Masacre en Amhara por parte del Estado etíope
Imagen de cabecera: cuerpos apilados, resultado de la masacre cometida por las tropas etíopes. Fuente: Borkena
Recientemente se ha informado de una enorme masacre que han cometido las fuerzas armadas etíopes, en las que decenas de civiles de Amhara han sido asesinados, específicamente en la localidad de Merawi City. Hemos informado previamente sobre las masacres y otros crímenes cometidos por parte del Estado etíope contra el pueblo.
Las cifras aún no están claras, pero van desde los 50 asesinados, hasta los 80, e incluso se habla de que la cifra podría ser de más de 250 asesinados. Una auténtica carnicería que ha cometido el Estado etíope, en represalia por la resistencia ofrecida por parte de las milicias regionales, que habían presentado batalla durante los días previos contra el avance de las tropas estatales.
Las fuentes apuntan que estas milicias locales han crecido en número en la zona, interrumpiendo de forma frecuente las comunicaciones y transporte de mercancías. Además los estudiantes han realizado huelgas y el Estado les está presionando también para finalizar su actividad de protesta. Tras esta escalada de protesta, el lunes 29 estallaron los choques armados en la localidad de Merawi City, cuando miembros de las milicias Fano intercambiaron disparos contra milicianos del Estado y fuerzas antidisturbios. Pronto intervinieron las tropas estatales, que entraron a sangre y fuego. Según apuntan fuentes locales, sólo el primer día de combate ya hubo al menos 20 jóvenes ejecutados extrajudicialmente por parte de las fuerzas represivas etíopes.
Tras la retirada de las milicias Fano y la entrada de las tropas estatales, varios residentes de la localidad coinciden en lo que ocurrió: las tropas estatales impusieron el terror sobre el pueblo, y entraron casa por casa deteniendo y asesinando a civiles. Se han visto varias localizaciones llenas de cuerpos sin vida de residentes locales. A su vez numerosos locales afirman que los asesinatos no tienen nada que ver con la resistencia de los milicianos.
Mientras las clases dominantes etíopes y sus representantes políticos tienen las manos completamente bañadas en sangre, las Naciones Unidas bajo el mando de los imperialistas, deciden premiar al máximo dirigente del Estado etíope, Abiy Ahmed, con una medalla vinculada al sector agrícola y a las soluciones a las crisis alimentarias. Esta hipocresía de los imperialistas muestra de nuevo que las clases dominantes locales no son la únicas culpables de los horrendos crímenes cometidos contra el pueblo etíope, sino también sus amos imperialistas, el capitalismo burocrático y la subyugación semicolonial y semifeudal que padece el país.
