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YENİ DEMOKRASİ: MIRANDO A ORIENTE MEDIO A TRAVÉS DEL ESPEJO PALESTINO – UNA VEZ MÁS, LA SOLUCIÓN PROLETARIA
Publicamos una traducción no oficial de un artículo del periódico democrático turco Yeni Demokrasi:
MIRANDO A ORIENTE MEDIO A TRAVÉS DEL ESPEJO PALESTINO
UNA VEZ MÁS, LA SOLUCIÓN PROLETARIA
Una de la dos heridas no curadas de Medio Oriente: ¡Palestina! Palestina ha comenzado a sangrar de nuevo. Israel está borrando a Gaza el mapa, gente inocente, especialmente niños y mujeres, están siendo masacrados. Las palabras no son suficientes para describir la tragedia humana en Gaza. Los historiadores ciertamente escribirán sobre lo que ocurrió en Gaza, pero esta inmensa crueldad y la oscuridad que gobierna el mundo debe primer ser descrita por los escritores. En este sentido, el verdadero alcance de lo que ocurrió sólo puede ser dicho y grabado en la memoria colectiva de la humanidad para que no vuelva a pasar nunca más. La realización de las lecciones a ser grabadas en las memoria colectiva sólo es posible con una correcta solución política al problema palestino. La historia y la literatura deben contribuir a la elaboración y desarrollo de ésta solución correcta.
En la mañana del 7 de octubre, Israel fue sorprendido por el ataque “El Diluvio de Al-Aqsa” de Hamas, materializó el beneficio esperado de la táctica de choque y el problema palestino, el cuál había sido “olvidada” durante un tiempo, se convirtió en la cuestión política número uno en el mundo de nuevo. Los palestinos en Gaza están pagando con sus vidas por estar en lo alto de la agenda política. Primero de todo, debe quedar claro que el ataque de Hamas sobre Israel es legítimo, que es Palestina lo que está bajo ataque, que son los palestinos quienes están viviendo una agresión injusta. Este fue el caso mucho antes de la mañana del 7 de octubre. Es todavía el caso de hoy. El ataque de Hamas el 7 de octubre fue un contraataque militar pequeño a los ataques sistemáticos y masivos de Israel, que incluyen la construcción de nuevos asentamientos. Su principal impacto es por la táctica sorpresa de Hamas, que tomó a Israel por sorpresa. Es imposible encontrar una posición correcta sobre la cuestión palestina sin tener en cuenta los ataques sistemáticos de Israel. Es fácil ver que estos ataques son, de alguna forma, negados en las posiciones asociadas con la inseguridad.
El ataque del 7 de octubre no sólo ha llevado a Palestina a lo alto de la agenda política, sino que también ha levantado muchas preguntas. Una de ellas es: “¿Por qué ahora?” Ésta es seguida por una cuestión de quién o qué se ha beneficiado de la situación. No se debe olvidar que manejar la situación con la cuestión sobre este eje acarrea el problema de desviarse del problema central y divagar en teorías conspiratorias. En coordinación con estas dos cuestiones, es esencial discutir el contenido de apoyo para Palestina y poner la correcta solución política en la agenda. Nosotros hemos abordado el problema desde esta perspectiva.
EL TIEMPO IMPORTA
Hamas fue forzado a llevar a cabo este ataque. Tuvo que llevar este ataque para poder tener un lugar en el futuro de Palestina. Los Ibrahim Accords normalizaron relaciones entre Israel y los estados árabes en la región y realizaron pasos para la solución de los dos estados. Los Acuerdos de Abrahm rompieron con el aislamiento de Israel en la región, y el mayor golpe de Palestina contra Israel, a parte de su legitimación, comenzó a perder su función. El estado palestino de ser establecido como parte de la solución de los “ dos estados” se localizaría en Cisjordania. En otras palabras, el plan es establecer un estado palestino en una región donde la influencia de Hamas es limitada y Fatah es activo. Tras las elecciones de 2005, Hamas realizó un golpe en la Franja de Gaza en 2007 y expulsó a las organizaciones revolucionarias democráticas de liberación nacional palestinas, incluyendo Fatah, de la Franja de Gaza. Por ello, Fatah expulsó a Hamas de Cisjordania. Los partidos posteriormente acordaron abrir sus territorios a los activistas del otro grupo, pero esta apertura era limitada. Palestina fue dividida de forma efectiva en dos, con Gaza bajo el control de Hamas y Cisjordania bajo el de Fatah. En la fase actual, Hamas ha tenido que aceptar las consecuencias negativas del golpe de 2007 y pagar el precio por su comportamiento, el cuál dividió el movimiento nacional palestino y lo debilitó en sus estrechos intereses frente a Israel. Bajo las circunstancias actuales, Hamas está confinado en la Franja de Gaza y afronta el problema de ser excluido del futuro de Palestina. Hamas ha tomado pasaos para romper esta ecuación y crearse un espacio en esto. El ataque del 7 de octubre sirvió este propósito. Hamas necesitaba un paso decisivo para excluirse del futuro de Palestina y para revertir, o al menos interrumpir, el proceso del aislamiento en la región. El ataque del 7 de octubre fue un paso decisivo y dejó en shock al mundo, incluyendo a Israel. El balance ha sido realmente malo. En este contexto, es fácil decir que la ofensiva del 7 de octubre consiguió su objetivo. Inmediatamente tras el ataque, este suceso fue concretizado por la propuesta de Hamas a un alto al fuego y un intercambio de rehenes. La negación a este propósito por Israel y EE.UU. En la base de que éste fortalecerá a Hamas por el hecho de que vieron que el ataque del 7 de octubre interrumpió el momento positivo en la región que se desarrolló en favor de Israel con los Acuerdos de Abraham. Se ha desarrollado una actitud de aceptar a Hamas como un interlocutor.
El ataque desproporcionado de Israel sobre Gaza forzó a los estados en la región a distanciarse de Israel. No hace falta decir que la fuerza principal para forzar a los estaos de la región a mantener esta distancia es el grado de solidaridad que sus pueblos de la región y del mundo han desarrollado con el pueblo palestino, así como el hecho de que estos estados, que son semi-colonias del imperialismo, esperan mejorar sus relaciones con Israel a la primera oportunidad.
Es pronto para responder a la cuestión si Hamas podrá encontrar un lugar en la “solución de los dos estados” el “futuro” de Palestina. Su resistencia en Gaza está ya atada en la memoria del pueblo palestino, pero su existencia continua como fuerza política en el “futuro” de Palestino es algo diferente, y esa cuestión todavía no ha sido respondida.
CENTRARSE EN HECHOS, NO EN TEORÍAS CONSPIRATIVAS
Cada paso dado en la lucha de clases tiene un impacto positivo o negativo en la posición de fuerzas distintas a las que lo están librando. Por tanto, habrán aquellos que estén satisfechos con las condiciones creadas por la ofensiva del 7 de octubre y aquellos que no. Esto no significa que las fuerzas que toman ventaja directa de la nueva situación hayan jugado un rol directo en crear la nueva situación. Se necesitan datos concretos para decir esto. No hay una evidencia concreta de que Irán o Rusia estén dirigiendo a Hamas en esta cuestión. Por tanto, es necesario centrarse en los hechos y no en las fuerzas “tras las escenas” cuando se afronta el problema. Más aún, como hemos mostrado en la cuestión del tiempo, Hamas es el que más puede ganar del ataque del 7 de octubre. Por tanto, las teorías conspirativas deben ser ignoradas. Los objetivos políticos de Hamas son claros y no ambiguos. No hay secretos. Únicamente hay un problema nacional sin resolver y un intento de una de las fuerzas nacionales de hacerse un hueco en medio de la transición a una nueva fase de este problema nacional.
La teoría que Israel no quiso ver los ataques no es realista. También es imposible que el Mossad no tuviera información de inteligencia sobre el ataque. Es obvio que el equipamiento y expertos tecnológicos de Israel no permitirían tal “sueño”. De hecho, se ha reportado en la prensa que Egipto advirtió a Israel tres días antes.
La teoría de “mirar hacia otro lado” debe ser rechazada primero y sobre todo porque asume un Israel y Estados Unidos superpoderoso y da la impresión de que aquellos en el poder toman las decisiones más objetivas y correctas en cualquier circunstancia. Parece que la dirección israelita no estableció correctamente la extensión del “peligro”. Si lo hubieran establecido correctamente, no habrían permitido que la imagen de “invencibilidad y inexpugnabilidad” de Israel en la región sufriera tal golpe devastador. Habrían tomado medidas para limitar los ataques de Hamas y así reducir su influencia política. Sin embargo, en tal situación donde las fuerzas desiguales se enfrentan entre sí, el lado más fuerte puede más fácilmente compensar su debilidad que el débil y tornar el proceso a su favor. De esto puede concluirse que muchas teorías, incluyendo las conspirativas, que no corresponden con la realidad. Sobre todo, tales teorías son usadas para devaluar los esfuerzos legítimos de los oprimidos y sin poder. No debemos caer en esta trampa.
Tras Hamas, Irán es el poder que más se ha beneficiado del ataque del 7 de octubre. El proceso para romper con el aislamiento de Israel en la región, el cuál se desarrolló tras los Acuerdos de Abraham, ha sido interrumpido. La situación encaja con los intereses estratégicos de Irán. Se sabe que Hamas ha estado desarrollando relaciones cercanas con Irán durante un tiempo. La profundización de las relaciones entre Hamas e Irán han sido influenciadas por el distanciamiento de poderes como el de Arabia Saudí, Egipto y Turquía con Palestina bajo petición del imperialismo estadounidense. Qatar todavía tiene relaciones cercanas con Hamas. Las relaciones entre Irán y Hamas deben ser analizadas en el plano de la unidad de intereses. Es legítimo para Hamas desarrollar tales relaciones en base a la cuestión palestina. Por tanto, criticar a Hamas como un aparato que es usado a través de sus relaciones con Irán sería oscurecer lo fundamental del problema. La naturaleza de Hamas y el contenido de sus relaciones es otra cuestión. Nos gustaría señalar aquí que Hamas, como cualquier otro movimiento nacional, tiene el derecho a establecer relaciones diplomáticas y tomar ventaja de las contradicciones del campo opuesto.
Las declaraciones de que Rusia animó o dirigió a Hamas para llevar a cabo el ataque del 7 de octubre porque el mundo le dio a Rusia un respiro en Ucrania cuando Oriente Medio está de nuevo enfocado en al cuestión palestina no es realista. La ofensiva de Rusia en Ucrania no se ha intensificado significativamente desde el 7 de octubre. Sin embargo, una Rusia que quiera la ofensiva y esté al tanto de ello no perderá la “oportunidad”. Los desarrollos no van en esa dirección. Por otra parte, Rusia no ignorará el hecho de que la agravación del problema palestino fortalecerá el creciente interés de EE.UU. en la región y proveerá una justificación para sus nuevos movimientos en la región. De hecho, el aeropuerto de Aleppo fue uno de los primeros atacados por Israel. La idea de que Rusia arriesgue perder Siria a cambio de Ucrania en el “tablero” no es compatible con la expansión militar (África, etc.) y la perspectiva imperialista llevada a cabo por Rusia. Es un hecho que el desvió de atención de EE.UU. de la región de Ásia-Pacífico a Oriente Medio beneficiará a China.
El 7 de octubre, EE.UU. e Israel se unieron. El nuevo balance que intentaban establecer en Oriente Medio con el Acuerdo de Abraham fue sacudido. El problema palestino se colocó en la agenda mundial de una manera que nunca quisieron. Por parte de Israel, fue directamente afectado por el ataque del 7 de octubre y perdió. Por tanto, está fuera de la cuestión para EE.UU. ignorar a Hamas. Es por eso que EE.UU. fue el primer país en actuar junto a Israel para cambiar la situación.
Además de los Estados Unidos, la UE y Japón también participaron en el proceso. En resumen, el bloque imperialista dominante del mundo enfrentaba el riesgo de que el proceso en el Medio Oriente a su favor primero se interrumpiera y luego fallara por completo. Se están preparando para mantener su hegemonía y convertir la situación contra ellos por la fuerza.
Con el ataque del 7 de octubre, Hamas interrumpió la atmósfera creada por el Acuerdo de Abraham a favor de Israel al recordarle a Israel que debe considerarse en los “dos estados». En este contexto, el ataque del 7 de octubre ha complicado los intereses generales de Hamas, Palestina, Irán, Rusia y China. Estados Unidos y sus aliados han sido heridos en nombre de Israel.
La posición de Turquía requiere una evaluación separada. Baste decir: los esfuerzos de «mediación» de Turquía han fallado. Además, no se tomó en serio en el escenario internacional. A nivel nacional, se vio obligado a adoptar una posición antiisraelí debido a la presión creada por el surgimiento del Islam político. Sin embargo, esta posición no es una que trate con Palestina. Su objetivo principal es el desarrollo económico. De lo contrario, la expansión de la OTAN, que se está preparando para la guerra en el Medio Oriente, no se habría permitido y el comercio con Israel no podría haber continuado sin perder impulso. Israel ha reaccionado a la retórica pro-palestina «dura» en el público doméstico revisando las relaciones y degradando el nivel de relaciones. Ya podemos decir que esta situación ejercerá aún más presión sobre Turquía en el futuro.
APOYO A LOS PALESTINOS NO REQUIERE EL APOYO PARA HAMAS
La cuestión nacional palestina es una pregunta nacional inherente a la era del imperialismo. Por lo tanto, es deber de los comunistas apoyar al movimiento revolucionario nacional palestino. Así como el reconocimiento del derecho de los palestinos a su propio estado no es una condición previa, sino el criterio para el interés del proletariado en el apoyo de este movimiento, también se debe hacer una distinción entre las organizaciones nacionales palestinas, revolucionarias o no, y esta distinción debe tenerse en cuenta para determinar el contenido y el alcance del apoyo al movimiento nacional palestino.
La masacre en Gaza ha puesto en primer plano la cuestión del apoyo a los movimientos nacionales. Hamas es un movimiento nacional fundamentalista. Ignorar el carácter nacionalista de Hamas y centrarse solo en su carácter ideológico fundamentalista sería ignorar la opresión nacional del pueblo palestino por parte de Israel. Esto reduciría la cuestión palestina un conflicto entre el Shariaist Hamas en Gaza y el gobierno sionista de Netanyahu en Israel y nos distraería del centro del problema. Específicamente, este distanciamiento significaría indiferencia/neutralidad a favor de Israel. Esto es claramente insostenible. ¿Qué debemos hacer en esta situación? ¿Deberíamos adoptar indiscriminadamente todas las demandas del movimiento nacional palestino, deberíamos apoyar a todas las organizaciones? Si apoyamos, ¿qué línea dibujamos entre nosotros y la acción afirmativa de la burguesía, y dónde dibujamos esta línea?
Las respuestas a estas preguntas determinarán de qué lado debemos estar y quiénes somos. En este sentido, los comunistas tienen principios que se han extraído de la experiencia de su propia clase y luchas nacionales. «Consisten en el hecho de que nosotros, como comunistas, debemos y apoyaremos el movimiento de liberación burguesa en los países coloniales solo si estos movimientos son verdaderamente revolucionarios, si sus representantes no nos impiden educar y organizar a los campesinos y a los estratos explotados con ideas revolucionarias». (Lenin, nuestra traducción)
Cuando analizamos a Hamas a la luz de estos dos criterios, la actitud de los comunistas hacia Hamas se vuelve más clara. El único criterio del revolucionismo en la cuestión nacional es en sí el derecho a la autodeterminación (FSA) se defiende o no. Hamas defiende la FSA (el derecho de las naciones a la autodeterminación). En este contexto, Hamas es un revolucionario nacional. Aquí es donde el problema se vuelve complicado. Hamas quiere establecer un estado de la sharia en Palestina. En otras palabras, quiere devolver a Palestina a la oscuridad de la Edad Media. “La nación tiene derecho incluso a volver al viejo orden de cosas, pero esto no significa que la socialdemocracia haya de suscribir este acuerdo de tal o cual institución de una nación dada.” (Stalin, El marxismo y la cuestión nacional)
Aunque Hamas tiene una posición revolucionaria sobre la cuestión nacional, es una organización política de las fuerzas feudal-reaccionarias palestinas. Quiere construir y realizar la identidad nacional palestina sobre la base de la religión. Esta es la posición de Hamas y los movimientos nacionales fundamentalistas palestinos. Esto significa que la nación palestina está organizada de manera extremadamente atrasada. El pueblo palestino no está unido en una sola línea en el proceso de construcción de la nación. En otras palabras, la cuestión de la línea ideológica, política y cultural en la que el pueblo palestino se dará cuenta de que su unidad nacional aún no se ha resuelto. En este contexto, hay dos corrientes principales dentro del movimiento revolucionario nacional palestino. Hamas, la yihad islámica, etc. quieren realizar la unidad nacional sobre la base de la sharia islámica, mientras que Fatah, FPLP y otros quieren realizar la unidad nacional y la independencia palestina sobre la base de los principios burgueses-democráticos que se oponen al socialismo. Está claro cuál de estas dos líneas puede ser apoyada por los comunistas y cuál es la línea en el movimiento revolucionario nacional palestino conducirá a resultados a favor del proletariado palestino. De hecho, esta situación se discutió y resolvió en el proyecto de resolución sobre la pregunta nacional y colonial escrita por Lenin para el segundo Congreso de la Komintern. Nos limitaremos a citar la parte que se refiere directamente a nuestro tema: “En segundo lugar, la realidad de su lucha contra el clero y otros restos reaccionarios y medievales que influyen en los países atrasados; en tercer lugar, la necesidad de la lucha contra el pan-islamismo y las corrientes similares que buscan combinar la lucha de liberación contra el imperialismo europeo y estadounidense con la abolición de la posición de los Khans, terratenientes, mulás, etc.” (Lenin, nuestra traducción).
Como se puede ver en las tesis, esta lucha incluye la lucha ideológica y política. Por lo tanto, la reacción a las atrocidades israelíes en Gaza nunca debe convertirse en simpatía por la línea ideológica-política de Hamas. Los comunistas deben ser claros sobre esto. En cuanto al segundo criterio de apoyo mencionado por Lenin: con su golpe de estado en 2007, Hamas ignoró la voluntad del pueblo palestino, estableció un monopolio político en Gaza y evitó que los partidos y organizaciones que representen la línea revolucionaria-democrática del Movimiento Revolucionario Nacional Palestino educaran y organizaran al pueblo palestino con ideas revolucionarias-democráticas, y continúa haciéndolo. En el caso de Hamas, el primero criterio es negado por el segundo. Esto significa que Hamas es objetivamente revolucionario porque, independientemente de su carácter político, apoya el derecho de las naciones a la autodeterminación en resolver la cuestión nacional y socava los intereses del imperialismo en la región a través de su lucha. Subjetivamente, es contrarrevolucionario porque evita sistemáticamente los componentes del movimiento revolucionario nacional palestino para educar y organizar al pueblo palestino con ideas revolucionarias y porque, como representante político de las clases feudales palestinas, quiere establecer un estado de la Sharia en Palestina y condenar al pueblo palestino a la oscuridad medieval. El programa político de Hamas está en oposición abierta e irreconciliable al objetivo del socialismo del proletariado palestino. Por lo tanto, es impensable que los comunistas apoyen a Hamas.
Por lo tanto, el apoyo a la cuestión palestina debe distinguirse del apoyo a Hamas. El apoyo se dirige a la lucha del pueblo palestino contra la opresión nacional y por su derecho a su propio estado en Palestina, y al derrocamiento del imperialismo a través de esta lucha. Solo en la medida en que Hamas tiene éxito en esta lucha puede jugar un papel positivo para la causa palestina. Esto requiere una distinción entre la cuestión palestina y la línea ideológica-política que Hamas representa como una solución a esta pregunta. En el contexto de la cuestión palestina, la legitimidad de Hamas termina en el límite de los derechos palestinos. Ni sus acciones en Gaza desde 2007 ni su política de tomar rehenes y masacrar a civiles durante el ataque del 7 de octubre son correctas y deberían ser apoyados. La política de resolver el problema palestino con la ley de la sharia y expulsar a todos los judíos de Medio Oriente, en el que se basa esta política, no debe ser apoyado, sino que debe ser el objetivo de una lucha ideológica y política activa. La única simpatía que Hamas debería despertar entre todos los pueblos y comunistas cuyos corazones latían para los palestinos es que, a pesar de su carácter reaccionario, ha dado un golpe objetivamente al imperialismo. Este es un hecho objetivo, no por el carácter de Hamas, sino por el carácter de nuestra era, la era del imperialismo y las revoluciones proletarias. Para volver al presente: la agresión israelí después del 7 de octubre y la masacre en Gaza, incluso si involucra varios cálculos a escala global, está esencialmente dirigido a acelerar la «solución» de los dos estados a la cuestión palestina. Aunque la «solución» de dos estados suena muy lógica, se puso en la agenda desde el principio como una solución contra el imperialismo, como una alternativa a la solución proletaria del problema. Con la conjunción después del 7 de octubre, esta solución imperialista debe concretizarse en las condiciones más desfavorables para la nación palestina.
LA SOLUCIÓN DE LOS DOS ESTADOS IMPUESTA POR EL IMPERIALISMO
La cuestión palestina es una cuestión nacional específica para la era del imperialismo, que está entrelazada con la cuestión judía. A este respecto, tiene una peculiaridad sin precedentes en la historia. Ni Israel es un colonizador clásico ni Palestina es un colonizado clásico. Los israelíes y los palestinos son dos naciones que viven en una tierra. El imperialismo allanó el camino para el establecimiento del estado de Israel. Cumplió la necesidad de la Gran Bretaña imperialista hegemónica para un «puesto avanzado en el Medio Oriente». La necesidad de establecer un estado judío en Palestina, que los judíos siempre han afirmado como su propiedad, se propagó 50 años antes del establecimiento de este estado. ¡El libro de Theodor Herzl «El estado judío» se publicó en 1918 e Israel se fundó como propagado en este libro! La guerra imperialista de la partición y la Declaración de Balfour (la declaración de Balfour fue el resultado del intento de establecer un estado judío durante la primera guerra imperialista de partición, dirigida por Arthur Balfour, secretario de extranjeros del gabinete británico bajo Lloyd George. Este estado fue proclamado en 1917), ellos recibieron ciertos derechos y garantías. Con el final de la segunda guerra imperialista de partición y la revelación del genocidio (holocausto) cometida por los nazis contra los judíos, la opinión pública a favor de los judíos esencialmente apoyó los pasos tomados en este proceso. Estados Unidos, que se había hecho cargo de la hegemonía de Gran Bretaña, apoyó el establecimiento de Israel para realizar la política británica de «puestos avanzados» e Israel se estableció en 1948. Israel no fue creado porque «los palestinos vendieron sus tierras a los Judíos», pero porque el imperialismo necesitaba un Israel en la región. Al contrario de lo que reclaman algunos círculos, la cantidad de tierra vendida por los palestinos a los judíos es muy pequeña. Israel se ha apropiado de toda la tierra por la fuerza desde 1948 hasta el presente.
A diferencia del colonialismo clásico, no hay una clase de terratenientes cooperativos en Palestina en la que Israel pueda confiar cuando trata de existir en el mismo trozo de tierra. Esto se debe a que Israel no quiere hegemonía política y explotación, quiere tierras, incluso un país. Esto lleva a la nación palestina en su conjunto, con excepciones, a posicionarse contra Israel. Este es el aspecto único de la pregunta palestina. La política israelí de anexión no ofrece a los palestinos ninguna posibilidad de compromiso. Esto afecta el alcance y la escala de violencia en la lucha nacional.
El establecimiento de Israel puede haber «reparado» las injusticias históricas sufridas por los judíos, pero este nunca fue el objetivo del imperialismo, que condujo a una de las mayores injusticias de tiempos modernos, la expulsión de los palestinos de su tierra. La cuestión palestina es una parte trágica de la política imperialista de «dividir y gobernar» en el Medio Oriente, por lo que los palestinos son parcialmente responsables. Con la creación de Israel, el imperialismo tiene permanentemente dividió a los pueblos de Medio Oriente y creó condiciones favorables para dominar la región al mantener viva la enemistad judía-árabe. El imperialismo ha dividido a los pueblos del Medio Oriente, los jugaron entre sí y moldeó la región de acuerdo con las ideas suyas atando a todas las partes, especialmente a Israel, a sí misma. A este respecto, la cuestión palestina es un espejo en el que la coyuntura internacional, las políticas imperialistas en esta coyuntura, las contradicciones entre los imperialistas y el posicionamiento de los pueblos pueden ser observado.
El desarrollo de la lucha nacional revolucionaria palestina es paralelo al desarrollo de la política regional del imperialismo. Con el establecimiento de Israel en 1948, una parte de los palestinos fueron expulsados de su tierra. Una gran parte de los palestinos que tuvieron que dejar su tierra emigrada a Jordania. Jordan es en realidad parte de la Palestina histórica. Es el establecimiento como estado independiente tenía como objetivo dividir la Palestina histórica, fragmentando los palestinos, y la creación de condiciones políticas seguras en la región en la que Israel podría florecer. Jordan se estableció como una confederación de tribus árabes no palestinas locales y circasianos que se habían establecido en la región durante el período otomano. Los exiliados palestinos que emigraron a Jordania pronto comenzaron a asumir un papel activo en la vida social jordana y dirigían la agenda política de Jordan hacia Palestina. Esto llevó a un intento de destronar al rey Hussein. Estados Unidos y los gobernantes jordanos aprovecharon esto y expulsaron a los palestinos de Jordania en una masacre similar a la de Israel. La mayoría de los palestinos expulsado de Jordania fueron al Líbano. La influencia de los palestinos en la política jordana pronto mostró que Jordania debe sobrevivir si Israel sobrevive, y que los palestinos deberían no concentrarse en una región. De lo contrario, una «Gran Palestina» podría surgir y aplastar a Israel en su infancia. Después del exilio jordano, uno de los fundamentos de la política imperialista hacia los palestinos era difundirlos en tantos países diferentes como sea posible. Así, durante la guerra libanesa-israelí en la década de 1950, algunos de los palestinos del Líbano fueron reasentados en Túnez. Después de su expulsión de Jordania, el centro de los palestinos y el revolucionario movimiento nacional palestino se trasladaron al Líbano.
La década de 1960 fueron los años en que la economía internacional comenzó a cambiar y la ola revolucionaria aumentó. Las guerras nacionales de independencia estallaron en las colonias y las semicolonías, tuvo lugar trastornos importantes como la gran revolución cultural proletaria en China y el movimiento de 1968 en Europa y América, y la participación de las masas que se reunieron en torno a las ideas comunistas revolucionarias nacional y la política internacional aumentó significativamente. En este proceso, la cara del movimiento nacional revolucionario palestino también cambió. La lucha contra Israel, que hasta entonces se había realizado principalmente sobre una base pacífica, tomó la forma de guerra de guerrillas armadas.
En esta transformación, la victoria de Karameh ocupa un lugar especial en la historia palestina. La Guerrillas Al-Fatah cruzó la frontera libanesa en Karameh, detuvo el ataque del ejército israelí y lo obligó a retirarse. Este conflicto, que puede definirse como un conflicto fronterizo menor en términos militares, le dio al pueblo palestino una gran confianza en sí mismo y rompió la línea pasiva de resistencia que había existido desde 1948. La victoria de Karameh también cambió el equilibrio dentro del revolucionario movimiento nacional palestino. El liderazgo político de la OLP, que había sido dominado por las organizaciones de resistencia pasiva respaldada por Saudita, se trasladó a las organizaciones de resistencia armada. Arafat se convirtió en el nuevo líder de la OLP, y Fatah rápidamente se convirtió en la organización más grande del movimiento nacional revolucionario palestino.
Fue en esta línea que la lucha nacional revolucionaria palestina se desarrolló desde la década de 1960 hasta fines de la década de 1990, aunque con altibajos. Esta línea siguió una línea militar armada revolucionaria, así como la perspectiva de construir una Palestina revolucionaria democrática, secular, socialista. El primer gran descanso en esta línea llegó con los Acuerdos de Camp David (1978). En Camp David, Al-Fatah alcanzó un compromiso con Estados Unidos e Israel, aceptando la solución de dos estados como una imposición del imperialismo y posponiendo la independencia palestina a un futuro incierto. Los Acuerdos de Camp David no fueron aceptados por el pueblo palestino. Al-Fatah también ha sufrido una grave pérdida de prestigio desde la firma del acuerdo. La mayoría de las organizaciones del Movimiento Nacional Revolucionario Palestino rechazaron los Acuerdos de Camp David y lanzaron la Segunda Intifada, incluidos algunos grupos dentro de Fatah. Hamas entró en la historia palestina con la Segunda Intifada. Hamas es la organización juvenil de la rama palestina de la rotheridad musulmana. Fue activo en esta forma hasta la Segunda Intifada. Se sabe que es apoyado abiertamente por Israel. Hamas cooperó con Israel contra combatientes de resistencia palestina en las prisiones israelíes. Cuando estalló la Segunda Intifada, los jóvenes de Hamas pidieron una lucha armada, pero esta propuesta fue rechazada por la sede de la Hermandad Musulmana en Egipto. Como resultado, Hamas cortó sus lazos con la Hermandad Musulmana y siguió siendo una organización de resistencia nacional palestina independiente. El jeque Ahmed Yassin, uno de los fundadores de la organización, tiene un pasado oscuro. Se dice que mantuvo los lazos con Israel y Estados Unidos, pero fue asesinado por Israel después de que decidió unirse a la resistencia armada.
Los acuerdos del Campo de David se firmaron en un momento en que la ola revolucionaria de la década de 1960 comenzaba a desvanecerse. Luego, en 1990-1991, el Pacto de Varsovia y la URSS se desintegraron, y la «primera gran derrota política» del comunismo por el capitalismo fue sellada, incluso si databa de regreso a tiempos anteriores. En los días previos al «fin de la historia», Estados Unidos e Israel también se movilizaron para revertir la resistencia nacional palestina.
La Segunda Intifada continuó de manera desigual hasta finales de la década de 1990. Durante este período, Hamas intensificó sus ataques militares contra Israel, pero el revolucionario Movimiento Nacional Palestino continuó siendo dirigido por Fatah y otras organizaciones democráticas revolucionarias. Estos fueron los principales objetivos de los ataques israelíes. Muchos demócratas y comunistas revolucionarios fueron asesinados en ataques israelíes, y estas organizaciones sufrieron grandes pérdidas en su liderazgo. Mustafa Barghati, el líder del Partido Comunista Palestino, fue asesinado en su oficina en Ramallah; Marwan Barghouti, líder de la línea de resistencia de Fatah, y Ahmed Saadet, el líder del FPLP, fueron capturados y todavía están en las prisiones israelíes. La invasión estadounidense de Irak en 2003 y la aceleración del BOP allanaron el camino para la Hermandad Musulmana y el Islam político en general en la región. Hamas, que ocupó un lugar en la lucha revolucionaria nacional palestina durante la Segunda Intifada, participó activamente en la política palestina después del BOP. Si el apoyo de Hamas en la política palestina por los imperialistas es un fenómeno, la alienación de al-Fatah de la causa palestina y su rápida degeneración con la adquisición parcial del poder es otro fenómeno y contribuyó al rápido aumento de Hamas en la política palestina. Hamas participó en las elecciones y ganó. Utilizó las oportunidades proporcionadas por las elecciones para consolidar su poder entre el pueblo palestino y presionar a sus rivales políticos.
Este tipo de política no fue bien con el pueblo palestino. Palestina no pudo ser gobernada de acuerdo con la ley de la sharia, y el pueblo palestino exigió su propio futuro y puso fin a Hamas. En las elecciones de 2005, que tuvieron lugar en esta atmósfera, Hamas no pudo ganar una mayoría fuera de la Franja de Gaza y perdió las elecciones. Hamas, que no reconoció este resultado, retrasó la finalización del proceso político para no renunciar al poder, y
Finalmente llevó a cabo un golpe de estado en Gaza en 2007 para no renunciar a las oportunidades que había ganado. Hamas atacó a Fatah y otros partidos y organizaciones nacionales revolucionarias en Gaza y les impidió organizar al pueblo palestino. Cientos de palestinos
Los demócratas revolucionarios fueron masacrados por Hamas en Gaza durante el golpe de estado y los consecuentes enfrentamientos. Con este sangriento golpe de estado, Hamas se convirtió en el único poder político en Gaza y ha gobernado la Franja de Gaza desde 2007. Desde entonces, Hamas ha quedado atrapado en Gaza. Por lo tanto, Hamas está «amenazado» al convertirse en un elemento ineficaz en el futuro de la cuestión palestina a medida que avanza hacia la solución impuesta de dos estados. Esta confusión y exclusión del futuro del conflicto lo obligaron a atacar el 7 de octubre.
La «solución de dos estados» fue la agenda desde el principio, impuesta por el imperialismo como una «solución» y defendida por los estados colaboradores de la región. Israel rechazó esta «solución» debido a la profundidad estratégica que Jordania y los estados árabes crearían para una Palestina independiente. Con su anexión sistemática desde 1948, ha tratado de dejar muy poco de Palestina. Los comunistas palestinos insistieron en un solo estado. Hoy, Palestina ni siquiera tiene las fronteras de 1967, y mucho menos las fronteras de 1948. Palestina ha sido dividida tanto como sea posible, y la partición continúa. ¡Palestina consiste en una pequeña franja costera en Gaza y pequeños asentamientos en Cisjordania! En estas condiciones, una palestina «independiente» no puede ser verdaderamente independiente. Palestina está totalmente condenada a la producción y la agricultura a pequeña escala. Tal Palestina «independiente» estaría a merced de Israel y Jordania para el acceso a los recursos necesarios para el comercio y la producción. Sin embargo, la existencia de un estado palestino se considera una amenaza directa para Israel, y los posibles cambios en el equilibrio internacional del poder mantendrán a Israel al pie. Por lo tanto, Israel no está preparado para renunciar a Palestina.
El ataque del 7 de octubre proporcionó a Israel la tan esperada «oportunidad» de «deshacerse» de la Franja de Gaza, que continuará existiendo como un cantón palestino y tiene el potencial de ser la puerta de entrada de Palestina hacia el mundo. La capacidad de Israel para usar esta oportunidad depende de la resistencia del pueblo de Gaza, el grado de solidaridad de los pueblos del mundo con Palestina y el grado de contradicciones entre los imperialistas.
La solución de las camarillas más reaccionarias y chovinistas de los gobernantes israelíes es no dejar nada en Palestina. La solución de los sectores palestinos más reaccionarios y chovinistas es expulsar a todos los judíos de Palestina y aceptar, en el mejor de los casos, una vida como ciudadanos de segunda clase (según la ley de la sharia). Pero los israelíes no tienen patria a la que regresar. Esto significa que la destrucción de Israel constituiría una nueva injusticia histórica contra el pueblo judío. La injusticia histórica sufrida por los judíos ha sido «compensada» por una nueva injusticia histórica contra los palestinos. Ahora nos enfrentamos al hecho de que la injusticia infligida a los palestinos no puede ser completamente reparado por razones nacionalistas sin cometer una nueva injusticia contra los judíos. Es obvio que todo el derramamiento de sangre y la injusticia han aumentado la tendencia a perpetuar la enemistad en ambos lados, y la solución «final» que el nacionalismo quiere provocar es la aniquilación total del otro lado. Esta no es una solución.
La única solución al problema basada en la hermandad de los pueblos es una solución bi-nacional dentro de un solo estado. La cuestión palestina solo se puede resolver bajo el paraguas de un estado socialista basado en la plena igualdad de los pueblos, en el que se garantiza el derecho de las naciones a la autodeterminación, y este estado socialista puede eliminar los obstáculos para la construcción y desarrollo de un desarrollo de una sociedad en la que los pueblos palestinos e israelíes viven en hermandad y seguridad, y puede evitar que se cometan nuevas injusticias.
Para lograr este objetivo, el proletariado palestino debe poner todas sus fuerzas en la lucha por una palestina independiente y oponerse creativamente a la ocupación sionista israelí en todas las formas de lucha. La lección más importante del surgimiento de Hamas es que es imposible ganarse a los pueblos palestinos sin abrazar la lucha por una Palestina independiente y resistirse a los ocupantes. Para hacer esto, debemos lograr alejarnos de la línea que considera a todos los israelíes como enemigos simplemente porque sirven en el ejército, debemos poner la política de clase y la hermandad de clase por encima del nacionalismo chovinista, debemos oponernos constantemente a la ocupación israelí de Palestina y su Masacres, y debemos ser intransigentes en la lucha ideológica contra el sionismo. Solo tal lucha bajo el liderazgo del proletariado palestino e israelí puede unir a los pueblos palestinos e israelíes en intereses comunes y evitar que los pueblos se usen para los intereses del imperialismo. El sionismo y el Islam político son dos lados de la misma moneda. Estas dos ideologías centradas en la fe son la expresión de la línea teórica y política de las secciones más reaccionarias y chovinistas de los gobernantes israelíes y palestinos. Ambos prometen a los pueblos nada más que sangre, lágrimas y muerte. El proletariado, por otro lado, promete a los pueblos de Palestina e Israel un futuro basado en la igualdad plena, en el que se garantiza el derecho a la secesión libre y la hermandad de los pueblos se realiza.