¡Apoyad la justa y urgente guerra popular en Filipinas! ¡Larga vida a los mártires!
Compartimos la traducción de un artículo que ha realizado Revolución Filipina.
El 26 de junio, diez combatientes rojos del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA) fueron martirizados en Pantabangan, Luzón Central. Fueron atacados por las Fuerzas Armadas de Filipinas (AFP), y todos resistieron valientemente hasta su último aliento. Tres días antes, el 23, tres jóvenes combatientes rojos fueron martirizados en combate con las fuerzas armadas reaccionarias.
El martirio de los héroes que sirvieron al pueblo es siempre trágico, especialmente para sus camaradas cercanos, amigos y familiares. Sin embargo, las historias de los mártires sirven de inspiración a sus camaradas y a las masas a las que murieron sirviendo, y es un testimonio de la fuerza del movimiento revolucionario. A medida que empeoran las condiciones semicoloniales y semifeudales que persiguen al pueblo filipino, éste se mantiene decidido y firme en su resistencia.
Ka Mabel, seudónimo revolucionario de Azase Galang, nació en 2000. Creció en un hogar progresista, siendo sus padres organizadores campesinos en la Hacienda Luisita. Así conoció las condiciones de las masas trabajadoras y la represión fascista del Estado. Cuando era joven, su padre fue desaparecido forzosamente y su familia se vio obligada a abandonar la hacienda. En este contexto se organizó en 2016. Como ka Mabel se dedicó desinteresadamente a las masas, renunció a su sueño individualista de convertirse en abogada. Dejó la universidad y se convirtió en organizadora a tiempo completo.
Mabel se unió heroicamente al NPA en julio de 2023. A lo largo de su vida se enfrentó tanto al sufrimiento de las masas explotadas como a la represión fascista del Estado títere. Estas experiencias le enseñaron que la única forma real de cambiar su país sería uniéndose a la revolución armada. Durante casi un año afrontó con éxito las dificultades y los sacrificios de formar parte del NPA. Al final fue martirizada mientras resistía valientemente una ofensiva de las AFP.
Otro mártir reciente fue Jian Markus Tayco, también conocido como Ka Reb. Ka Reb nació en 2003 y empezó a actuar durante la pandemia de COVID-19. Con la respuesta militarista del régimen de Estados Unidos y Duterte a la pandemia, Reb tomó conciencia del sufrimiento de las masas. Esto le llevó a abandonar sus orígenes pequeñoburgueses y convertirse en trabajador cultural y organizador juvenil. Al sumergirse en las masas, tomó la decisión de unirse al NPA. Allí sirvió al pueblo hasta su martirio el 23 de junio.
Las historias tanto de Ka Mabel como de Ka Reb son historias inspiradoras de jóvenes que se despojaron de sus viejos sueños egoístas. En su lugar, optaron por luchar por algo más grande que ellos mismos: la auténtica democracia y la liberación del pueblo filipino. Ellos y muchos otros de todas las procedencias y generaciones siguen aceptando la llamada de ir al campo para servir a la revolución filipina y al pueblo filipino. Esto demuestra claramente que mientras las condiciones semicoloniales y semifeudales sigan siendo las mismas, la revolución es invencible.
Nosotros, FFPS, Amigos del Pueblo Filipino en Lucha, elogiamos esta valentía y reconocemos que la mejor manera de honrar la memoria de los mártires es construyendo incansablemente una solidaridad fuerte y total para la revolución filipina. Igualemos la valentía de Ka Mabel, Ka Reb, todos los demás mártires y todas las masas filipinas en lucha y avivemos y extendamos las llamas de la solidaridad con la revolución filipina por todo el mundo.