Las empresas de desokupación son las tropas de choque del capital financiero dentro del plan de militarización del Estado

Publicamos el artículo que se puede encontrar en el periódico del Estado español, Servir al Pueblo.

Debemos hablar del bombardeo mediático sobre “la cuestión okupa” [Nota aclaratoria: un okupa es aquella persona que se establece en una vivienda que no es propiedad suya]. El Estado está inmerso en una ofensiva ideológica contra los movimientos de masas, y su caballo de batalla es el tema de las okupaciones. No hace ninguna distinción: sindicatos de barrio y organizaciones por el derecho a la vivienda, centros sociales autogestionados, ateneos o espacios populares, centros anarquistas, etc. Todos son enemigo del Estado y contra todos va esta ofensiva ideológica. Según el momento concreto de la lucha de clases, el foco concreto es un movimiento o centro ocupado concreto, pero en perspectiva, todos son enemigos del Estado.

La existencia de empresas como “Desokupa” forma parte del plan contrarrevolucionario de esta ofensiva ideológica del Estado español. Se trata de nada más, y nada menos, que fuerzas de choque de la oligarquía financiera. Reclutan fascistas y a los reaccionarios más casposos de la vieja sociedad, les arman, les brindan apoyo mediático y judicial, y les mandan como los perros rabiosos que son a combatir contra movimientos de masas. Ahora están en una situación inicial y se centran más contra el okupa individual, pero en perspectiva, buscan combatir y eliminar a la fuerza organizada de las masas, especialmente a las fuerzas dirigentes. El reciente caso de Barcelona es ejemplo claro de esto [Nota aclaratoria: Desokupa ha convocado manifestación para este Jueves 25 de mayo en Barcelona].

Son tropas de choque de la oligarquía financiera y emplean la violencia ilegal. El Estado necesita este tipo de tropas que operan al margen de su propia legalidad, lo vimos también con los GAL [Nota aclaratoria: Grupos Antiterroristas de Liberación, grupo paramilitar organizado por el presidente del Estado español entre 1982 y 1996, Felipe González, usado por el Estado español para asesinar militantes del grupo vasco ETA y otra gente vinculada con la lucha del movimiento nacional vasco] salvando mucho las distancias. El constante apoyo de los medios de comunicación a estos mercenarios del capital financiero en forma de entrevistas y reportajes tiene por objetivo normalizar la violencia contra las masas, incluso la violencia ilegal que ejerce el Estado saltándose sus propias leyes.

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