La agricultura de la UE se basa en la sobrexplotación de los obreros migrantes temporeros

Según un estudio llevado a cabo por la ONG Oxfam, los obreros estacionales que trabajan en la agricultura en Alemania, se enfrentan sistemáticamente a salarios bajos, seguros de salud insuficientes, condiciones de trabajo no seguras y altos costes de alojamiento. Este tipo de condiciones son muy habituales en la UE.

Los obreros a menudo reciben un salario combinando de salario por hora y salario que se paga en base al trabajo realizado. Es común que el empresario falsifica cuantas horas han trabajado, y que no pague por el tiempo completo. Los días son largos, superiores a diez horas, y físicamente extenuantes. Los temporeros no tienen un seguro de salud como el de otros obreros – a pesar de que su trabajo les está causando muchos problemas de salud – y es el porqué de que muchos empresarios no proveen de suficiente seguro de salud o hacen que los obreros paguen ellos mismos por seguros privados. Una de las principales formas en las que los empresarios roban el salario a los obreros, es restando de este último los costes de alojamiento. Los obreros dicen que a menudo este precio es ridículamente alto – por ejemplo, un lugar en un barracón sin cocina cuesta 40 euros por metro cuadrado, el doble que un alquiler sin calefacción, electricidad y agua en el centro de Múnich, que es una de las grandes ciudades alemanas con precios de alquiler más altos. Este tipo de robo de los salarios, o poner a los obreros en deuda con el empresario, es un ejemplo del tipo de explotación semifeudal. Un obrero describe las condiciones: “Esto no es Europa.”

Cientos de miles de obreros vienen cada año a Alemania para trabajar estacionalmente en la agricultura. Para el imperialismo alemán, el libre movimiento de la fuerza de trabajo en la UE es una parte especialmente importante para la agricultura, ya que la mayoría de los obreros provienen de Estados de la UE de Europa del Este. El 95% de los obreros estacionales en la agricultura en Alemania, no son ciudadanos alemanes. Un fenómeno similar se puede ver en los otros países imperialistas de la UE, especialmente España y Francia (estos países se basan incluso más en los obreros fuera de la UE). El trabajo agrícola en los países imperialistas es llevado a cabo en gran medida por parte de obreros migrantes de las naciones oprimidas, y de acuerdo con el estudio, es el sector donde los obreros migrantes son explotados incluso de formas más extremas que en otros sectores.

La evidencia de condiciones semifeudales o incluso esclavistas es bien conocida. Un estudio de la UE describe como muchos de los cientos de miles de obreros migrantes agrícolas en Italia encuentran trabajo a través del sistema ilegal caporalato, que se basa en los caporali, jefes de grupo, que organizan equipos de obreros, les proveen de alojamiento, transporte y comida y los restan de sus salarios. Estos obreros viven bajo la amenaza de violencia, especialmente las mujeres, que están en un alto riesgo de sufrir abusos sexuales. El Estado español es el mayor exportador mundial de fresas. Muchos de los obreros que trabajan en los campos son mujeres de Marruecos, que normalmente no hablan español, son analfabetas y han sido reclutadas en sus propias casas de sus pueblos, haciéndolas completamente dependientes del empresario y de los intermediarios de su país, que hacen “tratos” con el empresario. Además, el uso de fuerza de trabajo ilegal y trabajo no registrado, es más común en la agricultura y entre obreros estacionales que en otros sectores de la economía en la UE – estos obreros carecen incluso de las más básicas protecciones legales mínimas.

También otros estudios muestran la existencia de este tipo de relaciones de producción, también en países imperialistas, donde la sobrexplotación está creciendo alrededor del mundo. Algunas de las formas más extremas de sobrexplotación es similar a las condiciones esclavistas. Alrededor del mundo, la cantidad de obreros en condiciones de “esclavitud moderna” ha crecido, de acuerdo con el Índice de Esclavitud Global, hecho por la ONG Walk Free. En esta lista, incluso los países “menos afectados” – como Suiza, Alemania, Noruega, Suecia, Finlandia, Japón – miles de personas son explotadas bajo diferentes condiciones en las que no tienen la relativa “libertad” de los obreros, correspondiente al modo de producción capitalista. Desde condiciones de trabajo similares al esclavismo, hasta deudas bajo amenaza, tráfico de personas y venta de niños, hasta matrimonio forzado y servil, carencias de “libertad de elección” que incluso están sobre el papel.

La importancia de esta fuerza de trabajo fue demostrada durante la pandemia del Covid-19, cuando en el caso de Alemania, se afirmó que los obreros migrantes eran “esenciales” y a pesar de tener reglas estrictas para entrar en el país, y prohibir a la gente interactuar de forma normal a diario, tomó la decisión de fletar vuelos para miles de obreros agrícolas desde Europa del Este y Central. También en esos momentos,se dieron las las violaciones de la legislación laboral y la exposición a riesgos de salud (como el virus Covid-19), y fueron insuficientes los alojamientos compartidos proveídos por los empresarios que tanto salieron en los medios de comunicación, incluso cuando la situación no era algo nuevo. Muchos estudios durante estos años muestran que los obreros migrantes en la agricultura trabajan en condiciones que no existen para los obreros “nativos” en los países imperialistas – eso es el porqué ellos son “esenciales”.

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