Bangladés: las clases dominantes intentan controlar la situación
Imagen de cabecera: manifestantes el pasado sábado en Daca. Fuente: PTC News
A inicios de mes informamos de la enorme rebelión que derrocó a Sheikh Hasina y la hizo huir de Bangladés. Después de derrocarla, el pueblo bangladesí no se detuvo y continúa señalando a los colaboradores del régimen de la Liga Awami (Awami League – AL). Las protestas continuaron y también la represión por parte del viejo Estado y de los matones de la AL. Así, la Organización de las Naciones Unidas afirmó que 650 personas murieron en las protestas de Bangladés entre el 16 de julio y el 11 de agosto. Entre ellas UNICEF afirma que murieron 32 niños durante el mes de julio. Al poco tiempo de ser derrocada Hasina los militares tomaron el control del país, afirmando que se harían cargo de la situación, investigarían los crímenes cometidos y formaron un gobierno interno, con la promesa de volver a un gobierno civil y llevar a cabo elecciones anticipadas.
Los militares decidieron nombrar como máximo dirigente del nuevo gobierno interino a Muhammad Yunus, quién estudió y se vinculó muy pronto con Estados Unidos, fue una reconocida figura opositora a Sheikh Hasina y reconocido amigo del imperialismo yanqui, por ejemplo de representantes suyos como los Clinton. También ha recibido numerosas distinciones de instituciones burguesas yanquis, como la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos o la Medalla Presidencial de la Libertad, dada por la Casa Blanca. Pero principalmente es conocido por haber obtenido el Premio Noble de la Paz en el año 2006 junto con el Banco de microcréditos que fundó, el Banco Grameen. Sus partidarios, y entre ellos EE.UU., afirmaron que esta iniciativa había sido fundamental para dar opciones de supervivencia y un futuro económico mejor para millones de pequeños campesinos, estudiantes, etc. Para finales del año 2008 se habían concedido un total de 7.600 millones de dólares. Hubo numerosas críticas por parte de académicos así como ha habido acusaciones de que este mecanismo de créditos se ha usado para realizar evasiones fiscales a través de numerosas pequeñas donaciones de unas empresas a otras subsidiarias o testaferros. Pero especialmente lo más llamativo del programa de microcréditos es que lejos de ayudar a millones de campesinos, los hundió en una bancarrota más profunda, provocando oleadas de suicidios de campesinos arruinados en el sur de Asia. A pesar de que Yunus y los imperialistas vendieron estos préstamos como especialmente dedicados para luchar contra la pobreza, muchos campesinos tuvieron problemas para devolver estos préstamos, la entidad crediticia no dejó de querer recibir sus pagos y acosó a los campesinos. Hubo numerosos casos de suicidios que afectaron especialmente al campesinado pobre de India y Bangladés. La prensa burguesa bautizó las consecuencias de estos microcréditos como “trampa mortal de los microcréditos”.
Uno de sus primeros gestos como dirigente del Gobierno Interino ha sido reunirse con los dirigentes de las empresas textiles de Bangladés, agrupados en la Asociación de Exportadores y Manufactureros Textiles de Bangladés (Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association – BGMEA) y pedirles su ayuda para ‘reconstruir la nación’. Los representantes de la BGMEA han prometido que le ayudarán y que ‘apoyan completamente’ el liderazgo de Yunus.
De momento el gabinete de Yunus ha incluido varios altos cargos o excargos militares en el nuevo gobierno. Así las fuerzas represivas, las mismas que tuvieron un rol infame bajo el gobierno de Hasina durante todas las protestas en los últimos años, se ven representadas en el nuevo gobierno interino que afirma suponer un cambio o ruptura con el gobierno de la AL y Hasina. También ha decidido incorporar a dos dirigentes estudiantiles, Nahid Islam y Asif Mahmud Sajeeb Bhuiyan, dos coordinadores del Movimiento Estudiantil Contra la Discriminación. Algunos elementos estarían vinculados al partido histórico de la ‘oposición’, el Partido Nacionalista de Bangladés (Bangladesh Nationalist Party – BNP), Al mismo tiempo algunos elementos de las organizaciones estudiantiles y movimientos sociales bangladesíes intentan estabilizar la situación y por ello, se habla de la posible creación de un partido político que canalice las protestas hacia el ámbito electoral e institucional. La incorporación y representación de las protestas en el nuevo gabinete fue algo aconsejado por los analistas y ‘think tanks’ por ejemplo del imperialismo yanqui.
Sin embargo los planes para estabilizar Bangladés se están encontrando con la resistencia del pueblo: el proletariado textil volvió a protestar recientemente, exigiendo mejores condiciones pero también el fin de poner en ‘listas negras’ a aquellos proletarios que luchan por mejorar sus condiciones, práctica muy extendida en el país. Aunque Hasina haya caído, numerosos dirigentes estatales y de las fuerzas represivas siguen en sus puestos y por ello hay numerosas noticias de manifestantes que señalan a los matones de la AL y miembros de las fuerzas represivas y se manifiestan contra ellos, dejando claro que la parte combativa del movimiento de masas no tiene suficiente con un cambio de gobierno que deje las cosas como estaban. Así pueblo bangladesí protestó masivamente contra el Presidente del Tribunal Supremo que aún no había sido sustituido por el gobierno interino y que era uno de los máximos representantes de la represión contra los manifestantes en estos últimos años. Dos días después dimitió tras las protestas.
Hace poco publicamos una declaración conjunta de diversas organizaciones estudiantiles bangladesíes y de otros países. Estas organizaciones advertían del peligro que suponían el imperialismo y las clases dominantes locales y la necesidad de expulsarlas: “Por esta razón es necesario expulsar todo el imperialismo, el expansionismo indio y a la clase dominante compradora, incluyendo a EE.UU., China, Rusia, la UE y establecer un gobierno democrático de las masas incluyendo a los obreros-campesinos-clase media.”