Combates y barricadas en las calles de Panamá

Imagen de cabecera: bloqueo de carretera por parte de manifestantes. Fuente: AP Photo/Matias Delacroix

El pueblo panameño está en pie de guerra desde hace meses. Las protestas se han intensificado especialmente en las últimas semanas cuando se ha visto a manifestantes montando barricadas y combatiendo con diversos medios contra las fuerzas represivas.

Fuente: MARTIN BERNETTI / AFP

Las protestas masivas son un hecho generalizado en el país desde 2023, cuando el pueblo panameño protestó masivamente contra un megaproyecto minero de cobre en Colón, donde las enormes y combativas manifestaciones en todo el país consiguieron que el proyecto se cancelase:

Las actuales protestas iniciaron en marzo y tienen lugar contra la reforma de las pensiones, que según denuncian diferentes organizaciones obreras, movimientos sociales y el conjunto del pueblo panameño, servirá para privatizar las pensiones y elevar la edad de retiro. En abril inició una huelga general masiva por parte de enormes sectores de la clase obrera, con acciones de protesta y marchas masivas. A esta protesta principal se le han sumado otras tantas protestas contra la injerencia militar del imperialismo yanqui en el país y otros tantos problemas que aquejan a este país semicolonial y semifeudal.

En las protestas participan profesores, trabajadores de la sanidad, obreros de diferentes sectores, y también campesinos e indígenas. Éstos han tenido un papel decisivo, por ejemplo en la provincia de Darién, donde indígenas de la comunidad Arimae se han estado enfrentando con la policía panameña y a guardias fronterizos:

El monopolio yanqui Chiquita despidió a 5.000 de 6.500 trabajadores que tenía en nómina debido a la huelga convocada contra la reforma de las pensiones. El presidente panameño, José Mulino, cumplió con su cometido y defendió que la huelga era ilegal y que la acción de despido masivo fue justa. Los despidos ocurrieron en Bocas del Toro, donde se han juntado las protestas contra la reforma de las pensiones y el despido masivo del monopolio yanqui, haciendo estallar potentísimas movilizaciones que han bloqueado la provincia.

La policía antidisturbios ha sido frenada en varios puntos en su avance hacia diferentes áreas rurales e indígenas, por ejemplo cerca de Pueblo Nuevo:

El 27 de mayo Mulino declaró un estado de emergencia en la provincia de Bocas del Toro. Entre otras medidas, se reportan cortes totales de internet.

La violencia desatada por el Estado y el gobierno lacayo del imperialismo yanqui contra el pueblo es brutal. Los medios locales informan que en Bocas del Toro las fuerzas represivas han usado munición letal contra los manifestantes. Tres manifestantes han sido heridos y otro ha sido asesinado:

Esto no ha llevado a que el pueblo deje de manifestarse, sino más bien lo contrario. Se ha visto a numerosos manifestantes con diferentes medios de lucha, desde barricadas con troncos, hasta escudos y hondas, desafiando al Estado y a los monopolios. América Latina en general es un polvorín a punto de explotar, y en este caso, Panamá ha explotado tras esta chispa que ha sido la reforma de las pensiones y la brutal represión del gobierno.

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