Nuevo Perú – La guerra en el Medio Oriente Ampliado nos repite una gran enseñanza

A continuación compartimos un artículo publicado por la Asociación Nuevo Perú.

Para nosotros, se nos plantea, cuál es el punto clave: es el marxismo-leninismo-maoísmo porque el problema es tener una línea ideológica y política justas y correctas, y no puede haber línea política justa y correcta si no hay justa y correcta ideología; por eso creemos que la clave de todo es la ideología: el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo. En segundo lugar: desarrollar partidos comunistas, ¿por qué?, porque las masas están sedientas de revolución, las masas están expeditas y claman revolución; así que el problema no está en ellas, el proletariado clama revolución, las naciones oprimidas, los pueblos del mundo claman revolución, entonces necesitamos desarrollar partidos comunistas, el resto, reitero, lo hacen las masas que son la que hacen la historia y van a barrer al imperialismo y a la reacción mundial con guerra popular”.

(Presidente Gonzalo).

La prensa burguesa informa:

Este lunes, Israel intensificó su campaña aérea contra Hezbollah, lanzando “ataques de gran envergadura. Fue el día más mortífero de ataques israelíes en el Líbano desde la guerra de 2006 y afectó a varias zonas del país, principalmente en el sur y el este, cerca de la frontera con Siria, donde el grupo militante tiene una fuerte presencia.

Entre los muertos y heridos hay mujeres, niños y médicos, según informó este lunes el Ministerio de Sanidad libanés. No está claro cuántas de las víctimas eran civiles o militantes de Hezbollah, pero muchos de los lugares descritos por Israel como objetivos de Hezbollah son también barrios residenciales y pueblos.

Este martes, Hezbollah dijo haber disparado múltiples andanadas de cohetes contra el norte de Israel, dirigidas contra la base aérea de Ramat David, el aeródromo de Meggido y la base de Amos, todas ellas situadas en las proximidades de la ciudad de Afula, en el norte de Israel.

Israel afirmó que su objetivo era la infraestructura de Hezbollah, pero los vídeos muestran la destrucción de zonas residenciales y el elevado número de víctimas mortales refleja la magnitud e intensidad de los ataques.

Los casi 500 muertos de este lunes son aproximadamente la mitad de los libaneses que murieron durante los 34 días de guerra entre Israel y Hezbollah en 2006.

También se vieron aviones de combate israelíes sobrevolando distintas partes del país a última hora de la tarde, incluido el Monte Líbano, donde Hezbollah no tiene una presencia destacada.

El representante del Líbano ante la Asamblea General de las Naciones Unidas dijo que había un “éxodo” masivo de personas que huían. Una ONG libanesa dijo que más de 100.000 personas habían sido desplazadas.

Hezbollah e Israel llevan décadas enfrentados, pero ambos intensificaron sus ataques transfronterizos desde el pasado octubre, cuando comenzó la guerra de Israel en Gaza tras el mortífero ataque del grupo militante palestino Hamas a Israel el 7 de octubre.

La semana pasada, Hezbollah –una de las fuerzas paramilitares más poderosas de la región– se tambaleó tras un mortífero ataque doble de Israel, cuando los buscapersonas y los walkie-talkies utilizados por los miembros de Hezbollah explotaron simultáneamente en todo el país. El ataque fue seguido de un ataque israelí contra un edificio en una zona densamente poblada del sur de Beirut, en el que murieron al menos 45 personas, entre ellas un alto mando y otros altos cargos, así como mujeres y niños.

En los días siguientes se produjeron algunos de los intercambios de disparos más intensos entre Israel y Hezbollah en casi un año de guerra en Gaza, ya que el grupo militante libanés disparó proyectiles más profundamente en territorio israelí de lo que se había visto hasta entonces e Israel disparó cientos de proyectiles hacia el sur de Líbano.

En Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU y entre bastidores se realizan febriles esfuerzos para convencer a Israel de que no aumente la escalada y lance una incursión terrestre en el Líbano.

Aunque Estados Unidos es el aliado más cercano de Israel y su mayor proveedor de armas, un alto funcionario del Departamento de Estado declaró que Estados Unidos y sus socios están intentando encontrar una solución diplomática.

EE.UU. cree que ni Israel ni Hezbollah están interesados en una guerra a gran escala, pero una de las principales preocupaciones es que Irán, uno de los principales apoyos de Hezbollah, se involucre, dijeron funcionarios estadounidenses a CNN (Fuente: CNN, de hoy).

Las enseñanzas de la historia de este enfrentamiento entre la lucha armada de resistencia nacional del pueblo libanés contra la guerra de agresión imperialista-sionista

La actual guerra de agresión del imperialismo yanqui-sionismo contra las naciones oprimidas del Medio Oriente Ampliado (MOA), cuyo eje principal de agresión va de la Franja de Gaza al Líbano, repite una gran enseñanza, que hay que extraer a partir de esto:

“Exaltan hasta las nubes la potencia militar norteamericana” y del Estado sionista de Israel, “su más alta y, moderna tecnología”.

Lo cual, como dijera el Presidente Gonzalo, es reedición de lo principal, son las armas, el poderío reside en las armas más modernas, las armas lo pueden todo, eso pregonan; y concluye: Cuando, precisamente, la primera gran lección que debemos extraer de la guerra del Golfo es que lo principal en la guerra es el hombre, la ideología que lo anima, la clase que dirige, los intereses que defiende y la causa a la que sirve”.

Esa es la lección, cada vez mas poderosa y actual, de lo que va la presente guerra contra el pueblo palestino, el pueblo árabe e iraní y lo que nos interesa como lección para la guerra popular y para desenmascarar falacias.

Y leyendo la siguiente nota sobre la historia de tal enfrentamiento bélico podemos extraer algunas lecciones que nos muestran la invencibilidad de la lucha armada de resistencia nacional en el Líbano y toda esa región del planeta.

LA HISTORIA

El Líbano desde 1948, se vio involucrado en la cuestión palestina desde 1948, por el desplazamiento forzoso de refugiados palestinos, mediante las masacres y el terror del ocupante sionista. En 1948, 770.000 se desplazaron fuera del territorio palestino conquistado por los sionista e imperialistas, de los cuáles 100.000 llegaron a Líbano y poco más de 75.000 a Siria. En 1965 ya había 180.000 refugiados palestinos en el Líbano. Después de la Guerra de los Seis Días en 1967 la cifra escaló a 350.000, llegando a 375.000 en 1982 para cuando Israel invadió Líbano. Con los palestinos llegó la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Hoy, son millones de palestinos que reclaman el retorno a su patria Palestina arrebatada por el colonialismo.

La guerra civil libanesa, el enfrentamientos entre los fedayines palestinos y sunitas libaneses y milicianos cristianos en Sidón en abril de 1975 puso fin a la guerra encubierta. Los sunitas y los palestinos ocuparon Beirut y expulsaron al gobierno en turno. En junio de 1976, el ejército sirio ocupó Líbano y obligó a la coalición sunita-palestina a replegarse a la franja fronteriza con Israel. El Líbano entra a nuevo reparto, los imperialistas con su instrumento Israel van a por el botín.

En esta situación, los chiitas cuyos derechos políticos habían sido reconocidos en 1974, liderados por el clérigo Musa Sadr crearon la primera organización armada que tenía como meta la recuperación del territorio chiita, escenario entonces de las luchas entre palestinos y sunitas y cristianos, así como la defensa de sus miembros; se denominó “Amal, acrónimo de Afwaj al-Muqawama al-Lubnaniya, Destacamentos de la Resistencia Libanesa, que significa esperanza” .

Las guerras de agresión del sionismo y el imperialismo yanqui contra el Líbano después de sus guerras de agresión y conquista de 1948 y 1967 contra Egipto, Siria, Jordania, Irak y Líbano:

1. La llamada “Operacion Litani” (1978)

Israel invadió el Líbano con el pretexto de debilitar a la OLP como la contención de la creciente influencia siria, sin soslayar la obtención de importantes recursos agrícolas que proporciona el río Litani.

Israel apoyó la creación de milicias cristianas en el sur, la más poderosa fue el Ejército del Sur de Líbano (ESL), y de manera indirecta comenzó a afectar a la alianza sunita-palestina misma, que era combatida por el ejército sirio. Siria, ante la agresión israelí en Líbano, llegó a una tregua con la OLP y permitió a los palestinos desplazar artillería pesada y comandos hacia la franja fronteriza con Israel para combatir a las nuevas milicias cristianas. Israel tuvo el pretexto ideal para proceder a invadir Líbano, el 14 de marzo de 1978, 20.000 soldados israelíes invadieron el sur libanés, hicieron replegarse a los palestinos y crearon una “franja de seguridad” que se extendía a todo lo largo de la rivera del río Litani, lo que significó la ocupación del 10% del territorio libanés.

El 19 de marzo, las Resoluciones 425 y 426 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamaba al retiro militar israelí, para sustituirlo por cascos azules, 4.000 elementos en un principio, y 2.000 más en mayo; sin embargo estos se situaron entre la zona controlada por las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) y Líbano, es decir, permitiéndole a Israel controlar el territorio hasta las márgenes del río Litani.

Si bien la retirada de las tropas israelíes se completó gradualmente, y la misión de Naciones Unidas creada para cumplir con la Resolución 425, la Fuerza Interina de las Naciones Unidas para Líbano (FINUL) se instaló en el territorio, Israel conservó la frontera abierta para ingresar con total libertad si se requería el apoyo a sus aliados cristianos, a quienes les confió la seguridad de la zona. Esto se traduce a cerca de 800 km 2 controlados por Israel (de los 10400 que conforman la totalidad del territorio libanés), y el libre cruce de sus “aliados milicianos” (en realidad sus fuerzas auxiliares de ocupación) para recibir instrucción y apoyo militar, así como asistencia social y beneficios médicos.

Para los libaneses, el saldo fue de 2.000 civiles muertos, 80% de las poblaciones en el sur dañadas, y más de 200.000 desplazados, mientras que Israel contó con únicamente 16 bajas.

2. La llamada “Operación Paz para Galilea” (1982) de los sionistas

Líbano se había vuelto el patio trasero de la lucha de poder entre Israel y Siria. Ambos países buscaban el control del Líbano.

Israel actuaba contra las milicias musulmanas libanesas y las palestinas a través de sus aliados cristianos. La FINUL mostraba su ineficiencia. En esa situación, Israel decidió hacerse con el control de la cuenca del rio Litani con propósitos económicos y de seguridad. El 6 de junio de 1982, 100 000 soldados israelíes invadieron Líbano con el pretexto de garantizar la seguridad de los asentamientos civiles en Galilea, y de acabar con la OLP en Líbano de una vez por todas. Israel decidió atacar desde el aire hasta Beirut, donde se localizaba el centro de operaciones palestino, bombardeando desmedida y deliberadamente a la población civil, la cual sufrió 20.000 muertos, 40.000 heridos y 600.000 desplazados; y para el 13 de junio, las FDI (las fuerzas armadas sionistas) llegaron a las afueras de Beirut, prolongando los bombardeos dos meses más.

El 13 de agosto una nueva fuerza multinacional conformada por Francia, Estados Unidos e Italia llegó a Beirut para que durante un cese al fuego, los guerrilleros de la OLP fuesen evacuados de Líbano. Tal tarea se completó para septiembre del mismo año. Sin embargo, Israel no se retiró detrás de la fuerza multinacional, sólo abandonaron Beirut, pero no el territorio ocupado en el sur.

Ante esta situación AMAL, la organización creada por Sard, había permanecido un tanto al margen. El 16 de octubre de 1983 , cuando en Nabatiyeh, 50.000 chiitas se congregaron para el Ashura, fecha que conmemora el asesinato del Imán Hussein (el principal mártir del chiismo), un convoy militar israelí irrumpió entre la multitud por labores de patrullaje; los chiitas, enfurecidos, negaron el paso y los israelíes, se abrieron camino por la fuerza; la multitud comenzó a arrojarles piedras y voltearon los vehículos, un tiroteo se desató dejando a dos chiitas muertos y 15 heridos.

Cuando la fuerza multinacional regresó a Beirut ese mismo mes, con la ayuda de la Guardia Revolucionaria Iraní, se organizó en el sur de Líbano la Resistencia Nacional Libanesa (RNL), que se convirtió después en Hezbollah, cuya más notoria acción fue el 23 de octubre de 1985 en Beirut: 243 infantes de marina estadounidenses murieron cuando un camión cargado con explosivos se estrelló contra sus barracas cerca del aeropuerto internacional. Pero, el 18 de abril, 63 personas murieron cuando la embajada estadounidense en Beirut fue atacada también con un camión repleto de explosivos; y aunque Estados Unidos condenó los ataques, le fue imposible penetrar su estructura, siquiera identificarla y procedió al retiro inmediato de sus tropas.

La presencia militar israelí con especial concentración en el Valle del Beqaa, incitó a la comunidad chiita a levantarse en armas. Quien encarna esta rebelión es Hezbollah.

Desde la operación “Paz Para Galilea” de 1982, las actividades militares de Hezbollah se profesionalizaron y fueron en aumento, de junio de 1985 al mes de abril de 1986 hubo 800 ataques o intentos de ataques contra las FDI 29. El gobierno israelí optó por replegar sus tropas a todo lo largo de la frontera, pero manteniendo una zona que se extendiera de la línea fronteriza hasta 45 km dentro de territorio libanés. Dicha “franja de seguridad” se debía a que el uso de armamento sofisticado y de largo alcance, como artillería pesada y misiles Katyusha, por parte de Hezbollah amenazaría los asentamientos israelíes si del lado libanés no había nada que los distanciara.

La estrategia israelí implicaba que su “aliado cristiano” (su fuerza auxiliar): el Ejército del Sur de Líbano (ESL) se asentara en la “franja de seguridad” para controlarla y seguir combatiendo ahí a las milicias de Hezbollah, mientras que las FDI permanecerían dentro de territorio israelí como apoyo. Esta acción se concluyó el 10 de junio de 1985 mientras el gobierno israelí declaraba que la presencia de sus fuerzas militares terminaba oficialmente en Líbano.

Por los Acuerdos de Taif se dio por terminada la guerra civil en el Líbano y se llamó a elecciones en 1992.

Hezbollah con ello aseguraba un lugar en el parlamento como organización política y permanecería armado bajo el fundamento que se trataba de una lucha no contra el gobierno libanés ni contra sus facciones, sino contra una ocupación militar real, y ha permanecido desde entonces como la única milicia funcional en Líbano. En abril de 1991, su dirigencia tomó la decisión de participar en las elecciones de 1992, con su televisión Al Manar (que comenzó sus actividades en 1989), su estación de radio Al Nour, y su periódico semanal Al Ahed. En mayo de ese mismo año, Sheikh Abbas Al Musawi, hombre pragmático es elegido como Secretario General.

Según se dice: A través de cinco instituciones sociales principales, reconocidas oficialmente por el Estado libanés, el Hezbollah penetra en todos los sectores de la vida cotidiana: Jihad al Bina por ejemplo se dedica a la reconstrucción de viviendas , escuelas y mezquitas y seminarios teológicos. La organización de auxilio a la población opera un fondo para apoyar financieramente a las familias más pobres, sea mediante becas, préstamos o víveres, la organización cuenta además con Al Jarih, un comité de salud que atiende a veteranos, cuenta con tres hospitales, más de 40 clínicas en Beirut, así como farmacias con precios subsidiados y la Escuela de Enfermería Shahid, los precios de los servicios médicos cuestan un cuarto de lo que cuestan los del Estado. Incluso, Hezbollah tiene programas de apoyo a campesinos mediante cooperativas y un programa de reforestación.

3. Mayor agresión sionista imperialista contra el Líbano: “Operación Responsabilidad” (1993) y “Operación Viñas de la Ira” (1996)

Continua la lucha armada de resistencia nacional principalmente en la “franja de seguridad” con fracaso para las fuerzas sionistas, las FDI y el ES. Hezbollah aplicaba tácticas ofensivas mixtas.

Las tropas israelíes son atacadas por sorpresa no solo mediante ataques al frente sino a veces profundamente en la ‘zona de seguridad’. No deja sólo la usual bomba en el camino, sino ataques contra posiciones israelíes usando armas de alto calibre que van desde artillería blindada hasta misiles tierra-aire y fuego de ametralladora pesada. Incluso han tenido éxito entablando combate por varias horas en un área de entre diez y quince kilómetros, al final de la cual se han escabullido exitosamente de la zona llevando el armamento pesado consigo sin ser capturados (1997).

El 25 de junio de 1993 el Primer Ministro israelí Yitzak Rabin, ordenó el inicio de la “Operación Responsabilidad”. Sin embargo, Hezbollah a pesar de la tremenda destrucción, siguió disparando

sus Katyusha a un ritmo constante sin muestra alguna de debilitamiento y el gobierno de Líbano se negó a involucrarse.

Estados Unidos tomó la iniciativa de promover un alto al fuego. Los bombardeos finalizaron el 31 de julio, con un saldo de 147 libaneses muertos (sólo 8 de ellos milicianos de Hezbollah), 500 heridos, y 350 000 desplazados debido a la pérdida de 75 aldeas y alrededor de 10.000 casas, junto con infraestructura como caminos, escuelas, hospitales y mezquitas.

Hezbollah no fue debilitado y realizó entre 1990 y 1995 alrededor de 1.030 operaciones en la “franja de seguridad” y este número habría de aumentar de 1996 a 2000 a 4.928 a causa de una segunda violación a las “reglas del juego” durante ese segundo lustro.

Las escaramuzas y los choques entre ambos bandos no cesaron. La respuesta fue la “Operación Viñas de la Ira”, iniciada el 11 de ese mes con los mismos propósitos de la “Operación Responsabilidad”, con la única diferencia de que las acciones fueron aun más brutales, como la que tuvo lugar el 18 de abril en el poblado de Qana cuando 17 proyectiles de 155 mm fueron disparados por helicópteros de la Fuerza Aérea Israelí (FAI) sobre un complejo de edificios que la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) utilizaba como base para los cascos azules, y que ese día daba refugio a cerca de 800 personas que escapaban del fuego cruzado entre Hezbollah y la FAI.

La lucha armada de resistencia nacional conquista gran victoria. La retirada israelí de 2000

Las continuas derrotas de los sionistas en el campo de batalla y como dicen, la imagen de Israel en el mundo tras las operaciones “Responsabilidad” y “Viñas de la Ira” quedó muy dañada y la presión de la comunidad internacional, reflejada en las Resoluciones 425 y 426 promulgadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas obligó al gobierno de Barak como Primer Ministro a buscar negociar junto con Siria una retirada que garantizara la seguridad de sus tropas y por ende de las milicias del ESL (Israel desde luego que buscaba una salida honorable pero en esta ocasión no habría héroes para este país). El papel de Siria era importante dado que Líbano, invocando las resoluciones de la ONU se negó a conceder garantías de seguridad para Galilea en virtud de que nada lo obligaba a ello. Sin embargo, Siria exigió la devolución de los Altos de Golán antes de proceder a negociar un tratado de paz, a lo que Israel se negó, haciendo que tales negociaciones fracasaran.

Barak, el jerarca sionista de ese momento, sin más opciones, el 24 de mayo de 2000 completó el retiro unilateral de las FDI del sur de Líbano, y tras ellas la mayor parte de los milicianos (cerca de 6000) del desintegrado ESL y sus familias que Israel aceptaron naturalizarse como ciudadanos. Otros sin embargo fueron hechos prisioneros por Hezbollah o el Ejército Libanés cuando su desbandada comenzó en 1999 y condenados a cuatro o cinco años de trabajos forzados.

Hezbollah conquista su legitimidad de un movimiento de resistencia armada contra una fuerza invasora, un nacionalismo inclusivo, una notable tolerancia religiosa y el apego a las políticas electorales de una democracia restablecida, así como un reconocimiento al Estado que retroalimentaba su legitimidad de organización armada, pero mantiene una cara radical y violenta frente a un enemigo externo.

4. El enemigo sionista-imperialista vuelve a atacar al Líbano. La Guerra de agresión de 2006

El 13 de julio la aviación israelí bombardeo el aeropuerto de Beirut, inutilizándolo, mientras que un bloqueo total del espacio aéreo y de las costas libanesas fue completado ese mismo día por la marina y fuerza aérea. Ello con el propósito de impedir que Hezbollah se abasteciera con armas y otros recursos y proceder a eliminarlo por la vía bélica. Se optó por un plan llamado “Rompehielos” que consistía en ataques aéreos masivos sobre el territorio libanés para evitar el uso de fuerzas terrestres e incurrir en un menor número de bajas.

El Hezbollah dio una fuerte respuesta mediante el lanzamiento de cohetes Katyusha y Fajr hacia territorio israelí como respuesta al daño civil.

Para el 14 de julio, Israel comenzó a bombardear infraestructura de Hezbollah por todo Líbano, desde sus oficinas en Beirut hasta emplazamientos de misiles de largo alcance y búnkeres, pero también carreteras, puentes, zonas residenciales, escuelas, plantas de energía, acueductos y demás infraestructura económica. Aun así, Hezbollah demostraría un alto grado de preparación: ese mismo día después de que las oficinas de Hezbollah fuesen bombardeadas, se emitió una grabación en la que Nasrallah invitaba a la población de Beirut a echar un vistazo al mar y con gran teatralidad una explosión en el horizonte impactó al INS Hanit, una nave de la Marina Israelí que fue alcanzada por un misil guiado C-802 Noor de fabricación iraní. La nave quedó inutilizada y cuatro de sus marineros murieron.

A pesar del castigo que se le infringía a todo el país, el 16 de julio, Hezbollah sorprendió a su enemigo cuando la ciudad de Haifa. La FAI logró destruir, en diversas misiones subsecuentes, alrededor de 44 cohetes Zelzal-2 y Zelzal-1, éstos últimos con un alcance de entre 150 y hasta 200 km, y más de la mitad de los lanzadores y emplazamientos de cohetes Fajr 50; mas contra todo pronóstico, Hezbollah continuó atacando a las fuerzas israelíes con cohetes Katyusha a un ritmo de cerca de 150 cohetes diarios, y hasta 250 en el último día de la guerra.

Ante esta situación, un equipo de negociación de la ONU llegó a Líbano durante estos primeros días, Kofi Annan, entonces Secretario General, junto con el apoyo de Francia, Rusia, y en general de la Unión Europea, planteaban el establecimiento de un alto al fuego inmediato, dado que consideraban la reacción israelí como una acción desproporcionada, pero se estrellaron con la negativa de Estados Unidos a presionar a Israel, ya que Washington alegó una defensa legítima de Israel frente a un agresión de Hezbollah, acusando directamente a Siria e Irán de permitirlo y promoverlo.

Conforme el tiempo pasaba y la presión de los EEUU no llegaba, el conflicto se alargó, porque los EEUU, en especial, consideraban una gran oportunidad para debilitar a Irán y su creciente influencia en el Levante, así que vetó todos los esfuerzos en la ONU para darle tiempo a Israel de destruir a Hezbollah y entonces proceder a que una fuerza conjunta de cascos azules y del Ejército Libanés retomaran el control del sur de Líbano.

Una vez que las fuerzas terrestres israelíes encararon a las milicias de Hezbollah un hecho desconocido hasta entonces, probó ser de gran utilidad para las estrategias de combate de Hezbollah que aplicaban tanto tácticas de guerrilla como prolongados enfrentamientos directos: una extensa red de búnkeres y fortificaciones soterradas construidas en secreto en todo el sur libanés.

El 11 de agosto el Consejo de Seguridad emitió por unanimidad la Resolución 1701 que establecía un alto al fuego, y el despliegue de 15.000 cascos azules que se sumarían a la FINUL para restablecer el orden en el sur libanés respetando la “Línea Azul” como frontera entre ambos países. Así mismo se retomaba la importancia de cumplir con la Resolución 1559 sobre el desarme de todas las milicias libanesas dejando sólo a las fuerzas armadas libanesas a cargo de la seguridad nacional. No sobra decir que éste último punto no pudo ser ejecutado porque la FINUL no está autorizada para desarmar a Hezbollah, sino que se trata de una decisión que concierne sólo al gobierno libanés.

Las hostilidades continuaron hasta el 14 de agosto fecha acordada para el cese al fuego, pero siguieron presentándose altercados y escaramuzas hasta el 23 de agosto una vez completada la retirada de las tropas israelíes. El bloqueo naval y aéreo a Líbano finalizó hasta el 8 de septiembre.

Durante los 34 días de conflicto, la FAI ejecutó 11.897 misiones y arrojó 13.916 bombas, mientras que Hezbollah realizó 475 ataques con cohetes. La Marina Israelí realizó unos 2.500 bombardeos, y cerca de 2.000 soldados de las FDI fueron desplegados en el sur libanés y unos 3.000 más permanecieron a lo largo de la frontera, en total, las FDI movilizaron cerca de 10.000 reservistas 52.

La intensidad de esta confrontación dejó cerca de 1.200 civiles (casi un tercio de ellos niños) murieron, 4 000 fueron heridos, y un millón desplazados. Cerca de 130.000 casas, miles de pequeños negocios, cientos de carreteras, 300 fábricas, 80 puentes, docenas de escuelas y hospitales, y la red de electricidad del país fueron destruidas o dañadas, las pérdidas económicas se calcularon en cerca de $7.000 millones de dólares, mientras que el país debía lidiar de forma simultánea con una deuda externa equivalente al 180% de su PIB. En contraste Israel sufrió 43 bajas civiles, y destrucción o daño de unos 6.000 apartamentos y comercios, y se estima que los gastos militares ascendieron a unos $1.600 millones de dólares.

Pese a la violencia genocida del enemigo sionista contra el pueblo del Libano, la popularidad de Hezbollah se mantuvo no solo por que a ojos del mundo árabe le propinaba una derrota a Israel por la vía armada, sino que reforzó su ayuda a la población.

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