistas y sus lacayos para las guerras de baja intensidad contra el pueblo. Esto último puede tener más protagonismo aún en el caso de guerras de baja intensidad contra pueblos combatientes como es el caso mismo del pueblo brasileño, que ha destacado durante los últimos años en el crecimiento de sus protestas y la lucha, especialmente en el campo.