El terrorismo chovinista de extrema derecha se retroalimenta en Inglaterra

A continuación publicamos una traducción no oficial de un artículo publicado en A Nova Democracia.

Las calles de Inglaterra están tomadas desde hace días por grupos que, con banderas nacionales, atacan a las fuerzas policiales, incendian edificios y construyen barricadas en las calles. Fácilmente podría ser una ola de manifestaciones populares contra las medidas reaccionarias del gobierno de Rishi Sunak, u otro crimen del imperialismo británico. Pero no. Las acciones son protagonizadas por bandas de extrema derecha que, apropiándose de los métodos de lucha popular, están promoviendo el máximo chovinismo y antiarabismo en el país europeo, estimulados por una mentira fomentada por ellos mismos.

Todo comenzó el 29 de julio, con un ataque con cuchillo en un estudio de danza en el noroeste británico. El atacante mató a tres niñas e hirió a varias más. En cuestión de horas, un nombre árabe comenzó a circular entre grupos de extrema derecha. Era un nombre falso, montado para incriminar a las masas de inmigrantes del país.

Lo que siguió fue la ola de ataques, iniciada el 31 de julio. Las acciones de bandas reaccionarias ya se han registrado en Hull, Liverpool, Bristol, Manchester, Stoke-on-Trent, Blackpool y Belfast. El 8 de abril, una de las bandas atacó un edificio que alojaba a refugiados en la ciudad de Rotherham. La turba entró al edificio a través de las ventanas rotas e intentó prender fuego a parte del edificio. Otro ataque similar tuvo como objetivo otro hotel que albergaba a inmigrantes en Tamsworth. Esta semana se registraron nuevas acciones.

Las masas ya han comenzado a responder. El 8 de agosto, miles de personas salieron a las calles para rechazar las bandas de extrema derecha. La consigna más exclamada en la manifestación fue “Somos muchos, muchos, mucho más que vosotros”.

Miles de británicos protestaron contra las acciones de la extrema derecha. Foto: Alberto Pezzali/AP

El rechazo es importante. Los grupos de extrema derecha utilizan algo que ellos mismos producen para su ofensiva chovinista y antiárabe. Uno de los sujetos destacados en las protestas es Tommy Robinson, un activista antimusulmán que contribuyó a difundir la mentira de que el ataque fue perpetrado por un musulmán. Aprovechó para instigar las protestas con la tesis de que la gente estaba enojada porque organizaciones como Hamas y el Estado Islámico (que no trabajan juntas y son radicalmente diferentes) tenían planes de tomar Londres.

De hecho, ataques como el registrado (que no fue un ataque político de las masas por su odio al imperialismo, sino más bien un ataque con cuchillo sin una motivación política clara) son producto del propio sistema de cosas actual.

La miseria y la explotación crecientes, la crisis social que afecta especialmente a los jóvenes con el desgaste de los lazos sociales y la crisis ideológica de la sociedad favorecen el crecimiento de ideologías reaccionarias (como el individualismo absoluto, el nihilismo agudo, el existencialismo) propagadas masivamente a través de las redes sociales por los monopolios de los medios de comunicación y, evidentemente, por los grupos políticos reaccionarios. La consecuencia es el odio absoluto a la humanidad.

“Levántate contra el racismo. Southend se unió para frenar a la extrema derecha”, dice la pancarta. Foto: John Keeble/Getty Images

El terrorismo chovinista promovido por bandas de criminales es un movimiento de retroalimentación: células infectadas de un organismo enfermo que sólo pueden enfermar aun más al cuerpo.

La corriente popular que sale a las calles, por otro lado, sobretodo sus aspectos más revolucionarios que proponen una transformación radical de la sociedad, son un poderoso antídoto contra esta enfermedad.

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