Invasión de campamentos, intentos de asesinatos y tortura. Últimos ataques a campesinos en Brasil

Se han reportado multitud de ataques a campesinos y, sobre todo, a los campesinos que se organizan y resisten la usurpación de tierras por parte del latifundio. De nuevo, más casos donde se puede observar el incremento de la violencia latifundista contra los campesinos, que cuenta con la ayuda del Estado. Hacemos una recopilación de los últimos reportajes de los ataques contra los combatientes de la lucha por la tierra en Brasil.

Campamento campesino Nueva Esperanza, Rondônia, invadido por la policía

El 25 de noviembre, la policía militar invadió el campamento Nueva Esperanza, en Rondônia en un intento de expulsar a las familias que ocupaban las tierras del latifundio Capão da Onça desde el 15 de noviembre. Es el tercer intento de expulsión de las familias sin orden judicial, tal y como reporta A Nova Democracia.

Sin embargo, a pesar de las tentativas al servicio del latifundio, los campesinos tienen claro que esa tierra es suya, ni siquiera el latifundio tiene el título de propiedad “sólo tiene el documento de compra y venta. No tienen el título de la tierra”.

En contacto con la Liga de los Campesinos Pobres (LCP), los campesinos decidieron avanzar en la organización, que llevan desde 2007 en la región, ocupando las tierras, pero una intervención militar les expulsó de las tierras. Se espera que en los próximos meses repartan las tierras entre las familias y se entreguen los títulos por parte de los propios campesinos.

Quilombolas de Minas Gerais (MG) denuncian tentativa de asesinato de líderes

“Anoche pasó un automóvil y disparó tres tiros hacia las casas de la comunidad”, dice el dirigente Antônio Cosme, en un video grabado el 12 de noviembre. Desde inicio de noviembre quilombolas del Quilombo Baú, MG, denuncian los intentos de asesinato contra los líderes de la comunidad. La denuncia llegó a AND a través de la LCP.

En una nota publicada el 11 de noviembre por la Comisión de las Comunidades Quilombolas, se denuncia que se reunieron el 6 de noviembre con autoridades estatales y piden “celeridad en los procesos de regularización de tierras y garantía de la vida del pueblo quilombola”. Cuanto más se tarde en dar las tierras a los campesinos, más crímenes contra los indígenas ocurren. Durante este año los quilombolas ya habían denunciado en marzo amenazas de asesinatos.

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Policía Militar detiene y tortura a campesinos

El 23 de noviembre la policía detuvo y torturó a campesinos en Tocantins tal y como denuncia el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) y publica AND.

Según informa el MST, el área cuenta con más de 1.600 hectáreas y una parte de ella ha sido tomada por un terrateniente. Así, el desalojo de los campesinos tuvo lugar horas después de que los campesinos tomen las tierras. Se detuvieron a tres personas y una de ellas fue torturada brutalmente. Simulando una cámara de gas, encerraron a la persona en el maletero del coche y lanzaron espray pimienta.

Esta noticia sucede apenas un mes después de que se denunciara que la policía civil torturase a campesinos que ocupaban tierras en el campamento Tierra Prometida, en Pará, cerca de Tocatins. Cinco campesinos fueron asesinados y otros desaparecieron.

La Liga de Campesinos Pobres (LCP) denunció en un comunicado el asesinato de los campesinos que ocupan tierras y reforzó que crímenes como estos no son nuevos hoy en día. “En la Hacienda Santa Lúcia, en 2017, también fueron asesinados ocupantes ilegales, y fue la pronta denuncia de la LCP del Sur de Pará y de Tocantins, y luego de la CPT, lo que evitó que el crimen fuera presentado como un ajuste de cuentas por parte de los acaparadores de tierras. En su momento, denunciamos la masacre como parte de la creciente violencia en los latifundios bajo la gestión de Temer, como habíamos denunciado la masacre de los Gamela en Maranhão y la masacre de Colniza (esta última llevada a cabo por los Guaxeba, conocidos en Rondônia como el sargento Moisés, ampliamente denunciado por la LCP)”. 7 años después, y con la ayuda de la LCP, los campesinos comentan que continúan en sus tierras, y esperando a que el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) resuelva el asunto.

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