Sobre la situación actual en Oriente Medio

El pasado 6 de abril los ministros de exteriores de Arabia Saudí e Irán tuvieron un encuentro en Pekín, en el que acordaron reabrir las embajadas en ambos países, profundizando en el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas. En este mismo día, el Estado de Israel bombrdeaba el sur del Líbano, después de haber recibido lanzamientos de cohetes contra su propio territorio desde esta misma zona, y ha acusado principalmente a Hamas de estos ataques. Desde el Líbano se cree que los ataques estarían siendo realizados por parte de Hezbollah, organización apoyada por Irán.

Esto se enmarca en un contexto general de cambios en los equilibrios de poder en Oriente Medio, y lo mismo ocurre con los recientes y repetidos bombardeos que realiza el Estado de Israel sobre Siria, sobre los que ya informamos en varias ocasiones en este mismo periódico. Fue de especial relevancia el que hubo contra el aeropuerto de Aleppo, llegando a inutilizarlo en varias ocasiones, y que era esencial por motivos humanitarios tras el terremoto. El Estado de Israel defiende que ataca este aeropuerto debido a que tiene una importancia logística para Hezbollah.

En este contexto, el 10 de marzo tuvieron lugar los Acuerdos entre Irán y Arabia Saudí, y fueron en Pekín. Tras esta reunión, ambos países anunciaban el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ellos, tras haber sido cortadas desde inicios de 2016. Esto se ha logrado con la mediación del socialimperialismo chino, que tiene grandes intereses económicos en la zona. El importante papel de China fue reconocido por el ministro de Exteriores saudí, que afirmó lo siguiente: ‘’China es nuestro mayor socio comercial (…) China para nosotros, es un importante y valioso socio en muchas áreas’’. Organizaciones como Hezbollah, así como otros países de la región como Iraq, Omán y Emiratos Árabes Unidos, celebran el acuerdo.

Tras estas primeras conversaciones, se han firmado algunos acuerdos como el establecimiento de una Cámara de Comercio en común, o por ejemplo, la reapertura de las embajadas en ambos países.

A estos acuerdos entre Irán y Arabia Saudí, se suman otros, por ejemplo, el envío de representación diplomática oficial por parte de Irán a Emiratos Árabes Unidos tras casi 8 años sin tener representación oficial allí, con la pretensión por parte de Irán de seguir incrementando sus vínculos con otros estados de la península arábiga.

Foto de los acuerdos del 6 de abril, con representantes de China, Arabia Saudí e Irán. Créditos de la imagen para la web Newsnpr: https://cdn.tuoitre.vn/471584752817336320/2023/4/6/2023-04-06t071204z750125828rc2u80a5199hrtrmadp3iran-saudi-china-16807686878131758339006.jpg

Los acuerdos entre Irán y Arabia Saudí pueden afectar a numerosos países de la región y de hecho ya hay reportes regionales que informan de avances en las negociaciones en Yemen, así como que Irán habría aceptado dejar de armar a los Hutíes. Otros países donde puede haber cambios es en el Líbano, donde algunos medios afirman que lo más posible es que se reconcilien las diferentes facciones, y con ello se conseguiría un Estado libanés estable, y por ello un lugar en el que el Estado de Israel no podría entrar tan fácilmente como lo ha estado haciendo estos años anteriores. En el caso de Iraq podría darse un caso similar ya que está bajo influencia iraní, pero su nuevo Primer Ministro, Mohammed Shia al-Sudani estaría tratando de relacionarse también con Arabia Saudí.

El caso de Siria es especialmente relevante para los EEUU y el Estado de Israel debido a la importancia de Bashar al-Assad como firme aliado de Irán y del imperialismo ruso, y por el apoyo prestado por Hezbollah y el uso que hace este movimiento del territorio sirio. En este caso, el papel ruso en todo esto ha sido muy relevante, ya que ha mediado para lograr estabilizar el gobierno de al-Assad, y según Al-Monitor, y ha conseguido que Turquía acceda a retirar gran parte de las tropas turcas del territorio del norte de Siria, demostrando que es un actor relevante en la región. Irán también ha conseguido varios objetivos, ya que hay un intento de consolidar al Estado sirio y normalizar la situación del país, tras episodios como las conversaciones mantenidas en Moscú entre altos diplomáticos rusos, iraníes, sirios y turcos. El interés de los turcos, radicaría en parte en la posibilidad de coordinarse con Assad para reprimir al movimiento nacionalista kurdo. Y lo que es más importante, según el diario Reuters, Arabia Saudí quiere invitar al presidente sirio a la cumbre de líderes árabes de mayo, algo que según el diario ‘’acabaría formalmente con el aislamiento regional de Siria’’.

Esta es una victoria del socialimperialismo chino, que estos años ha incrementado su posición de influencia sobre Irán con colaboración en diferentes ámbitos: cooperación diplomática en el asunto de la carrera nuclear; maniobras militares navales conjuntas junto con Rusia; y especialmente unas importaciones crecientes de petróleo desde el año 2022. Las inversiones chinas son de una gran importancia para toda la región: China ha realizado enormes inversiones en cuanto a importación petrolera, construcción de enormes infraestructuras vinculadas al proyecto ‘’Belt and Road Initiative (BRI)’’, y unas inversiones crecientes también en la reconstrucción de Siria e Iraq. En cuanto a las relaciones económicas con Arabia Saudí, sobre todo son muy importantes en cuanto al comercio de petróleo y derivados, ya que China es el principal importador de petróleo saudí, además de que recientemente se ha unido como socio a la Organización de Cooperación de Shanghai, foro de seguridad y economía que sigue los designios del socialimperialismo chino.

Según el análisis de varios medios internacionales, como por ejemplo The Guardian, este restablecimiento diplomático pondría a China en una posición diplomática de fuerza, no sólo respecto a Oriente Medio, sino a nivel global, como posible ‘’garante de la paz’’, incluso de cara a las negociaciones en Ucrania. Exdiplomáticos yankees, como Hillary Mann Leverett, afirman que ‘’En Washington la gente está sorprendida y preocupada por el estado del poder de los EEUU en el mundo’’. EL periódico turco Yeni Demokrasi afirma lo siguiente: ‘’ Por supuesto es posible hablar de la decadencia de la hegemonía estadounidense. Pero sería una exageración asumir que el poder de los EEUU está llegando a su fin a través de un acuerdo‘’.

Todo ello hace peligrar los intereses yankees en la zona por varias razones: como hemos visto, la preocupación de que el socialimperialismo chino entre con fuerza en el ámbito diplomático internacional, especialmente en esta región; que este último dispute el dominio económico del imperialismo yankee en la zona, haciendo peligrar los numerosos intereses yankees en países que históricamente han sido socios de los EEUU en la zona, como Arabia Saudí, que se está viendo arrastrado hacia la influencia china.

Todo esto afecta de otra forma a los intereses del imperialismo yankee, y es aislando al Estado de Israel, que históricamente ha sido una base segura para el imperialismo estadounidense, y conformando una región más estable, e incluso posibles frentes unidos contra los israelíes. Sería peligroso para sus intereses si se estabiliza y reconoce internacionalmente al gobierno de al-Assad, y se logra también un estado libanés estable. A ello se le podría sumar un crecimiento económico de Irán, y una caída en desgracia de los Acuerdos de Abraham, si finalmente hay una colaboración estrecha entre Irán, Arabia Saudí y el resto de Estados del golfo Pérsico, como pretende especialmente Irán. Estos acuerdos especialmente importantes para el Estado de Israel ya que generaban un acuerdo sin precedentes a través del cual los israelíes normalizaban relaciones con numerosos estados, dejando una base segura para el imperialismo yankee en la región. De hecho, al respecto de ello, tanto Netanyahu como los intelectuales israelíes ligados al Estado, afirmaban que lo fundamental de un acuerdo con Arabia Saudí, era ‘’hacer un bloque contra Irán, en la región’’, por lo que este restablecimiento diplomático ‘’serían muy malas noticias para Israel’’.

Los acuerdos y el acercamiento de países como Arabia Saudí hacia China está vinculado con su política exterior, ya que el socialimperialismo chino aparenta ser más pacífico. Al respecto de ello, algunos expertos afirman lo siguiente: ‘’La política exterior de Pekín de hacer equilibrios entre rivales y hacer crecer el multilateralismo, ha permitido a China profundizar sus lazos con Oriente Medio. Mientras se relaciona con la región, China se centrado en los intereses compartidos, que son mayoritariamente económicos, y ha enfatizado la cooperación entre el Sur global. Pekín se ha mantenido al margen de los conflictos prolongados y las debilidades inmediatas, pero ahora, se esperan nuevos desafíos como acuerdos de seguridad, y como cambiará el equilibrio de poder en la región dependiendo de varios factores, en especial los acuerdos nucleares con Irán.‘’ Esta es la forma en la que China se está acercado a los países de Oriente Medio, después de décadas de guerra constante con los ataques militares yankees contra Iraq, Afganistán, la inestabilidad producida por las Primaveras Árabes, o el apoyo a las acciones del Estado de Israel, que se está volviendo más agresivo. China promete estabilidad y prosperidad económica, mientras que el imperialismo estadounidense ha demostrado lo contrario en estos años, y quiere mantener la región en un estado permanente de guerra. Debería ser obvio que las promesas de China de paz y estabilidad, sólo quieren decir una fase de preparación para nuevas guerras, siguiendo la lógica del imperialismo.

Al poco de conocerse los acuerdos de marzo entre Irán y Arabia, y coincidiendo con el inicio del Ramadán, los israelíes han intensificando su campaña represiva contra el pueblo palestino, especialmente en esta última semana, con los desalojos y ataques a los peregrinos en la mezquita de Al Aqsa. Esto no sólo se enmarca en la política local del Estado de Israel y su represión sobre Palestina. Palestina es parte de la batalla que se libra en Oriente Medio, con actores influenciados por algunos países, y con un estado como es Israel, que actúa como garante de los intereses yankees en la región. Durante el mes de marzo los israelíes han bombardeado Siria, han lanzado una campaña por debilitar y reprimir duramente a los palestinos, y actualmente se han lanzado también al bombardeo del Líbano, que también podría ser otro de los países afectados por una normalización de relaciones entre facciones internas en disputa. Las diferentes acciones contra el pueblo palestino por parte del Estado de Israel ocurren en paralelo con la progresiva toma de acuerdos entre Irán y Arabia Saudí, y primero se dan unos ataques y provocaciones, luego estalla el pueblo palestino, y posteriormente se usa como pretexto para golpear no sólo territorio palestino como Gaza, sino Siria o Líbano. Esta es la política histórica que ha llevado a cabo el imperialismo yankee desde hace décadas en Oriente Medio.

En torno a ello, el 27 de marzo ya escribimos un artículo mencionando la represión a los palestinos, y mencionamos lo siguiente: ‘’Al comenzar el mes sagrado de los musulmanes, el Ramadán, los ocupantes israelíes continúan su acoso y sus crímenes genocidas contra los palestinos. Ya a principios de año, 84 han sido asesinados, y la cifra va en aumento (…)’’. Lo mismo podemos decir al respecto de las detenciones. A finales de marzo las tropas del Estado de Israel abrieron fuego contra manifestantes que había cerca de la frontera de Gaza. La tensión siguió escalando con la voluntad del Estado de Israel de establecer nuevos puntos de control para la entrada en Jerusalén, y se produjeron asesinatos de palestinos en varias ciudades. Finalmente, el 5 de abril las tropas israelíes entraban en la mezquita de Al Aqsa con granadas aturdidoras y golpeando con sus porras a los peregrinos. Hubo 12 heridos y centenares de detenidos. Según la web ‘’Palestina Libre’’ que se hace eco de varios medios de la región, hubo 400 detenidos. Acto seguido, se realizaron bombardeos sobre el territorio de Gaza, oficialmente para golpear objetivos de Hamas.

Detenidos tras el ataque israelí a la mezquita de Al Aqsa la noche del 5 de abril. Créditos de la imagen para la web Palestine Chronicle: https://pbs.twimg.com/media/Fs5980SaEAAgKLA?format=jpg&name=small

Tras todas estas acciones por parte del Estado de Israel, se han producido los lanzamientos de cohetes desde la Franja de Gaza y el sur del Líbano por parte de Hamas y Hezbollah, y posteriormente los bombardeos realizados por las Fuerzas Armadas de Israel. Además, de momento no se piensa en una desescalada por parte del Estado de Israel, sino que la situación se agrava. Por ejemplo, en las declaraciones del 7 de abril el Primer Ministro del Estado de Israel, Benjamin Netanyahu dijo lo siguiente al respecto de los lanzamientos de cohetes sobre territorio israelí: ‘’La respuesta de Israel, esta noche y más tarde, tendrá un precio significativo para nuestros enemigos (…) El debate interno en Israel no debe impedirnos el tomar acciones contra ellos, donde sea y cuando sea necesario. Todos nosotros, sin excepción, estamos unidos en esto’’.

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