Colombia: cientos de familias en Cali son desalojadas por el gobierno
Compartimos un resumen del reporte publicado por Nueva Democracia, donde puede leerlo entero.
El pasado 26 de octubre cientos de familia de la Minga Cali – espacio de 26 organizaciones para luchar, entre otras cosas, por la vivienda digna – tomaron la finca la Betulia para poder resolver la falta de vivienda. Llevan 19 meses negociando con las autoridades y todavía no tienen casas. Tras 12 horas en las que las familias hicieron diferentes construcciones (carpas, letrinas, almacén colectivo…) las fuerzas de represión estatal, policías y antidisturbios, desalojaron violentamente a las familias.
Las familias comenzaron su viaje hasta la toma antes de las primeras horas de luz, muchas incluso la noche antes por la falta de medios. Habían personas de todas las edades, incluyendo personas mayores que tras una vida trabajando no han podido todavía tener una casa.
Las familias se organizaron teniendo en cuenta cuestiones como la seguridad (los puntos de más fácil acceso para la policía, donde deberían quedarse las familias preparadas y mentalizadas para combatir, por ejemplo).
A las 8 de la mañana llegó la policía y el “dueño” del terreno, la SAE, que es la institución que administra los bienes que están bajo medidas cautelares o en procesos de extinción de dominio, incautados principalmente a narcotraficantes. Estas propiedades tienen muchos intereses privados y corrupción. Al parecer, más “dueños” con historias contradictorias sobre quién era el dueño aparecieron, pero en todas justo donde estaban las familias era su propiedad y tenían que irse.
Horas más tarde es cuando las fuerzas policiales comenzaron a organizarse, bajo el comando del director de SAE, que pidió la intervención de la policía, para expulsar a las familias. A las 16:00h comenzaron a ingresar por la parte baja de la tierra, donde mucha gente resistía con gran fuerza, y a pesar del gran número de policías tuvieron tardaron una hora en poder subir hacia la siguiente superficie, donde más familias esperaban para resistir. Nueva Democracia escribe: “La indignación era total, algunos antidisturbios y funcionarios de la alcaldía, fieles a su espíritu antipopular, llenos de desprecio por el pueblo pobre que lucha, se burlaban de las masas que trataban de salvar algunos plásticos.”
Cuando las familias se vieron obligadas a abandonar la tierra y todo lo que habían construído durante ese día, muchas mujeres gritaban insultos y consignas, “llenas de odio, odio de clase, odio contra quienes osan levantar sus armas contra el pueblo trabajador para defender los intereses de las clases dominantes. “Asesinos” “lamebotas” “lambones”, “que feo, que feo debe ser, reprimir al pueblo para poder comer”, etc., les gritaban frente a frente, en la cara, a los policías que las miraban pasar y sentían todo el desprecio del pueblo al que juraron defender.”
Tras tener que abandonar la tierra, las familias presentaban tanto ganas de continuar la lucha como tristeza, pero días después, Minga Cali lanzó un pronunciamiento exigiendo la destitución del funcionario de la SAE que pidió el desalojo violento de las familias “Por su talante antidemocrático, por el desconocimiento a las 7 comisiones interinstitucionales donde ha primado el incumplimiento, por no ofrecer soluciones concretas en términos de vivienda digna para las familias de la Minga Cali, por negarse al diálogo y priorizar el envío del ESMAD para violentar las familias en el asentamiento pacífico de la Minga Cali en La Betulia, denunciamos a Luis Mejía y exigimos su renuncia o destitución inmediata como director de la regional sur occidente de la SAE”.
También, ese mismo día, decenas de familias se movilizaron a un evento de la SAE, donde se tomaron los micrófonos y realizaron la denuncia del desalojo en La Betulia, exigieron la destitución de Luis Mejía, y que se cumplan las promesas de tierras que el gobierno ha hecho a las familias. Así pues, la lucha por la tierra de las familias de Minga Cali, continúa.