Brasil: nueva página web del MFP y un artículo sobre el violador Daniel Alves
Nos alegra informar sobre la nueva página web del Movimiento Femenino Popular de Brasil. En ella, continúan el arduo trabajo de combatir mediante la propaganda el patriarcado, el imperialismo, el capitalismo burocrático, y también enarbolar el internacionalismo proletario.
https://movimentofemininopopular.com.br
Ya pueden encontrar multitud de artículos, desde artículos sobre mujeres revolucionarias importantes para la lucha de clases en el país, hasta artículos denunciando al imperialismo y su guerra contra los pueblos oprimidos del mundo.
Desde el Heraldo Rojo realizamos una traducción no oficial de uno de ellos, sobre el caso de Daniel Alves, ex-futbolista que ha sido condenado por violación este mismo mes en el Estado español.
El artículo fue publicado el 23 de marzo de 2024, por lo que no contiene los últimos acontecimientos al respecto del caso: actualmente Daniel Alves está libre tras haber pagado una fianza.
Caso Daniel Alves: ¿Cuál es el precio de la violación?
Daniel Alves, ahora ex-jugador de futbol, fue condenado a cuatro años y seis meses por la justicia española por haber violado a una joven en una discoteca en Barcelona. La pena de prisión (muy inferior, por ejemplo, a la que prevé la legislación brasileña) fue atenuada por el pago de una multa para el condenado por valor de 900 mil reales [Nota del traductor: 170.000 dólares estadounidenses], que por lo que consta, fue pagado por su “socio” Neymar. Además de la disminución de la pena, Daniel Alves intenta obtener la salida anticipada de la prisión, antes de final de abril, mediante el pago de una especie de “fianza”. En otras palabras, se trata de una especie de extraño “seguro por violación”.
Entonces, ¿cuánto vale una violación? Esto, por un lado, muestra el carácter hipócrita de la ideología burguesa, que ve las relaciones humanas como mera mercancía a ser negociada como cualquier otra (¿de qué viven las llamadas “redes sociales” si no es precisamente de la mercantilización de aquello que es más humano en nosotros?), y, en el caso de las mujeres, como objetos de consumo – que pueden, como cualquier objeto, tener un precio.
¿Se puede decir entonces que el trauma, físico y psicológico, de la víctima, vale 900 mil reales? Esencialmente ¿en qué se diferencia esto digamos, de la justicia tribal afgana, condenada como bárbara por “Occidente”, por ser común la “indemnización” por parte de los maridos a las familias de sus esposas asesinados con cabras y pedazos de tierra?
Además, también cae por tierra, y con esta indemnización completamente, cualquier vaga idea de una “justicia” igualitaria para todos: por el mismo crimen bárbaro de violación (en el caso de Daniel Alves, el proceso sacó a la luz pruebas indiscutibles), un millonario no responderá como un pobre. Aquí vale lo que cuenta para otras partes de la sociedad capitalista: para la burguesía, desde siempre, el crimen compensa.
