Brasil: Entrevista a campesinos del Área Revolucionaria Renato Nathan
Publicamos una traducción no oficial de la entrevista publicada en A Nova Democracia.
Entrevista – Campesinos informan sobre el Área Revolucionaria Renato Nathan en medio de amenazas de desalojo
En una entrevista en el Área Revolucionaria Renato Nathan en Messias/Lajeiro, en medio de amenazas de desalojo por parte del poder judicial, campesinos organizados por la Liga de Campesinos Pobres (LCP) durante casi dos décadas nos contaron sobre su vida, producción y lucha. Un campesino nos contó lo siguiente sobre su producción:
“Llegamos aquí y llegamos al bosque, ¿no? No había dueño y tal… Y empezamos a sembrar cocoteros, plantar naranjas, anacardos, mangos, acerola, guanábana, yuca, maíz… Dos vacas de leche para hacer queso para vender… Que la gente también sobreviven del queso, que aquí vendemos un queso todos los días. Y vas vendiendo a la gente aquí mismo en la ciudad, eh… Y unas gallinas, unas cabras allá atrás…. Y dos peceras, lo cual es normal tener, ¿no? Un pavo pequeño, algo… Y un carrito viejo para trabajar, ¿no? Y así seguimos con nuestras vidas… No vivimos de la tierra, alimentamos a la ciudad. […] porque aquí la ciudad depende de nosotros.”
Demostrando en su discurso la importancia del Área Revolucionaria, no sólo para los propios campesinos, sino para los que viven en la ciudad en general que se benefician de la producción campesina. Otro campesino nos contó cómo era la región antes de la distribución popular de la tierra:
“Bueno, cuando llegué aquí, en realidad no había nada aquí. Esto no tenía nada, no había un árbol de yaca, no había nada debajo de lo cual pudieras cubrirte. Lo que había era sólo hierba, sólo hierba y arbustos. Eso era lo que existía aquí en Lajeiro. Entonces… Llegamos, había unas personas allí que empezaron a sembrar un pequeño campo allí, pero no pudieron cosechar… Sembraron, la gente robó. Luego aquí fue la multiplicación de los animales, luego fue la de los humanos. Yo no estaba allí, pero encontraron el cuerpo en alguna parte, llamaron a la policía y así… de vez en cuando encontré gente tirada aquí, en esta zona aquí, porque estaba deshabitada, este lugar estaba deshabitado”.
Preguntamos sobre la Liga de Campesinos Pobres y uno de los entrevistados respondió con su valoración sobre el movimiento campesino:
«¡Muy buena! Mire, la Liga, esta Liga de aquí es una familia. Es una familia unida, porque nadie tiene poder solo por ser presidente, ni nadie crece más que nadie. Porque es uno, como el propio líder, que es luchador. Ali es un luchador, sólo vive luchando por los demás. Y no es una batalla por él, batalla para los otros, ¿no? Como muchos en la Liga, ¿no? ¿Entendiste? Sólo hace falta tierra para que la gente trabaje. Convivir creo que es muy bueno, muy, muy, muy bueno. No tiene que faltar la compañera coordinadora, mi amiga. No, ella no le habla a nadie como presidenta, habla como todos los demás. La Liga es muy buena”.
Con mucha indignación uno de ellos nos respondió sobre quienes quieren negar que esa tierra es de los campesinos:
“Que nadie me diga eso a la cara, que van a acabar en mal, con una bala… El que me llame vagabundo tiene que ser un hombre de verdad porque no es fácil… Vivimos en esta lucha por luchar por el pan de cada día como vivimos todos aquí. Es como si viene un vagabundo a decirme que soy un vagabundo… sobre todo, la gente que no tiene nada que ver con la tierra. Los que dicen esto son los que no tienen nada que ver, los que defienden a los dueños de las centrales que no viven en la tierra, los que están celosos, los que están enojados… luego siguen diciendo eso. Tenemos mucha gente allá en Messias que dice “ah, porque esta gente realmente se tiene que ir, se siguen llevando lo que es de la planta”… Pero no lo dicen delante de nosotros porque si lo dicen… Sé que no lo dirán. Si preguntas, te dicen “no, pero está bien…”.
Sobre la lucha contra las amenazas de desalojo uno de los campesinos nos contó a larga lucha contra sucesivos ataques y la disposición a luchar:
“Ya han sido cinco, aparte de esta amenaza de ahora. Ya ha derribado cinco. Porque aquí, vinimos aquí… Y nos quedamos aquí, por un año o así, llamamos por dos años, y siempre estábamos construyendo. Y la Liga siempre nos apoya, nos da apoyo y busca la realidad. La Liga dijo que lucharemos hasta el final”.
Al final de la entrevista pudimos percibir el clima de revuelta entre los campesinos ante un nuevo intento de desalojo por parte de los dueños del molino. Uno de los campesinos afirmó:
“Lo que yo tenía, lo vendí para invertir aquí, es lo que se ve aquí en el recinto. Las pequeñas cosas las tuve que invertir, eso es todo. No tienes casa, si dices “hoy…” – ¡Dios no lo quiera! – “voy a dejar Lajeiro”, me voy a quedar en la calle. Eso lo digo hoy, en esta entrevista que estoy grabando. Aquí le pido a Dios que Dios tome la iniciativa y que no venga nada malo. Porque aquí, para sacarme de aquí, hay que tener buenas tropas. Porque sino habrá conflicto, habrá balas y fuego, porque ¿qué más voy a hacer si me voy de aquí?”.