El gobierno brasileño reforzará la presencia militar prolatifundio en Paraná

Ayer informábamos de ataques del latifundio contra el campesinado indígena Avá-Guarani en el oeste de Paraná. Justo A Nova Democracia (AND) acaba de informar que el gobierno enviará más tropas a la zona. A continuación compartimos una traducción no oficial de un artículo publicado por AND.

El Ministerio de Justicia del gobierno de Luiz Inácio afirmó hoy (4 de enero) que reforzará la presencia de la Fuerza Nacional en tekoha Yvy Okaju, en el oeste de Paraná, después de que un asalto de bandas armadas al servicio del latifundio dejó varios indígenas heridos. Es poco probable que enviar militares resuelva la crisis, dado que la Fuerza Nacional ya ha actuado varias veces al servicio de terratenientes y bandas de pistoleros.

La medida se tomó luego de que cuatro indígenas fueran tiroteados por pistoleros, entre ellos un niño de 7 años, un adolescente de 14 y otros dos jóvenes de 25 y 28 años. Los asaltos tuvieron lugar los días 29, 30 y 31 de diciembre de 2024.

En el ataque del 29 de diciembre, bandidos que trabajaban al servicio de los terratenientes incluso prendieron fuego a plantaciones indígenas y vegetación alrededor del tekohá. Los ataques también destruyeron los suministros de agua y alimentos de los indígenas.

Militares prolatifundio

Para los indígenas la Fuerza Nacional no representa ninguna esperanza. Incluso antes del nuevo anuncio del gobierno, los indígenas ya denunciaban que, a pesar de las alertas de un ataque inminente hace más de un mes, los militares no hicieron nada para impedir el asalto.

Los días 30 y 31, la Fuerza Nacional llegó a presenciar los ataques, pero, según los indígenas, ningún militar intervino de forma efectiva para poner fin a la ofensiva terrateniente.

Otros casos similares de omisión de la Fuerza Nacional ocurrieron recientemente en más de una localidad del país. El año pasado, los indígenas Avá-Guarani entraron en conflicto con la Fuerza Nacional durante un intento de desalojo al servicio de terratenientes. En el enfrentamiento se confiscó el rifle a un oficial militar, pero luego se lo devolvieron.

Otro caso emblemático, también el año pasado, ocurrió en Mato Grosso do Sul, cuando la Fuerza Nacional observó, durante casi dos meses, un cerco pistolero a la TI Panambi Lagoa Rica, en Douradina, y luego abandonó el lugar para que los pistoleros pudiesen invadirla. La invasión armada que siguió a la salida de las tropas dejó 11 indígenas heridos.

Gobierno callado

Incluso ante el aumento de los ataques y las pruebas sólidas de las acciones prolatifundio de la Fuerza Nacional, el gobierno de Luiz Inácio sigue insistiendo en la movilización de los militares como solución para el conflicto.

No hay indicios de que el gobierno vaya a tomar medidas más serias para proteger los derechos de los pueblos del campo, como la demarcación de las tierras indígenas reivindicadas y el castigo de los terratenientes involucrados en masacres y ataques contra pueblos indígenas, campesinos y quilombolas.

Previous post Algunos apuntes sobre luchas en América Latina
Next post India: CASR condena firmemente la segunda detención de Manish Azad