Brasil: Editorial – ¡Guerra a las milicias bolsonaristas!
Publicamos una traducción no oficial del último Editorial de A Nova Democracia.
El día 28 de septiembre, 50 pistoleros en 14 camionetas, acompañados de funcionarios del latifundio Agropecuária Mata Sul Ltda y apoyados por una tropa de 50 policías militares (PM), invadieron las tierras de los ocupantes del Engeño Barr Branco en Jaqueira, Zona da Mata de Pernambuco, para desalojar, incluso ilegalmente, a las familias de muchas generaciones que viven en Usina Frei Caneca desde hace 10 años. A pesar de la guerra llevada por el latifundio en la región, las masas de ocupantes movilizadas por la Liga de los Campesinos Pobres (LCP) y apoyadas en sus formas de autodefensa, contando con el apoyo de las masas de la región y la acción activa de estudiantes e intelectuales democráticos, respondieron al ataque asesino de las hordas del latifundio (reforzadas por efectivos de la PM) con una feroz resistencia y los echaron, imponiéndoles la derrota en una más de sus ofensivas por tomas esas tierras. Hay también información de que dos pistoleros quedaron heridos, y que uno de ellos es el líder del movimiento paramilitar “Invasión Zero” en Pernambuco.
Paralelamente, un día después, miles de personas se reunieron en la capital paulista en una protesta contra los incendios y en apoyo a la Revolución Agraria. Fue, en todos los aspectos, una protesta anti-latifundio: condenó los incendios en Brasil como un acto planeado y coordinado por los latifundistas, sobretodo bolsonaristas; apuntó la Revolución Agraria (alterando el lema de la edición anterior de esta protesta, que defendía la reforma agraria) como camino para los campesinos, indígenas y quilombolas; y, además, denunció al Congreso Nacional y el gobierno por el avanzo de la tesis genocida y latifundista Marco Temporal.
No hay dudas que los hechos están relacionados, mínimo indirectamente. La radicalización de la lucha campesina e indígena en el campo (que concentró, solamente en los últimos meses, batallas sangrientas en Mato Grosso do Sul, Paraná, Ceará y Pernambuco) impulsa el avance de la lucha contra el latifundio y por la Revolución Agraria también en las ciudades. Un movimiento fundamental para que los crímenes del latifundio y la resistencia campesina no se oscurezcan, aislados por la censura de los monopolios de prensa al servicio de los latifundistas.
Es tarea urgente, inmediata, a la orden del día, que los verdaderos demócratas y progresistas, todas las masas populares brasileñas, se movilicen en pie de guerra en la defensa activa de la lucha campesina, indígena y quilombola contra los criminales del latifundio bolsonarista – y que se condene la ineficiencia del gobierno de la Unión y atender de inmediato las exigencias seculares del campesinado pobre, pueblos indígenas, ribereños y quilombolas. Gobierno que participa en la guerra contra los campesinos al ampliar el Poder político del latifundio por medio de cargos en los ministerios (Carlos Fávaro), acuerdos y artificios restregados en la cara del señor Luiz Inácio por parte de la líder inígena Tupinambá (conciliación en el Marco Temporal, defendida por éste y su ministra Sonia Guajajara) y grandes presupuestos (Planes Safras récord). La consigna de “¡Viva la Revolución Agraria! ¡Muerte al Latifundi!” como fue defendida en Jaqueira y en São Paulo el mismo fin de semana, el único camino para el pueblo brasileño es avanzar en la lucha revolucionaria hasta la conquista de la Nueva Democracia. ¡Muerte a las milicias y hordas paramilitares bolsonaristas! ¡Viva la lucha revolucionaria!”
***
En Líbano, la guerra de liberación nacional contra el enemigo sionista escala en la medida en que el régimen nazisionista de Benjamin Netanyahu sigue con las operaciones terrestres en las villas del Sur de Líbano, iniciadas el día 30 de septiembre. Que nadie se crea el carácter “limitado” y “direccional”, así llamados por este genocida, sobre las operaciones terrestres de las hordas de Israel. Fue así que comenzó también la invasión en Gaza, en octubre de 2023, hoy responsable por la destrucción en masa del territorio palestino sitiado y resistente. Las tropas sionistas van a enfrentar una resistencia poderosa en el territorio libanés: las villas invadidas son villas y suburbios campesinos, donde la Resistencia Nacional, destacando Hezbollah, construyó Poder político sustentado en fuerzas armadas propias y moviliza las masas para la guerra desde hace 40 años. Son masas experimentadas en la lucha contra el Estado sionista y sus lacayos, y que triunfarán en la expulsión, como en la guerra de 1985, que concluyó con la derrota del invasor en el 2000, y también en la guerra de 2006. Antes de la invasión, los líderes de Hezbollah afirmaron que “estaban preparados” e incluso desearon la entrada de las tropas, para finalmente combatir al enemigo frente a frente. Las respuestas de Irán a los crímenes de guerra de Israel, incluido al ejecutar líderes palestinos en su territorio, se suman al movimiento de cerco del sionismo. Los próximos días prometen el inicio de una feroz guerra de guerrillas que devorará al invasor.