El gobierno estadounidense reprime activistas anti-imperialistas y revolucionarios
Imagen de cabecera: estudiantes se enfrentan a la presencia policial en la Ciudad Universitaria de Nueva York (CUNY). Fuente: Spencer Platt.
El gobierno de Estados Unidos (EE.UU), ya sea bajo Joe Biden o Donald Trump, ha desplegado en los últimos años una feroz represión contra el movimiento anti-imperialista y el revolucionario en sus fronteras. La creciente protesta y la solidaridad pro-Palestina en los Estados Unidos han llevado a su Estado imperialista a intentar sofocar el creciente movimiento anti-imperialista. Tras el fracaso de Joe Biden, el actual Presidente estadounidense, Donald Trump, está liderando una reaccionarización del Estado al implementar nuevas medidas, como perseguir ferozmente a los obreros migrantes en Estados Unidos. Este ataque se dirige por la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que detiene y deporta a cientos de personas. 300 estudiantes extranjeros han sido perseguidos bajo estas medidas, específicamente por el uso de una ley anti-comunista, originalmente aprobada en 1952. Estos estudiantes, quienes han sido detenidos y deportados, han sido perseguidos por su solidaridad y participación en protestas y movimientos pro-palestinos en universidades de EE.UU. A Nova Democracia ha publicado un artículo más detallado sobre esta ley:
Los derechos democráticos, como la libertad de expresión en campuses universitarios está bajo ataque. Como ha informado Palestine Chronicle, los casos de deportaciones de migrantes son parte de una política que busca eliminar la disidencia dentro de las fronteras de EE.UU. Hay informes de un aumento de la vigilancia que afecta a las redes sociales, las comunicaciones electrónicas de todo tipo, y el uso de otras medidas intrusivas. El foco de esta política es suprimir la disidencia del movimiento anti-imperialista y su apoyo a la causa palestina, lo que ha llevado a la calle a miles de personas desde octubre 2023. Como resultado, muchos activistas e intelectuales que han hablado contra el actual genocidio, perpetuado por el Estado de Israel en Palestina, han sido objetivos y han sufridos amenazas de deportación. Hay numerosos casos en los meses recientes: El profesor Dr. Rasha Alawie de la Universidad de Brown, deportado a Líbano en marzo; el estudiante Mohsen Mahdawi de la Universidad de Columbia, que todavía lucha contra el Estado para continuar en el país y evitar la deportación; Rümeysa Öztürk, estudiante de Turquía de la Universidad de Tufts, detenido en marzo; Mahmoud Khalil, uno de los casos más conocidos, que desató protestas por el país. Su caso todavía está abierto, y un juez federal instruyó recientemente a la administración Trump que detallara el precedente legal para el plan de deportación de Mahmoud Khalil. Hemos reportado previamente sobre este caso:
Activistas estudiantiles revolucionarios han sufrido criminalización mientras luchaban por demandas específicas en sus universidades. El miércoles 16 de abril, los Student Panthers, miembros de la Unión Estudiantil Revolucionaria (Revolutionary Student Union – RSU), organizaron una concentración que albergó a más de 100 estudiantes para protestar contra la “vivienda decadente, sin mantenimiento e insuficiente para los estudiantes en el campus”. La policía calificó la concentración como ‘revuelta’. RSU informa que la policía armada se encontraba en los alrededores y que “durante la protesta, la policía derribó, esposó y se llevó a cinco personas”. Varias organizaciones han firmado un comunicado conjunto en solidaridad con los estudiantes:
Pero por supuesto, esta feroz represión desatada por el imperialismo yanqui dentro de sus propias fronteras no comenzó con la administración de Trump. Esta nueva ola de represión contra el movimiento y activistas pro-Palestina en Estados Unidos comenzó bajo la administración de Joe Biden. Tras el Diluvio Al-Aqsa el 7 de octubre de 2023, el imperialismo yanqui hizo muchos esfuerzos para detener la solidaridad y la resistencia, también en sus fronteras. En 2024 Estados Unidos impuso sanciones contra Samidoun, acusando a la organización de ser una “falsa organización benéfica” para conseguir fondos para una organización política de izquierda palestina que se encuentra en la lista negra, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), designada como grupo terrorista por el gobierno estadounidense. Además, casi 3.000 estudiantes fueron arrestados durante la administración de Biden cuando se expandió la represión contra el movimiento pro-palestino en docenas de universidades y colegios por Estados Unidos.
Algunos de los prisioneros anti-imperialistas todavía esperan su liberación; es el caso por ejemplo de Mumia Abu-Jamal, un ex-miembro de los Pantera Negra, condenado y sentenciado a muerte en 1982, a quien recientemente le han rechazado su apelación, basada en una nueva prueba por mala conducta del fiscal.
