India: sobre la lucha actual en Manipur

Concentración realizada el 3 de mayo en Manipur. Fuente: web Khalvontawi

El 3 de mayo estallaron múltiples enfrentamientos en el Estado de Manipur, que hoy en día siguen con fuerza. Ya hemos escrito anteriormente al respecto de ello. Ese día, la Unión de los Estudiantes de Todas las Tribus [All Tribal Students Union of Manipur – ATSUM] convocó una movilización en protesta por la inclusión de los Meitei en la lista de tribus censadas, lo que le daría la posibilidad de expulsar al campesinado de sus propiedades legalmente.

Actualmente los fallecidos suman 138 personas, y hay hasta 60.000 campesinos desplazados, la mayoría de ellos de la zona de Las Colinas, encuadrados en el grupo tribal Kuki. Pero la lucha empezó mucho antes en Manipur. En febrero, en el distrito de Churachandpur hubo nuevas expulsiones de campesinos por parte del Estado de Manipur y tras ello en el mes de marzo hubo movilizaciones, reprimidas con violencia por parte de la policía india, y una huelga general en el mes de abril convocada por el Foro de Líderes Indígenas Tribales [Indigenous Tribal Leaders’ Forum – ITLF] coincidiendo con la visita del Primer Ministro de Manipur, N Biren Singh. Tras ello comenzaron los primeros disturbios. El interés por expulsar a estos campesinos se debe tanto a la concentración de tierras que está efectuando la clase terrateniente, como por los hidrocarburos y minerales presentes en la zona que ambiciona la clase capitalista burocrática.

En cuanto a las partes implicadas en esta lucha, fundamentalmente son dos:

Por una parte está la clase capitalista burocrática y los terratenientes, interesados principalmente en adquirir las tierras del campesinado, y encuadrados en la tribu Meitei, y principalmente son hindúes. Cuentan con los medios del Estado indio, y siempre han contado con el control total del gobierno del Estado de Manipur, y por ello son capaces de realizar grandes despliegues policiales para expulsar a campesinos de sus tierras, como ocurrió el 20 de febrero en uno de los hechos que precipitó las actuales revueltas. Se encuadran principalmente en los fértiles valles de Imphal, la capital. Actualmente los intereses de estas clases dominantes están representados por el Bharatiya Janata Party (BJP) en Manipur. Además de las fuerzas represivas estatales, también han formado sus propias milicias y grupos de matones, que usan como punta de lanza contra el campesinado que quieren expulsar de sus tierras.

Por otra parte, se encuentra el campesinado, que se defiende de los intentos de expulsión y de las agresiones de la burguesía y de los terratenientes. En su caso, el campesinado se agrupa principalmente en dos grupos tribales, los Kuki y los Naga, y principalmente son cristianos. Viven principalmente en las colinas. Suelen tener sus propias organizaciones unitarias como la ATSUM o el ITLF, pero a su vez, tienen sus propias organizaciones campesinas regionales. En el caso de los Kuki, recientemente han sufrido numerosos agravios y ataques: la burguesía y los terratenientes Meitei, y el gobierno de Manipur, les ha criminalizado, afirmando que los campesinos Kuki son inmigrantes ilegales procedentes de Myanmar y por ello, que sus asentamientos en muchas de las tierras son ilegales; a su vez, han dicho que incumplen las leyes de protección ambiental, al seguir viviendo en bosques protegidos y que deben ser expulsados de ellos; por otra parte, incluso se les acusa de ser narcotraficantes o “narcoterrorista”, por el hecho de que en las colinas se cultiva amapola. Todo ello, con el fin de expulsarles de sus tierras con un motivo “justificado” o legal.

Durante todos estos años, el Estado indio ha defendido firmemente a la clase capitalista burocrática y los terratenientes de la zona. Ha reprimido duramente al campesinado de las colinas, y lo ha hecho con medios militares estatales, y también usando grupos paramilitares o milicias reaccionarias: por ejemplo la organización paramilitar Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS) ha multiplicado por diez sus miembros durante estos últimos años, y hay otras milicias de la reacción local agrupada bajo el paraguas de la tribu Meitei que están siendo financiadas y protegidas.

En cuanto a las fuerzas de seguridad del Estado indio, hay información de que están dejando actuar a estas milicias incluso a la hora de saquear armerías, comisarías, etc. También se ha denunciado por parte de algunos testigos que los Rifles de Assam [Nota del autor: tropas del Ministerio del Interior] estarían participando activamente en los ataques contra el campesinado.

Mapa del Estado de Manipur dentro del Estado indio. Fuente: The Guardian

En cuanto al Estado indio, ha demostrado su incapacidad para lidiar con la rebelión de las masas campesinas y su resistencia en Manipur. Ha sido incapaz de recuperar la estabilidad en la zona, a pesar de los grandes despliegues militares, paramilitares y policiales (hasta 40.000 efectivos desplegados por parte del Estado indio y de las autoridades de Manipur). A pesar de todos sus esfuerzos, el Estado indio ha visto como sus políticas antipopulares han provocado una revuelta del campesinado, y ésta ha demostrado de forma explícita la debilidad del capitalismo burocrático y del propio Estado semicolonial y semifeudal, que se está viendo superado por una revuelta en un Estado periférico. Esto ha agudizado las múltiples contradicciones dentro de la clase capitalista burocrática india y dentro de los partidos representativos de la misma, como el BJP.

En estos meses la lucha de las masas ha demostrado tener un gran potencial. Los bloqueos de las carreteras que han mostrado ser realmente efectivos provocando graves crisis de suministros. También se han llevado a cabo múltiples ataques a representantes del Estado indio y del BJP y se han desafiado constantemente los toques de queda con movilizaciones espontáneas. Incluso se han bloqueado convoyes militares por parte de las masas del campo.

Bloqueo en las carreteras de Manipur. Fuente: The Telegraph India

La contradicción que podemos identificar en esta lucha es principalmente la existente entre el campesinado y la feudalidad. Los medios de comunicación plantean lo ocurrido como un simple conflicto tribal o religioso, y el Estado plantea que todo está volviendo a la normalidad, y que todo lo ocurrido ha sido provocado por alborotadores. Pero todo ello es un enmascaramiento de la realidad ya que la clave de los hechos está en la lucha por la tierra, en la contradicción entre el campesinado y la clase capitalista burocrática y los terratenientes. Las masas campesinas están luchando y resistiendo los ataques de las clases dominantes y del Estado indio, y están confrontando de forma directa con ellos.

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