Brasil: Editorial de AND – Una vez más, la derecha gobierna

A continuación publicamos una traducción no oficial del último Editorial publicado por A Nova Democracia.

Estamos ante un gobierno de derecha, formado por una coalición de reaccionarios de derecha y oportunistas de la falsa izquierda o izquierda burguesa que, pintándose con los colores de la lucha popular, no les importa ser peones en el tablero del latifundio, imperialismo, principalmente yanqui y de la gran burguesía.

Arthur Lira ordenó, de golpe, la apertura de cinco Comisiones Parlamentarias de Investigación (CPI) y declaró que pondrá en la agenda, en la Cámara de Diputados, proyectos de interés para la oposición bolsonarista y la extrema derecha. Motivo: está enojado con el gobierno. Lira calcula que Luiz Inácio quiere lanzar su propio candidato a la presidencia de la Cámara, en 2025, y por eso el gobierno lo expuso, en la votación que decidió mantener preso a Chiquinho Brazão, uno de los supuestos autores de la ejecución de Marielle. En esa ocasión, Lira coordinó con la extrema derecha, los partidarios de Bolsonaro y el “centrão” para liberar a Chiquinho y el ministro de Relaciones Institucionales de Luiz Inácio, Alexandre Padilha, expuso a Lira.

La iniciativa de Lira puso en alerta al gobierno. En su segundo año de mandato, la situación de Luiz Inácio es dramática hasta el punto que nadie duda que es la derecha la que gobierna el país. Y esta conclusión es independiente de la opinión que se tenga sobre el PT, sobre la composición ministerial o sobre el representante. Si bien el PT ha sido, durante los últimos 20 años, el mejor instrumento de la derecha para manchar el nombre de la verdadera izquierda, gobernando siempre con un programa de derecha y pretendiendo ser popular, la verdad es que incluso aquellos que no están de acuerdo con ello se ven obligados a reconocer que el país está en manos de una banda abiertamente derechista, que tiene como jefe al señor Arthur Lira. Quienes gobiernan son esta banda de delincuentes profesionales de cuello blanco.

Arthur Lira es el mismo hombre que apoyó al gobierno de Bolsonaro a partir de 2021, que apoyó y trabajó por la reelección del bandido extremista de derecha y que se convirtió allí en el hombre más influyente del país al recibir R$ 53,9 mil millones con “ secreto presupuestario” y así reunió un ejército de parlamentarios sedientos de poder personal, dándoles el control absoluto de la Cámara. Un gobierno mínimamente “progresista”, por así decirlo, si así fuera, una vez elegido e inaugurado, tendría como primera medida enfrentarse a él –o en el peor de los casos, secar su fuente– porque, si fuese de izquierda, sabría que de otro modo, estaría allí sólo como una formalidad: en lugar de gobernar, sería gobernado por Lira. Dicho y hecho. El gobierno del turno actual no sólo aceptó ponerse la correa, sino que la reforzó: en 2023, hubo 34,6 mil millones de reales en enmiendas parlamentarias, sin contar los más de 100 mil millones de reales que se utilizaron en las negociaciones, la mayoría de los cuales pasan por Arthur Lira. Para desgracia de la Nación, en este punto, Bolsonaro quedó por detrás de este gobierno.

Fortalecido por el propio gobierno, el ahora presidente de facto Arthur Lira utiliza la fuerza adquirida para presionar. Uno de los proyectos apuntará directamente a las ocupaciones de tierras, lo que no sorprende, ya que Lira, que apoya a este gobierno, pertenece a una familia propietaria de más de 20.000 hectáreas distribuidas en 115 latifundios agropecuarios en Alagoas.

No en vano han estallado huelgas en las universidades federales –movilizando a profesores y masas de estudiantes en más de 70 universidades y 300 institutos federales– y que los campesinos continúan apoderándose de la tierra, incluso si parte de ello es mera manipulación cobarde de masas sedientas por un pedazo de tierra, siendo este el “abril rojo”, en el que la alta dirección del MST pretende seguir luchando por la tierra ante su desenmascaramiento como un movimiento vendido al gobierno y ahora también aprovecha para presionar al gobierno en su búsqueda de cargos rentables para ellos y sus allegados y trafican con los intereses de los campesinos pobres intermediando y gestionando proyectos millonarios. La cruda realidad es que todo el funcionariado ha visto congelados sus salarios, mientras que la alta burocracia estatal en sus tres niveles, compuesta por tecnócratas, los altos mandos de las fuerzas militares, los barones del poder judicial y los nobles parlamentarios, acumulan privilegios indecentes.

Esos ideólogos del oportunismo ya están utilizando argumentos para renovar las ilusiones en el gobierno. El más fuerte de ellos, según el cual el gobierno actual no puede hacer nada, ya que Lira es fuerte y cualquier cosa que se haga podría resultar en la deposición del gobierno. Así, manipulan la imagen de la realidad en la mente de los trabajadores de tal manera mediante una publicidad desenfrenada de maravillas que hacen parecer que estamos ante un gobierno de izquierda, que sin embargo acepta gobernar con un programa de derecha, justificándose con una verborrea de malabarismos, los cuales son la condición para no ser depuesto. Sin embargo, la realidad es que estamos ante un gobierno de derecha, formado por una coalición de reaccionarios de derecha y oportunistas de la falsa izquierda o izquierda burguesa que, pintándose con los colores de la lucha popular, no les importa ser peones en el tablero del latifundio, el imperialismo, principalmente yanqui y la gran burguesía – siempre y cuando se den migajas a las masas para mantenerlas tranquilas y aceptar la esclavitud asalariada. Las masas populares, sin embargo, no aspiran a conseguir migajas y comprenden cada vez más que la supervivencia de su honor y su dignidad pasa por luchar por sus derechos e imponer su voluntad al actual gobierno, a este parlamento de derechas y a las demás instituciones reaccionarias del este viejo Estado genocida.

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