Nuevo Perú: Notas y Materiales sobre el Perú contemporáneo (III, continuación c.)

Compartimos el artículo de Asociación Nuevo Perú. Puede leer la parte anterior aquí.

Continuando, luego de la Carta de Marx, que hemos citado en gran parte en el anexo anterior, como hemos dicho más arriba, el documento de la CEPAL al respecto, documenta nuestra afirmación, que ese “sector moderno” (directamente de las empresas imperialistas o de sus agentes de la gran burguesía nativa), no sirve al desarrollo de la economía nacional, porque su intercambio con los otros sectores de la economía es mínimo, porque su maquinaria y equipo, conocimientos, viene de los países imperialistas y solo da empleo al 1,5 % de la PEA, que es de 16 millones. La mayor parte de sus supergananancias se exportan y sus nuevas inversiones son en gran parte para importar sus maquinarias y equipo de sus propias empresas matrices de los países imperialistas. Es decir, no tiene un gran “factor multiplicador en la economía” o, como también suele decirse, así, no llueve ni para arriba ni para abajo. En una palabra, como está escrito desde Mariátegui, el imperialismo solo consiente una industrialización que sirve a sus intereses, ese capitalismo burocrático solo sirve a los intereses imperialistas.

Lo que acabamos de decir, nos muestra el hilo y sigue desde nuestros comentarios sobre el informe de la CEPAL IED-2024, donde se hace referencia a “ estancamiento, e incluso la disminución, de la productividad. (…) la reprimarización de las décadas de 1990 y 2000”, como en otro informe de la misma (Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2024) y también en la parte del “Perfil Económico…”, se habla de la “economía de enclave”, es así como hemos llegado a exponer los datos sobre las relaciones económicas de producción que caracterizan a nuestro país y a los demás países de América Latina y el Caribe, todo esto nos ha llevado a presentar la mayor parte de la carta del fundador del marxismo (ver anexo de entrega anterior). Siguiendo ese hilo, antes de volver al tema de la IED en futuras entregas, estamos tratando otro informe de la CEPAL sobre la Mipymes, que es concomitante con todo los anteriores estudios.

El estudio de la CEPAL sobre las Mipymes documenta que la gran empresa del imperialismo o de la gran burguesía nativa, a su servicio, que es la que domina las exportaciones primarias, más las empresas medianas o nacionales constituyen el llamado sector moderno de la economía, el resto pertenece en su inmensa mayoría a la economía precapitalista (semifeudalidad).

Lo referido en el párrafo anterior, es similar a como describió el Presidente Mao la economía china en 1948 (ver Tomo IV de sus Obras Escogidas), que según él, tenía un 10% de empresas modernas conformado por las empresas del imperialismo y de la gran burguesía y, el resto, el 90% conformado por las que pertenecían a la artesanía y la agricultura, que eran como en los tiempos antiguos (precapitalistas).

Prosiguiendo, para comprender mejor la realidad, porque solo comprendiendo la realidad podemos resolver problemas, el estudio sobre las Mipymes, más adelante, dice:

C. Las mipymes en América Latina

Considerando la economía formal, las mipymes representan el 99,5% de las empresas de la región y la gran mayoría son microempresas (88,4% del total).

Esta distribución se ha mantenido relativamente estable a lo largo de la última década, aunque ha habido un incremento relativo de las pequeñas y medianas empresas y una ligera reducción de las microempresas.

La presencia de microempresas es mayoritaria en todos los sectores de la economía y en algunos casos supera el 90% del total de las empresas: por ejemplo, en el comercio y en el sector de “otras actividades comunitarias, sociales y personales”. En particular, el comercio es un sector en que se concentra la mayor cantidad de microempresas formales (…) la proliferación de empresas de tamaño muy reducido (…), responden más a estrategias de autoempleo y sobrevivencia económica que a un verdadero proceso de desarrollo empresarial.

En el comercio también está presente una cantidad importante de pymes; sin embargo, en el caso de estas empresas, la industria, en particular al tratarse de las empresas medianas, y las “actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler” concentran una cantidad significativa de unidades productivas.

( Mipymes en América Latina: un frágil desempeño y nuevos desafíos…, Cepal )”

Así pues, la gran empresa del imperialismo o de la gran burguesía nativa, a su servicio, controla todo el proceso económico peruano: nuestras riquezas naturales, productos de exportación, industria, banca y finanzas, etc.

Machacamos esta verdad incontestable: el capitalismo burocrático es el capitalismo que genera el imperialismo en los países atrasados, atado a la feudalidad que es caduca y sometido al imperialismo que es última fase del capitalismo, que no sirve a las mayorías sino a los imperialistas, a la gran burguesía y a los terratenientes. Porque el capitalismo que se desarrolla es un proceso tardío y no consiente sino una economía para sus intereses imperialistas. Es un capitalismo que representa a la gran burguesía, a los terratenientes y al campesinado rico de viejo tipo, clases que constituyen una minoría y explotan y oprimen a las grandes mayorías, a las masas.

Una vez más, del informe se desprende, que la gran empresa monopolista con sus filiales en el país y sus agentes económicos de la gran burguesía, más las empresas medianas o nacionales constituyen el llamado sector moderno de la economía, el resto pertenece en su inmensa mayoría a la economía precapitalista (semifeudalidad). Estos es, lo que los informes citados denominan “economía heterogénea”, “estructura productiva heterogénea”, “estructura heterogénea del empleo”, etc., para referirse a las relaciones sociales de producción en nuestros países contraria a su verdadera caracterización científica.

El Presidente Gonzalo, refiriéndose al problema que tratamos, dice: que la base semifeudal de la sociedad va a generar, por el agravamiento crítico en que se encuentra, migración del campesinado hacia las ciudades que al no encontrar trabajo en las fábricas, por desocupación, va a engrosar el sector de servicios y la informalidad que es por donde desagua la falta de empleos; se conforma así la micro y pequeña producción que como hemos visto es muy amplia y trabaja en condiciones lo más duras y difíciles. A esto se suma el que el proletariado disminuya en proporción. (II Pleno del CC del PCP).

Aquí, es necesario acotar, que el estudio de la CEPAL se refiere solo a una parte de las empresas y del empleo, esto es, a las empresas formales y al empleo formal, pero no considera que la informalidad en la micro, en la pequeña empresa y en el empleo, alcanza al mayor número de trabajadores, la mayoría como autoempleados, como se lee en la siguiente nota:

“En el 2022, 4 mil grandes empresas concentraron el 57% del total de empleos formales en el país, según un estudio de Apoyo Consultoría. En total se contabilizaron 2,2 millones de trabajadores en dichos negocios.

Cabe recordar que al cierre del año pasado se registraron 4,1 millones de trabajadores formales, según el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Asimismo, la informalidad se ubicó en 75,5%, mientras que el 24,5% de empleados restantes pertenecen a la formalidad”.

Y, este informe explica el diagrama anterior, así:

“Bolivia y Colombia son dos de los países latinoamericanos con el mayor porcentaje de trabajadores independientes sobre el total de la población empleada, según las estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Como muestra este gráfico de Statista, aproximadamente la mitad de las personas que tienen un empleo en esos países trabajan por cuenta propia. En México, la proporción asciende a menos de tres de cada diez trabajadores (27,5%), mientras que Chile registra uno de los menores porcentajes de la región, con sólo 25,9% de autónomos sobre el total de las personas empleadas. El promedio en América Latina y el Caribe se ubica en un 34% de independientes sobre la población que trabaja.

La forma más común de ejercer el trabajo por cuenta propia en América Latina es mediante un negocio unipersonal. Cerca de nueve de cada diez trabajadores autónomos en la región se dedican a desarrollar su propia empresa o emprendimiento sin tener empleados. Sólo una minoría de ellos tiene colaboradores en relación de dependencia. Estas cifras no tienen en cuenta a trabajadores familiares que contribuyen con el negocio y no están registrados como empleados directos.

Un porcentaje alto de trabajadores por cuenta propia suele estar asociado a mayores niveles de informalidad laboral, en especial en las regiones en desarrollo. Además, de acuerdo con la OIT, las legislaciones nacionales sobre seguridad social se centran en cubrir las necesidades de los trabajadores por cuenta ajena, lo que sitúa a los autónomos en una relación de desventaja en materia de jubilaciones y pensiones. Muchos trabajadores independientes quedan excluidos de recibir beneficios de seguridad social por no cumplir determinados criterios de admisibilidad, por ejemplo, los ingresos mínimos” (¿Qué tan común es trabajar por cuenta propia en Latinoamérica? TRABAJADORES AUTÓNOMOS, Marina Pasquali, 25 abril de 2023, Statista).

Es necesario continuar con este subtema en relación al tema de fondo que es sobre la IED-CEPAL-2024, para a través de los diferentes estudios mostrar las diferencia entre las relaciones sociales de producción en nuestro país y los países de América Latina y el Caribe con los países imperialistas u opresores, donde el desarrollo del capitalismo los llevó a la fase del capitalismo monopolista o imperialismo, a su fase superior y última.

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