
Sobre la creciente tensión en el Cuerno de África
Imagen de cabecera: mapa político de la región.
Durante el pasado mes de septiembre se han desarrollado un mayor belicismo y tensión entre los estados etíope y somalí. Estas tensiones hunden sus raíces en la firma el 1 de enero del llamado Memorándum de Acuerdo (MoU por sus siglas en inglés) entre Etiopía y Somalilandia1, que daba acceso al primero a arrendar un puerto que le daría acceso al Golfo de Adén y por tanto, acceso al mar, una posibilidad que el Estado etíope perdió desde la independencia de Eritrea hace décadas. Así Somalilandia le arrendó 20 kilómetros al Estado etíope. Aunque las cláusulas del acuerdo permanecen secretas, se apunta a que sería un acuerdo no sólo comercial sino que podría implicar también presencia militar. A cambio, el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed prometió que eventualmente reconocería la soberanía de Somalilandia. Somalia protestó y lo vio una agresión a su soberanía. A mediados de septiembre diplomáticos de Somalilandia afirmaron que el MoU estaba finalizado y que “un acuerdo legal formal era inminente”. Esto apuntaba a un posible reconocimiento por parte de Etiopía de Somalilandia, algo que el Primer Ministro etíope, Abiy Ahmed ya apuntó como una posibilidad en enero.
En una entrevista realizada al Presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud el 30 de septiembre, éste mostró una serie de fotografías y afirmó que Etiopía estaba liberando agua deliberadamente para causar inundaciones en Somalia, como parte de su ejercicio de desestabilización del país. A su vez, en una escalada de las tensiones, a principios de septiembre tropas etíopes se aproximaron a la frontera con Somalia. Un factor que añade tensión y complejidad es la presencia de tropas etíopes como parte de las tropas de ocupación en territorio somalí, la African Union Transition Mission in
Somalia (ATMIS), gestionada por la Unión Africana. Etiopía es el principal contribuyente de torpas con alrededor de 4.000 soldados desplegados. En otro movimiento que aumentó las tensiones, a inicios de septiembre las tropas etíopes presentes en la región de Gedo en Somalia, tomaron el control de aeropuertos de Luuq, Doolow, Bardere y Garbaharey, importantes para la llegada de cuerpos diplomáticos, equipos humanitarios y pasajeros comunes.
Somalia es un estado semicolonial y semifeudal subyugado principalmente por el imperialismo yanqui y así, durante décadas la presencia militar yanqui ha ido en aumento. A principios de este año ya informamos de cómo se había desvelado el plan del Pentágono de construir numerosas bases militares y así continuar entrenando a las tropas de su estado lacayo y seguir realizando operaciones contra la resistencia y los pueblos de la zona. Y en todo este conflicto la posición del imperialismo yanqui ha sido defender, según ellos, “la soberanía territorial de Somalia, su integridad y unidad”. A su vez, en posteriores declaraciones han afirmado explícitamente que no reconocen el MoU y que EE.UU., es el principal “donante y socio de seguridad” de Somalia. La Unión Europea se pronunció rápidamente en torno al MoU (el 2 de enero) insistiendo en que la soberanía de Somalia debía ser respetada, afirmando que “Esto es clave para la paz y estabilidad de toda la región del Cuerno de África”. Aunque en toda esta cuestión las potencias imperialistas como el Reino Unido, así como especialmente el imperialismo yanqui, han mostrado su hipocresía y cinismo una vez más, ya que mientras se rasgan las vestiduras y “defienden” la soberanía de Somalia, ellos mismos tienen acuerdos con Somalilandia.
Por parte del socialimperialismo chino, se han expresado en términos similares en numerosas ocasiones respecto a Somalia: cuando el MoU se firmó en enero, la embajada china en Somalia afirmó que Somalilandia es parte de Somalia, que China apoya al gobierno federal de Somalia a la hora de “salvaguardar la unidad nacional, soberanía e integridad territorial”. En septiembre en una reunión bilateral con el gobierno somalí, afirmaron que la colaboración entre ambos países era estrecha y que mantenían un “firme apoyo para el proceso en curso de construcción estatal de Somalia”. Más recientemente han hecho su declaración típica de la cara a la galería, afirmando que apoyan los “esfuerzos del gobierno somalí para salvaguardar la unidad nacional e integridad territorial”. Sin embargo el socialimperialismo chino ha hecho gala de un nivel de cinismo a la altura del del imperialismo yanqui, ya que mientras por un lado defiende la soberanía somalí, por otro lado no sólo exporta ingentes cantidades de capital financiero y apoya megaproyectos etíopes, sino que refuerza la cooperación militar con este país. Con la creciente presencia militar de lacayos del imperialismo yanqui y el desarrollo de las capacidades militares somalíes para disuadir a Etiopía, a mediados de septiembre China y Etiopía iban un paso más allá en la cooperación militar y afirmaba que buscaba mejorar las capacidades militares etíopes.
Al mismo tiempo hay un creciente despliegue militar de varios países lacayos del imperialismo yanqui: Egipto y Turquía. Y también Somalia y Etiopía cruzan amenazas y acusaciones. Somalia por ejemplo, ha afirmado que Etiopía ha enviado cargamentos de armas y municiones a Puntland, otra región con un estatus especial en Somalia, lo que sería visto como un ejercicio de desestabilización y de “violación de la soberanía”. A su vez Somalia amenazó abiertamente con “tener contactos con rebeldes armados en Etiopía o rebeldes que están luchando contra el régimen de Etiopía”. El caso egipcio es el más destacado ya que en agosto de este año Egipto y Somalia firmaron un pacto bilateral de defensa. Poco después se informó de un gran cargamento de armamento, entre ello armamento pesado y antitanque, que sería el mayor envío de este tipo de material desde que se levantó el embargo de armas por parte de la ONU en diciembre de 2023. El Ministro de Exteriores de Somalia, Ali Omar, afirmó que el gobierno “busca recibir más suministros militares” y que esperan “en poco tiempo que haya fuerzas para que nos ayuden a entrenar a nuestras tropas y reconstruir nuestro ejército, y esto es lo que hemos pedido a Egipto”. Estas palabras mostraban quizá la cuestión más importante del acuerdo bilateral de defensa: el despliegue de un gran contingente de tropas egipcias en Somalia. Así, ambos gobiernos lacayos del imperialismo yanqui habían “acordado” el despliegue de hasta 10.000 soldados egipcios en Somalia, despliegue que ya empezó en agosto con la llegada de las primeras tropas en dos aviones de transporte C-130. Los propios medios locales apuntaban que esto iba a dirigido a formar la African Union
Support and Stabilization Mission in Somalia (AUSSOM) para 2025, que sustituiría la ATMIS que hemos mencionado anteriormente. Así, el plan es sustituir 4.000 soldados etíopes, por 10.000 soldados egipcios.
La implicación de las clases dominantes egipcias en este conflicto se debe analizar desde varias ópticas: el Estado egipcio y el Estado etíope tienen un largo historial de tensiones debido al uso y acceso del río Nilo, que atraviesa ambos países, debido al megaproyecto de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (conocida como GERD por sus siglas en inglés). Esta presa limitará de forma significativa el caudal de agua que llegará a Egipto y por ello podría suponer un perjuicio enorme para su economía, especialmente para el sector agrario, que por otra parte, en perspectiva podría generar un gran alboroto entre el campesinado en tanto que la superficie cultivable y productividad de Egipto mermaría enormemente. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Egipto podría empezar a sufrir escasez de agua para 2025. Además las autoridades egipcias afirmaban que un recorte del 2% del agua que les llegaba, supondría la pérdida de casi 81.000 hectáreas de tierra cultivable. Pero también afecta al llenado de agua del Lago Nasser, la principal reserva egipcia para generación de energía hidroeléctrica. La generación de electricidad de la GERD empezó en el año 2022. Recientemente se ha terminado el cuarto y último llenado de agua de la presa, completando el proceso en muy pocos años a pesar de que Egipto exigió que se realizase en 15-20 años para no afectar tan drásticamente a la irrigación de sus tierras. Esto lleva a que adicionalmente las clases dominantes egipcias, además de servir a los propósitos de su amo el imperialismo yanqui, vean un acicate más en el conflicto con el Estado etíope, en tanto que les beneficia por partida doble agitar el avispero. Por un lado cumplen con los designios de EE.UU., defendiendo sus intereses en la zona al apoyar a Somalia. Por otra parte defendiendo sus intereses específicos en este conflicto, que están en contradicción antagónica con los de las clases dominantes etíopes.

Respecto a las potencias imperialistas implicadas, el imperialismo yanqui se opuso a la construcción de esta presa si no había un acuerdo acuerdo, es decir, sin su beneplácito y sin estabilizar la situación para sus lacayos egipcios. Por otra parte, intentando bloquear el proyecto podía afectar a los intereses del socialimperialismo chino y el escoramiento etíope hacia este último. Esta presa en un inicio contó con importantes inversiones del imperialismo italiano ya que principalmente el proyecto fue construido por el grupo Webuild, anteriormente Salini Impregilo, mayor constructora italiana y una de las mayores del mundo. Pero en los últimos años y de forma más destacada, ha contado con grandes inversiones del socialimperialismo chino, relación que se ha ido estrechando progresivamente durante los últimos años. En 2011 China prometió serias inversiones, justo cuando la GERD estaba siendo relanzada como proyecto al mismo tiempo que el gobierno lacayo egipcio se veía desestabilizado en el contexto de ellas “primaveras árabes”, por lo que fue un momento propicio para lanzar el proyecto a sabiendas de que as clases dominantes egipcias estaban en un momento de debilidad. En 2013 el socialimperialismo chino concedió 1.200 millones de dólares en préstamos y en 2019 otros 1.800 millones, con otras inversiones menores posteriores. Para el año 2021, los préstamos chinos a Etiopía, llegaban a la cifra de 16.000 millones de dólares, de acuerdo con el Buró Nacional de Investigación Económica de EE.UU. Estas inversiones formarían parte de una creciente exportación de capital financiero por parte del socialimperialismo chino hacia África en general y en particular en el Cuerno de África y al Mar Rojo, que ha ido incrementando con su presencia militar en Yibuti, así como otras grandes exportaciones de capital hacia Sudán del Sur, Etiopía y Kenia. Esto no significa que la presencia del imperialismo yanqui en el país se haya diluido, prueba de ello es el reciente préstamo del Fondo Monetario Internacional a Etiopía de 3.400 millones de dólares. También se observa una competición creciente en el sector de los hidrocarburos, con la compañía Poly-GCL (cuya propietaria es el monopolio chino Sinopec) realizando búsquedas y encontrando nuevas fuentes de hidrocarburos en Etiopía. Pero a la vez se siguen produciendo grandes exportaciones de capital financiero por parte de monopolios yanquis, como una refinería que costaría 4.000 millones de dólares financiada por Fairfax Africa Fund, compañía americana. De hecho en el año 2024 el imperialismo yanqui seguía siendo el principal exportador de capital a Etiopía, aunque eso sí seguido muy de cerca de China.
En cuanto al Estado turco es otro de los actores implicados más visibles en todo lo que está ocurriendo desde hace meses que anunció el posible envío de tropas al Cuerno de África2, apoyando desde un inicio a Somalia en contra del MoU. Este pasado mes de septiembre el presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, pidió al gobierno turco que actuara como mediador en las tensiones ocurridas en la zona. Además después de meses de preparación el gobierno turco enviaba el buque de exploración Oruc Reis a la costa somalí a colaborar en el saqueo de los recursos del país, ya que iba en busca de yacimientos gasísticos y petrolíferos. Somalia concedió una licencia a Turkish Petroleum para que la empresa operase en un área de 15.000 kilómetros cuadrados en busca de recursos energéticos. Esto formaba parte de una serie de acuerdos entre el Estado turco y Somalia que le daba exclusividad de exploración al primero a cambio de el desarrollo de capacidades militares y defensa de Somalia. Poco después se supo que el Estado turco había enviado dos barcos de guerra a la costa somalí para proteger la búsqueda de gas y petróleo por parte de un buque enviado con esa misión. Todo esto ha provocado que una gran cantidad de medios y analistas burgueses hablen del “expansionismo turco”, de su desarrollo, de las ambiciones de Erdogan, etc. Pero la realidad es que Turkish Petroleum es propiedad de un monopolio neerlandés, Zeren Group, que anteriormente habría comprado Alpet, otra compañía relevante en el sector turco de hidrocarburos. En suma, lo que hace el Estado Turco es poner sus tropas a disposición de los monopolios extranjeros y su pugna por una nueva redivisión del mundo. Y por otra parte, servir a los intereses del imperialismo yanqui en la zona, muy vigilante de lo que ocurra en Somalia.
El uso del imperialismo yanqui de sus lacayos para hacerle el “trabajo sucio” es una constante por todo el mundo. En este caso Haití constituye un ejemplo claro: los despliegues que ha habido a lo largo del tiempo han estado formados por tropas de países oprimidos cuyos gobiernos y clases dominantes son lacayas del imperialismo yanqui. Por ejemplo contingentes brasileños, nepalíes o bangladesíes. El nuevo contingente que sería mandar a Haití, sería keniata. Así el gobierno de EE.UU., evita mandar tropas o fuerzas policiales estadounidenses, con el problema que eso puede generar en su imagen, así como en la opinión pública en su propio país si hay bajas o se descubren crímenes. Además el envío de tropas de países oprimidos les hace ver a ellos como “expansionistas” encubriendo el verdadero carácter del yugo semicolonial que les impone el imperialismo yanqui. Por otra parte el imperialismo yanqui puede mantener su fachada de garante de defensor de “los derechos humanos y la democracia”, realizando sanciones económicas como las recientemente realizadas debido a los crímenes cometidos por Etiopía en Tigray. Así, en este caso vemos como usa como supuestos mediadores a sus lacayos turcos (aunque también para el despliegue militar en la zona), mientras que usa a Egipto para mantener una fuerza de ocupación numerosa y leal en el Cuerno de África, que sustituya a los díscolos etíopes. Y no sólo una sustitución equivalente, sino de mucho mayor poder, porque desplegarán más del doble de efectivos y muchos más medios sofisticados. El sentido es doble: asegurar el Cuerno de África frente a la posible expansión de otras potencias imperialistas; reforzar la ocupación ante una creciente inestabilidad en Oriente Medio, así como un Al-Shabaab que ni mucho menos ha sido derrotado y que como hemos informado regularmente, sigue asestando golpes y representando un grave peligro para el gobierno somalí.
Si bien el imperialismo yanqui no ha entrado en contradicción antagónica con Etiopía, si le ha impuesto numerosas sanciones, expulsado de programas de inversión, etc. Esto, sumado al uso de otras maniobras como informes de “ONG’s” vinculadas al imperialismo yanqui sobre el deterioro de los llamados derechos humanos en el país, la amplia cobertura de medios burgueses de los desmanes cometidos por Abiy Ahmed, junto con el apoyo mostrado a Somalia y la fuerte apuesta por militarizar el país, muestran como el imperialismo yanqui intenta desestabilizar crecientemente al Estado etíope por no ser el lacayo fiel que querría y por haber virado progresivamente hacia los brazos del socialimperialismo chino. A su vez el intento de sustituir las tropas de ocupación etíopes por otro contingente, es una clara muestra del intento de quitar relevancia internacional al Estado etíope y mantener el control de esa ocupación en Somalia con otro lacayo más servil. Algo similar aunque a mucha menor escala se ve con la Unión Europea y su apoyo a Somalia y condenas constantes al MoU, sin duda debido a los intereses de los monopolios europeos en la zona, por ejemplo, el propio grupo Zeren, propietario real de Turkish Petroleum como hemos dicho.
En términos generales asistimos a una creciente pugna entre potencias imperialistas por la nueva redivisión del mundo que tiene como campo de batalla, en este caso aún solamente tensiones, los países oprimidos del tercer mundo. África es un territorio de lucha entre los imperialistas por ver quién se queda con la mayor porción del botín. El Cuerno de África juega un papel fundamental en ello no sólo por sus recursos naturales o la abundante fuerza de trabajo que puede ser explotada sino también por la posición estratégica que ocupa. En especial el imperialismo yanqui mantiene una especial atención por lo que ocurre en tanto que esta posición estratégica es fundamental para su guerra contra los pueblos de Oriente Medio, así como para evitar un mayor ascenso del socialimperialismo chino, que de forma amenazante hace crecer su poder e influencia en el continente africano, en especial en África Oriental. Así, este choque interimperialista produce la desestabilización de numerosos países, que se ven gobernados por clases dominantes lacayas que con sus propios intereses y sirviendo a los de sus amos imperialistas, precipitan a sus pueblos a la guerra. Somalia puede presenciar pronto una sustitución de fuerzas de ocupación, que antes y ahora, están al servicio del imperialismo yanqui, así como ve como sus gobernantes lacayos se dirigen animosamente a la guerra por designio de sus amos imperialistas.
Pero lo que también está cada vez más claro es que toda esta actuación de los imperialistas también conlleva consecuencias negativas para ellos: los pueblos de la región están crecientemente en guerra contra los intereses imperialistas. La resistencia contra el imperialismo yanqui y su gobierno lacayo en Somalia no ha podido ser aplacada. La inestabilidad interna etíope no ha sido frenada, ni en Tigray, ni en Amhara ni en Oromia. Las rebeliones de las masas keniatas han hecho temblar a muchos imperialistas. Por todo ello, como en muchas otras partes del mundo, los imperialistas agitan el avispero para golpearse entre sí, pero a su vez, en perspectiva están cavando su propia tumba.
1Somalilandia es un pequeño Estado no reconocido que declaró su independencia de Somalia hace 30 años.
2Ya informamos en verano de este acuerdo con el viejo Estado turco y el despliegue de tropas, así como los acuerdos con Egipto: https://heraldorojo.org/2024/07/26/actualizacion-sobre-la-inestabilidad-de-somalia/