INDIA: Asociación de Escritores Revolucionarios – Operación Kagar: la etapa más salvaje de la brutal guerra en Dandakaranya

A continuación publicamos una traducción no oficial de un comunicado publicado aquí.

Dandakaranya, en sus décadas de trayectoria revolucionaria, fue pionera en varios experimentos sociales y culturales que India necesita. Ha estado soportando el peso de una violencia sin precedentes durante cuatro décadas. Pero ahora se encuentra en medio de una batalla despiadada desde los últimos tres meses. La Operación Kagar (La Misión Final), con más de cien mil paramilitares apoyados por drones, helicópteros y vigilancia satelital, nos recuerda a una invasión de los más pobres de los indígenas pobres. Se parece a una guerra de agresión como si la Misión fuese contra una nación hostil. Sin duda, es una guerra sangrienta e incivil.

Grandes bajas en Kanker

El 16 de abril, 29 revolucionarios, entre ellos al menos 12 mujeres, fueron asesinados en un ataque durante una operación conjunta de las BSF [Nota del traductor: Border Security Forces, tropas paramilitares del viejo Estado indio] y la policía estatal en la zona de Maad. Todos soñaron con una vida hermosa para todos nosotros. En esa búsqueda, rindieron el máximo tributo al legado revolucionario: el tierno sacrificio de su mortalidad. La masacre tuvo lugar como parte de una nueva guerra denominada Operación Kagar [Misión Final] por parte del Gobierno Central. El Bloque Norte en Delhi desplegó fuerzas máximas en Dandakaranya [las cifras oficiales hablan de 80.000 tropas] para capturar la zona de Abuzmad [significa el Maad desconocido].

Por un lado, el BJP intenta ganar por tercera vez las Elecciones Generales. Por otra parte, intenta mantener su hegemonía sobre las bases revolucionarias. La instalación de Ram en Ayodhya, la introducción de CAA como parte de la conspiración para convertir a los musulmanes en parias en su propia tierra y los intentos de lograr un Código Civil Uniforme por parte del gobierno azafrán [Nota del traductor: forma de designar el gobierno nacionalista Hindtuva por su color] para legitimar la cultura hindú brahmánica, todos son pasos para hacer crecer la transformación de India en un Estado fascista brahmánico hindutva. En el frente económico, todo el comercio, los servicios empresariales y la riqueza natural se están corporativizando. La guerra contra Dandakaranya tiene como objetivo acelerar este proceso. ¿Se está produciendo un conflicto tan masivo sólo para recuperar una zona forestal demasiado remota y hasta ahora desconocida? Suena como un cuento de hadas. La verdad es de hecho más extraña que las fábulas.

De hecho, en la era del capital financiero, esta conflagración interna está dirigida por un gobierno que funciona bajo una democracia constitucional moderna. Esta guerra tiene como objetivo entregar vastas extensiones de recursos naturales a las megacorporaciones. Debido a la resistencia inquebrantable en Dandakaranya contra la corporativización a gran escala de su riqueza natural bajo tierra, los gobernantes convirtieron Dandakaranya en una de las zonas militares más extensas. La militarización no comenzó ahora sino que comenzó hace tres décadas. Tiene una historia de al menos treinta años. El gobierno considera que el movimiento adivasi es un obstáculo del tamaño del Himalaya para sus planes de corporativización. Irónicamente, la toma de las llamadas zonas más remotas se ha convertido en un problema fundamental para el Centro.

Después del incidente de Abhuj Maad, el Ministro del Interior, Amit Shah, expresó su éxtasis. Dijo que el movimiento maoísta era el mayor enemigo del desarrollo y que pronto liberarían al país. Hay una perspectiva política clara al considerar al movimiento maoísta como la mayor amenaza entre los movimientos de masas existentes que se levantan contra la corporativización en el país. Los lemas del gobierno central – Liberaremos al país del movimiento maoísta y entregaremos la riqueza del país a las corporaciones – reflejan lo mismo. La actual Operación Kagar, aunque forma parte de la Operación Samadhan-Prahar, que comenzó en 2017 y planeaba llevar a cabo su objetivo principal, es una campaña militar cualitativamente diferente.

La farsa de invitar a los maoístas a dialogar y el Estado de cara de Jano

Inmediatamente después de que el BJP llegó al poder en Chhattisgarh, los gobiernos central y estatal hicieron dos anuncios cruciales. Uno: según el Ministro del Interior, Amit Shah, el movimiento maoísta será erradicado por completo; segundo: el Ministro del Interior del estado de Chhattisharh, Vijay Sharma, está dispuesto a hablar con los maoístas. Parece haber dos puntos de vista opuestos desde el estado de Jano, pero apuntaban a cumplir una única misión. El primero fue el exterminio. Entonces, cientos de miles de CRPF [Nota del traductor: Central Reserve Police Force, fuerza paramilitar], BSF y otras fuerzas locales fueron trasladadas a Dandakaranya. El segundo es el llamado a las negociaciones. Las condiciones para las conversaciones son las siguientes: no obstaculizar la construcción de carreteras y la minería en la zona forestal. El CM dijo que las empresas deben tener un entorno favorable para una minería sin problemas y sólo entonces se llevarían a cabo las negociaciones.

Independientemente de que los maoístas estuvieran listos o no para las conversaciones, el gobierno se sintió inmediatamente responsable de crear ese entorno “favorable”. En este corto período de tiempo, se establecieron seis campamentos base en una zona de Maad. ¡Es la forma más innovadora de crear condiciones favorables!

Quien proponga negociaciones entre las dos partes en el contexto de un conflicto militar debería intentar encontrar una solución política al conflicto. Después de todo, cualquier guerra es la continuación de la política por otros medios. Sin embargo, el gobierno bimotor de Chhattisgarh-Delhi ha hecho una propuesta extraña para las conversaciones. El gobierno se presentó descaradamente en nombre de las corporaciones y propuso negociaciones para garantizar que las operaciones de los magnates mineros no se obstaculizaran. Una cara propone negociaciones para lograr una corporativización constante, y otra despliega enormes fuerzas; ¡El llamado para las conversaciones, y la militarización, van de la mano y esto no sorprende!

La nueva ofensiva del año nuevo

El gobierno del BJP hizo todos estos preparativos rápidamente, empezando en la primera semana de diciembre del año pasado. El día de Año Nuevo, las fuerzas de seguridad atacaron la aldea de Muddum, cerca de Gangalur, en el distrito de Bijapur, y asesinaron a una niña pequeña – Mangli-, en el regazo de su madre mientras le daban el pecho. Los ataques implacables han sido regulares y los asesinatos se han vuelto rutina. El 2 de abril, 13 maoístas fueron asesinados en un enfrentamiento en Korcholi, en el distrito de Bijapur. Seguro que todos ellos eran adivasis, si no maoístas. Habiendo pasado ya cuatro meses de este año, 80 adivasis y revolucionarios han sido asesinados a tiros en supuestos encuentros. También se llevaron a cabo bombardeos aéreos por quinta vez el 13 de enero como continuación de los ataques aéreos llevados a cabo por el anterior gobierno del Congreso[Nota del traductor: cuando menciona al Congreso o el gobierno del Congreso, se refiere al otro gran partido parlamentario indio, el Congreso Nacional Indio].

Antes de lanzar esta batalla final, Amit Shah afirmó que las próximas elecciones generales se celebrarían en un país libre de maoístas. Quería decir que sus fuerzas eliminarían por completo a los maoístas del mapa de India para 2024. El BJP hizo declaraciones similares varias veces durante su gobierno de una década. El Congreso también anunció esos plazos, pero no los cumplió.

De hecho, los días 27 y 28 de octubre de 2022 se celebró una reunión de intercambio de ideas (Chintan Sivir) en Surajkund, Haryana. A ella asistieron los Ministros del Interior, los Secretarios del Interior y oficiales militares y de policía de varios estados. Todos discutieron sobre el sueño de la “Nueva India” acuñado por el régimen actual. Dijeron que debería conseguirse para 2047. Casi al mismo tiempo, la prensa oficial del RSS anunció que 2047 era el objetivo de la realización del Estado hindú. El movimiento maoísta se interpone en el camino de su “Nueva India” y del establecimiento de un Estado hindú. Esta no es una idea que surgió repentinamente en Surajkund. El Sangh Parivar [Nota del traductor: movimiento nacionalista Hindutva] ya había decidido su objetivo hace mucho tiempo. A diferencia de los períodos anteriores, Sangh Parivar quiere que el Rashtra hindú [Nota del traductor: Estado hindú] basado en el Hindutva y una base política y económica sólida. Las decisiones de Surajkund son parte de eso. Es por eso que el Centro está dando inmensa importancia a realizar preparativos de guerra sin precedentes y gastar más de un billón de rupias [Nota del traductor: lo que equivale a casi 12 mil millones de dólares estadounidenses] en el presupuesto para reprimir por completo al movimiento revolucionario.

Mientras exista el movimiento revolucionario, no habrá posibilidad de una “Nueva India” sobre los cimientos del Hindutva corporativo. El establecimiento de un Estado Hindutva compinche de las corporaciones no es sólo una estrategia ideológica y cultural para el Sangh Parivar. Es una estrategia política, militar y administrativa para el gobierno del BJP. La India central ha sido testigo de al menos catorce grandes luchas de masas en los últimos tres años. La lucha desarmada de Silinger, que comenzó durante el anterior movimiento campesino en Delhi, continúa. Estas luchas políticas y económicas se están produciendo por razones ambientales, culturales y geográficas para salvar bosques, agua y tierras. Millones de personas han estado luchando durante años por muchas cuestiones, como la falta de puentes y carreteras, los efectos nocivos de la minería y el turismo, la propaganda letal y divisiva del Hindutva y contra las leyes inconstitucionales anticampesinas. Los gobiernos del Centro y de los estados no pueden digerir estos movimientos de masas. El Centro y el estado sintieron que la anterior operación Samadhan no podía sofocar el creciente movimiento de masas y trajeron la Misión Kagar al equipar más a las fuerzas de seguridad.

El país bajo las ruedas de hierro del Juggernaut fascista

El país ha estado enfrentándose a opresión, experimentando inseguridad y presenciando la destrucción de los órganos constitucionales durante los últimos diez años. La emergencia de 1975-77 palidece ante las medidas draconianas del régimen actual. Fue de corta duración. Pero el carácter ominoso de la situación actual es demasiado obvio para ignorarlo. La década oscura del gobierno del azafrán fue mucho más cruel que el período posterior a la liberalización iniciado por PV Narasimha Rao. Cuando los dos partidos revolucionarios se fusionaron para formar el PCI (Maoísta), no hubo simplemente un anuncio por parte del entonces Primer Ministro en 2009 de que “los naxalitas son la mayor amenaza a la seguridad interna”, sino que le siguió a una prolongada campaña militar sin precedentes, llamada Operación Green Hunt. La misión final va mucho más allá de la Operación Green Hunt, que se desarrolló entre 2009 y 2017. Esta es la última Operación Kagar para establecer un Rashtra hindú corporativo, que el Sangh Parivar quiere lograr.

Esta brutalidad en Dandakaranya contra adivasis o maoístas no terminará al reprimir a los adivasis o al simplemente aplastar al movimiento revolucionario. La Operación Kagar está destinada a ser el asalto final para eliminar el último y más formidable obstáculo para traer al inhumano Estado corporativo Hindutva. El futuro común del pueblo indio depende de cómo podamos resistir y luchar mejor contra la embestida. De lo contrario, India se verá sometida a una nueva distopía llamada Estado corporativo Hindutva.

19.04.2024

(Asociación de Escritores Revolucionarios)

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