
AND: Rebelión contra deportaciones en masa en EE.UU.
Masas ondean la bandera mexicana frente a vehículos en llamas. Fuente: Etienne Laurent/AFP/Getty Images
Compartimos una traducción no oficial de un artículo de A Nova Democracia.
Manifestantes de Estados Unidos (EE. UU.) están combatiendo a las dos mil tropas de la Guardia Nacional en el tercer día de protestas contra la política de deportación en masa del gobierno de Donald Trump. Los enfrentamientos comenzaron el pasado viernes 6 de junio en Los Ángeles tras un aumento en los secuestros promovidos por el servicio de inmigración (ICE) y ahora se están extendiendo a otros estados.
Las protestas comenzaron el pasado viernes después de un aumento en el número de migrantes detenidos por el ICE. Al menos 44 migrantes fueron detenidos arbitrariamente, lo que provocó manifestaciones en diferentes puntos de Los Ángeles.
El pueblo salió a las calles y, durante el día sábado, confrontó activamente a las fuerzas del ICE y de la policía con palos, piedras y fuegos artificiales. Se utilizaron ampliamente barricadas con escudos balísticos improvisados y coches quemados.
La represión policial llevó al pueblo a elevar las tácticas de protesta y rebelión. Hubo confiscaciones en las tiendas de grandes empresas por parte de los manifestantes.

Este lunes 9 de junio, las protestas contra la deportación se extendieron a San Francisco. La marcha allí comenzó como una demostración de solidaridad, pero rápidamente evolucionó cuando la policía inició la represión y los manifestantes respondieron lanzando objetos.
Guardia Nacional acorralada
El presidente ultrarreaccionario Donald Trump, aterrorizado por la posibilidad de una nueva ola de protestas como las que ocurrieron tras el asesinato de George Floyd en 2020, invocó la ley de «insurrección nacional», lo que permite la movilización desproporcionada de la Guardia Nacional para llevar a cabo una barbarie contra la manifestación.
Las tropas de la Guardia invadieron Los Ángeles en las primeras horas del domingo, con vehículos camuflados y armas automáticas. Sin embargo, nada de esto pareció intimidar a los manifestantes. Levantando banderas palestinas, mexicanas y de otros países oprimidos, respondieron de manera indomable a la agresión imperialista, transformando las calles de Los Ángeles en verdaderas trincheras de la lucha por los derechos de los migrantes.

Mientras los vehículos blindados invadían Los Ángeles, los habitantes de la ciudad se movilizaron, formando más barreras y preparándose. El primer enfrentamiento ocurrió frente a una prisión federal que alberga a cientos de inmigrantes. Los yanquis dispararon gas lacrimógeno, espray pimienta y municiones no letales, pero no lograron contener la furia popular, que continuó avanzando con gritos de «¡Fuera ICE!«.
La última vez que la Guardia Nacional fue convocada de manera unilateral por el presidente, pasando por encima de los gobernadores, fue en marzo de 1965, hace más de 60 años, durante el apogeo de la segregación racial en el país. En esa ocasión, el presidente Lyndon B. Johnson ordenó una violenta intervención contra la gran marcha por los derechos civiles en Alabama, enviando de forma masiva a los perros guardianes del Estado para dispersar a los manifestantes.
Estos episodios son extraordinarios porque, generalmente, cuando surge una situación que las autoridades estadounidenses consideran «no estar equipadas para manejar por sí solas», se espera que el presidente lleve a cabo un siniestro trabajo de «contención» junto al gobernador.

Fue lo que ocurrió en 1992, en uno de los episodios más sangrientos del racismo en Estados Unidos, también en Los Ángeles: la brutalidad policial contra la lucha del pueblo, que se produjo en respuesta a la absolución en la justicia de los agentes que golpearon brutalmente a Rodney King, un hombre negro y trabajador. Esto también sucedió en 2020, cuando soldados de la Guardia fueron movilizados a más de 20 estados para reprimir las protestas contra el genocidio del pueblo negro.
Amenaza de marines
Sin embargo, lo que se observa en la protesta en curso hoy es aún más brutal, ya que el secretario de defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, amenazó con enviar marines activos para masacrar a los manifestantes, abusando del poder de las fuerzas de represión del Estado. Alrededor de 500 marines en Twentynine Palms están en estado de preparación para intervenir, según el Comando Norte de EE.UU.
Es necesario resaltar que el condado de Los Ángeles, que tiene una población compuesta por un 34% de extranjeros, se ha convertido en uno de los principales centros de la caza de inmigrantes promovida por el gobierno ultrarreaccionario de Trump.
Por su parte, el presidente Donald Trump amenazó con abrir fuego incluso contra manifestantes pacíficos, prometiendo «posicionar tropas en todas partes». El gobernador de California, Gavin Newsom, considera la acción como una «grave violación de la soberanía del Estado».
Por ahora, la lucha popular continúa sin dar ningún paso atrás, enfrentando la implacable brutalidad policial.