Nueva intervención imperialista en Haití aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU
Imagen de cabecera: el Ejército brasileño reprime a las masas en Haití en nombre del imperialismo yanqui en el año 2007. Fuente: AND.
El 2 de octubre el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución propuesta por el imperialismo yanqui de desplegar una fuerza multinacional en Haití. Mientras que EEUU ha sido quién lo ha propuesto, y proveerá la mayoría de la financiación, el Estado de Kenia liderará oficialmente la intervención. Kenya debe mandar 1.000 oficiales de policía al país caribeño, mientras que EEUU proveerá 100 millones de dólares, y Canadá proveerá otros recursos para la intervención. Se espera que más países desplieguen fuerzas en la operación, que consistirá principalmente en fuerzas policiales de países oprimidos, al servicio del imperialismo yanqui.
Los medios de comunicación informan que el pueblo de Haití es escéptico hacia el despliegue de fuerzas armadas extranjeras en su país. Durante los 13 años que duró la intervención de la ONU de 2004 a 2017, soldados extranjeros al servicio del imperialismo estadounidense ocuparon el país. Hay informes de violaciones, también de menores, y varias masacres. Los soldados ocupantes también fueron acusados de causar una epidemia de cólera que mató cerca de 10.000 personas.
La intervención de 2004 empezó con una invasión de EEUU, Francia, Canadá y Chile. La fuerza invasora fue rápidamente sustituida por fuerzas ocupantes de la ONU (Minustah), que consistían principalmente en fuerzas de países oprimidos, militarmente liderados por el genocida Ejército de Brasil, desplegado por el Presidente, Luiz Inácio da Silva, al servicio del imperialismo estadounidense.
De acuerdo con el periódico brasileño A Nova Democracia (AND) hubo 200.000 casos de violación reportados y una amplia represión contra las masas del pueblo. El Ejército brasileño, con experiencia de guerra reaccionaria contra la gente de las favelas, usó Haití como campo de entrenamiento para seguir desarrollando esto.
AND también informó de una lucha fiera del pueblo de Haití contra la ocupación. Hubo múltiples protestas contra la ocupación, así como ataques contra las bases militares.
El presidente brasileño da Silva participará en la nueva intervención en Haití. Mandará personal militar del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la Policía Militar de Rio de Janeiro, así como oficiales de la policía federal.
La fuerza policial de Kenia, que liderará la nueva intervención, también está recibiendo atención debido a la violencia que ejercen contra su propio pueblo. De acuerdo con un informe del New York Times, la fuerza policial de Kenia está acusada de matar más de 100 personas este año, y de disparar y apalear cientos de manifestantes. En el año 2021, dos personas fueron asesinadas por la policía tras ser arrestadas por violar el toque de queda por el COVID. El informe incluye una entrevista a un conductor de taxi de Kenia, Joseph Abanja. Abanja explicó que en 2017, tras manifestaciones que hubo tras unas elecciones, la policía irrumpió en su casa y golpeó a su familia con palos, matando a su hija de 6 meses de edad.
Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, salió al paso de los crímenes cometidos por policías de Kenia, no hizo ningún intento de ocultar el carácter reaccionario de las fuerzas represivas y dijo que son pocos los países en el mundo que no han tenido problemas de violencia policial.
Se ha informado que EEUU, ya en octubre de 2022, hizo esfuerzos para una intervención en Haití, pero no quiso liderarla por sí mismo. Está claro que el imperialismo yanqui planea de nuevo emplear un modelo similar al que se uso en la ocupación de Haití de 2004-2017, para mantener limpias sus manos, mientras que usa las fuerzas represivas de países oprimidos para el trabajo sucio. Ello les permite aplicar cualquier medida brutal que necesiten para lograr sus objetivos. Entonces, los medios de comunicación podrán lavar las manos del imperialismo estadounidense al reportar que las atrocidades han sido cometidas por fuerzas reaccionarias de países oprimidos, un proceso que ya ha empezado.