Francia – Caída de Barnier y nombramiento de Bayrou: la República de los criminales habituales
A continuación compartimos una traducción no oficial de un artículo publicado por La Cause du Peuple.
Habría que estar ciego para no verlo: el gobierno de Barnier fue un fusible para Macron, su caída en la cuestión del presupuesto no sólo era esperada, es la consecuencia de su papel: un gobierno de austeridad, que hace que los proletarios paguen la deuda. ¿Volver a poner el presupuesto en verde sin ser censurado? Fue una misión imposible ya que la oportunidad era excelente para que el RN y el NFP se sintieran orgullosos de este fracaso.
Después de una semana de vacilaciones, en la que todos los sospechosos habituales, desde la LFI hasta el RN, pasando por el PS y el PCF, se agitaron como pollos sin cabeza con las hipótesis más absurdas de “dimisión” y “primer ministro de izquierda”, Macron nombró a su ex “comisario de planificación” François Bayrou como Primer Ministro.
El papel de su gobierno no cambia en nada respecto al de Barnier: su margen de maniobra es por tanto el mismo. Cuando una crisis política se convierte en una crisis de régimen, no basta con que cambien los jefes para que los problemas se evaporen. Por el contrario, toman nuevas formas y se vuelven más caricaturescos de lo que eran.
Esto es lo que es Bayrou: el eterno perdedor en las elecciones presidenciales; el abofeteador de niños en Estrasburgo [Nota del traductor: en referencia a cuando Bayrou abofeteó a un niño de 11 años en la campaña electoral de 2002]; el primero en prohibir el velo en la escuela y apoyar la locura reaccionaria hace 30 años, cuando era ministro. Tuvimos a Barnier, el altivo reaccionario tecnócrata, tendremos a Bayrou, el estúpido y brutal reaccionario, EL político entre los políticos.
Macron nos divierte: nombra al que derrocó hace unos años. Coloca allí a un secuaz que le escupió y a quien él a cambio pisoteó. Pendiente de que Marine Le Pen sea juzgada por aprovecharse de fondos públicos para su partido, el nuevo primer ministro espera un juicio de apelación por exactamente lo mismo.
Este es un desarrollo concreto del proceso de reaccionarización: como Olaf Scholz en Alemania en 2021, el jefe del gobierno francés también es un intrigante, un matón, y quienes lo atacan, desde la izquierda hasta la extrema derecha, no son diferentes. ¿No fue Mélenchon quien se pronunció contra la inelegibilidad de Le Pen porque podría amenazar a personas de su propio partido, empezando por Chikirou, acusado de un asunto de falseamiento de cuentas de campaña?
La “moralización de la vida política” del primer mandato de Macron está muy lejos. Mientras el monarca presidencial mira alegremente la cesta de cangrejos [Nota del traductor: dicho francés que significa un grupo de gente o lugar donde sólo hay pelea y alboroto] de la Asamblea Nacional entre dos viajes como representante de la burguesía, las masas populares de Francia pagan la cuenta todos los días. Pero Macron ya no tiene una base: odiado, es la encarnación de un régimen en agonía, de una Quinta República creada por la crisis y ahora incapaz de frenarla. No hay “fatiga democrática” en Francia: sólo existe la realidad de que las masas no pueden ser gobernadas como antes, y la continuación de esta crisis lo confirma. ¡Esto es sólo el comienzo!