
Colombia: Después de dejar 2 militares muertos más, las operaciones guerrilleras siguen frustrando los planes de Petro
Publicamos esta traducción no oficial de un artículo del periódico brasileño AND.
El día 16 de julio, dos militares del Ejército reaccionario de Colombia fueron asesinados en un enfrentamiento con los combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Estado Mayor Central (FARC-EMC), en el distrito de Caquetá, al sur del país. Los militares realizaban una incursión militar en el momento en que fueron disparados. El episodio es un revés más en los planes del gobierno oportunista de Petro, que desde el inicio del gobierno falla en aplicar sus proyectos prolatifundio de desarme de los grupos guerrilleros.
El enfrentamiento se inició después de que los combatientes de las FARC-EMC avistaran al subteniente Andrés Ochoa Moreno y al soldado Henery Muñoz Daza durante una incursión militar en el municipio de Doncello, a los que le siguieron una ráfaga de disparos. Las operaciones e incursiones militares del Ejército reaccionario colombiano en los distritos rurales de Colombia son recurrentes y tienen como objetivo central la represión de las masas campesinas y la identificación y asesinato de grupos y combatientes guerrilleros. El soldado Muñoz Daza murió durante el conflicto, pero el subteniente murió en el transporte aéreo al hospital.
Las muertes ocurren una semana después de que dirigentes capituladores de las FARC-EMC entrasen en negociaciones con el gobierno colombiano. La continuación de los enfrentamientos y la operación se produce debido a la decisión y señales de rechazo de los combatientes de la guerrilla de dejar las armas por las constantes masacres promovidas por el viejo Estado colombiano contra campesinos, activistas y guerrilleros en el país. Actualmente, las FARC-EMC cuentan con aproximadamente 3 mil combatientes y opera principalmente en la zona oriental y en el sur del país en los departamentos como Amazonas, Caquetá, Guaviare, Meta, Putumayo, Vaupés y en la región norte de Santander.
Coleccionando fracasos
Este año es el primer episodio de frustración sufrido por Petro en su plan de desarmar a los campesinos armados que componen las guerrillas colombianas. Actuando como fiel servicial del latifundio y del imperialismo, causas fundamentales del conflicto armado en Colombia, Petro es incapaz de contener la lucha armada en el país, aguda expresión del desarrollo de la lucha por la tierra de los campesinos colombianos. Desde el final de 2022, cuando Petro pasó a aplicar su falso plan de “Paz Total” con más energía, el presidente oportunista viene acumulando fracasos.
En marzo, nueve militares reaccionarios fueron asesinados y otros nueve fueron heridos durante una operación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) realizada durante las “conversaciones de paz” entre la dirección capituladora de la organización y del viejo Estado colombiano. Dos meses después, un “alto al fuego” con las FARC-EMC fue levantado después de que el viejo Estado acusara a la organización de haber asesinado a cuatro indígenas en la provincia de Putumayo. En este periodo, también ocurrieron masivas rebeliones espontáneas del campesinado colombiano, como la revuelta de Caquetá, responsable de convertir en rehenes a 79 policías e incendiar instalaciones de una minería china.
En este escenario, no hay indicios de que la lucha armada por la tierra en Colombia sufra reflujos.