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Finlandia: Teemu Keskisarja ofende el “espíritu del Día de la Independencia”
A continuación publicamos una traducción no oficial de un artículo de Punalippu antes de las próximas marchas fascistas más importantes del año el 6 de diciembre (marcha 612):
Teemu Keskisarja del “Partido de los Finlandeses” anunció que no asistiría a las celebraciones del castillo y que en su lugar participaría en la marcha del 612. Otro diputado del Partido de los Finlandeses, Sheikki Laakso, anunció que participaría, pero finalmente canceló su participación. La participación de los diputados del partido gobernante en la marcha fue condenada de diversas formas tanto por el Presidente como por el Primer Ministro. Además, el presidente del grupo parlamentario del “Partido de los Finlandeses”, Jani Mäkelä, ha pedido a los miembros de su partido que actúen con “consideración”, algo que también ha pedido, por ejemplo, la ministra del Interior, Mari Rantanen. El Primer Ministro Orpo se escudó en la autoridad de Supo y declaró que participar en la marcha era “inapropiado e incorrecto”, y más tarde recalcó que, aunque no podía prohibírselo a nadie, “nadie debería ir”, lo que supone una franqueza poco habitual por parte de Orpo. Orpo también subrayó que las celebraciones del castillo debían respetarse si se invitaba a ellas. El Presidente Stubb , por su parte, declaró que no es aconsejable ir a la marcha si participan “extremistas” y que todo el mundo debería centrarse en celebrar el Día de la Independencia y “la división en dos podría olvidarse”. Hizo un llamamiento a la gratitud a los veteranos y a Finlandia y afirmó que el Día de la Independencia es uno de “los mejores días de Finlandia”.
Stubb resume de qué va el alboroto. Las acciones de Keskisarja sólo pretenden elevar su propio perfil político con supuesta modestia, después de todo, Keskisarja es, según sus propias palabras, sólo una “escoria” que no merece una fiesta en un castillo. De este modo, ofende el “espíritu del Día de la Independencia” de la burguesía, cuyo propósito es borrar todas las contradicciones, principalmente entre clases, pero también dentro de la clase dominante, la propia burguesía, y mantener la “unidad nacional”, para celebrar la sangrienta dictadura de la burguesía finlandesa. En primer lugar, Keskisarja rechazó una invitación a la fiesta del castillo, que es una tradición significativa para la burguesía en cuanto a la presentación de esta “unidad nacional” y, en segundo lugar, pretende participar en su lugar en una marcha política de antorchas y plagada de conflictos. A los ojos de la burguesía, esto es un insulto a su “mejor día” y a su significado, y muestra lo importante que es para ella conservar la “unidad nacional”.
Así que Keskisarja quiere elevar su propio perfil e intenta aprovecharse de los fascistas. Su “desapego” encaja con su imagen de “bohemio” descuidadamente vestido; al fin y al cabo, ni siquiera es lo bastante guay como para asistir a una fiesta en un castillo. Los fascistas, a su vez, quieren aprovecharse de “los finlandeses”. La publicación fascista «Partisaani», que mancha el nombre de los partisanos, ha declarado que el propósito de las marchas es mover la “ventana de Overton” y normalizar su ideología. Si “los finlandeses” participan, esto se conseguirá. Si cancelan, los fascistas tendrán una razón más para acusarles de mariquitas, incluso de traidores demasiado “woke”.