Bangladesh: protestas masivas del pueblo

Imagen de cabecera: manifestantes protestan ante las fuerzas represivas del Estado de Bangladesh. Fuente: Mahmud Hossain Opu/Dhaka Tribune.

De nuevo han estallado enormes choques en Bangladesh. El pueblo sale a las calles a protestar y el Estado pone todas sus fuerzas represivas en funcionamiento para tratar de frenar la lucha. Hoy empezaba un bloqueo generalizado del país convocado por el Partido Nacionalista de Bangladesh (Bangladesh Nationalist Party – BNP), principal partido burgués de la oposición. Los medios locales hacen seguimiento de los bloqueos y cómo avanzan en diversos lugares del país, contabilizando disturbios, los numerosos vehículos quemados, policías heridos, etc. Las cifras varían según declaran los partidos burgueses implicados o el gobierno, pero la Organización de las Naciones Unidas ha declarado que para el 31 de octubre se contabilizan nueve fallecidos. De acuerdo con el BNP, dos de ellos han sido hoy, en un ataque brutal de la policía que ha disparado con fuego real sobre los manifestantes, asesinando a dos, e hiriendo a 250. Este uso brutal y desproporcionado de la fuerza por parte del Estado de Bangladesh no ha disuadido a los manifestantes, y las movilizaciones y choques entre ellos y la policía continúan. Los periódicos locales informan a diario de decenas de heridos en diferentes lugares del país.

Como ocurrió en las protestas de julio, de las que ya informamos, el partido burgués convocante de estas movilizaciones es el BNP, pero las masas han desbordado estas protestas y superan por muchos los estrechos motivos electoralistas de este partido. Este lunes 30 de octubre en las mayores áreas industriales de Dhaka, Gazipur y Savar, el proletariado del sector textil ha decidido continuar con su propia lucha y reivindicaciones, convocando huelga. Miles de proletarios han exigido que se aumente el salario mínimo, han bloqueado la entrada a polígonos industriales, quemado fábricas e incluso dado la vida en la lucha: dos proletarios han muerto asesinados por parte de la policía, y otros 30 han resultado heridos. El Ministro de Trabajo, Monnujan Sufian, llamaba a la calma y a continuar con el trabajo, pero el proletariado seguía en huelga e incluso respondiendo con más ira y quemando vehículos de la policía. La burguesía local se ha apresurado a prometer un incremento salarial significativo a partir del 1 de diciembre, tratando así del calmar al proletariado.

Furgoneta de la policía quemada tras las protestas del proletariado de confección de ropa. Fuente: New Age Bangladesh.

La facción gobernante de las clases dominantes en Bangladesh, que dirige el gobierno de la Liga Awami (Awami League – AL), está intentando descabezar al BNP, y ha detenido al Secretario General del partido, Mirza Fakhrul Islam Alamgir. El BNP afirma que 3.000 de sus activistas han sido detenidos durante la semana pasada, mientras que el gobierno de la AL afirma que han sido detenidos 1.480 activistas debido a los disturbios de este fin de semana. Por otra parte, el gobierno afirma que acusa a otros miles de personas no identificadas de los disturbios, y que ese caso está abierto ahora mismo. También se ha emitido una orden de detención contra otro líder del BNP, Mirza Abbas, que fue ministro en el anterior gobierno del BNP, reactivando una acusación pendiente por corrupción. Otro detenido, ha sido el secretario general adjunto del BNP, Syed Moazzem Hossain Alal.

Además de este gran número de detenciones, el Estado de Bangladesh está militarizando fuertemente las calles del país, especialmente Dhaka. En los últimos días ha desplegado no sólo fuerzas policiales, sino también militares. Se han movilizado 300 patrullas de 15 batallones policiales, fuerzas especiales y se ha puesto en alerta a los agentes de inteligencia del país, para hacer un control policial de las calles mucho mayor. En cuanto al despliegue de unidades militares, para el martes 31 de octubre se habían desplegado 22 pelotones de la Guardia Fronteriza de Bangladesh en Dhaka. Por su parte, la AL arma a sus propios matones, los llevan a sus manifestaciones y los lanzan como perros de presa para disolver las manifestaciones y las justas luchas del pueblo, mientras acusan a los manifestantes de ser unos delincuentes y no respetar la ley.

Matones del partido gubernamental, preparados para aplacar las protestas populares. Fuente: Focus Bangla.

Las potencias imperialistas están muy interesadas y siguen de cerca la situación en Bangladesh, principalmente el imperialismo yanqui. A su vez, parte de las clases dominantes locales también buscan esta intervención proactiva del imperialismo en defensa de sus propios intereses, como hace el BNP desde hace tiempo buscando la intervención externa en los asuntos nacionales. Ya informamos anteriormente acerca de la importancia del imperialismo yanqui en el país, que actúa de forma muy destacada a través del Fondo Monetario Internacional (FMI). El viernes 27 de octubre, el día antes de las primeras fuertes protestas, diplomáticos estadounidenses se reunieron con altos cargos del Estado de Bangladesh, y reafirmaron que “el único medio para cambiar de gobierno, son las elecciones”. El sábado 29 de octubre el imperialismo yanqui se pronunciaba acerca de los disturbios ocurridos: condenaban la violencia y llamando a la calma, condenando la violencia política y llamando a la calma por parte de todos los lados, y avisando de nuevas posibles restricciones. Esto no debe extrañar a nadie, si se tiene en cuenta la enorme exportación de capital financiero realizada a través del préstamo del FMI concedido en enero de este año. Otro dato relevante es que el imperialismo que más inversión directa tiene en Bangladesh, es el imperialismo yanqui, con un total del 20% en el año 2021, de acuerdo con el propio Departamento de Estado de EEUU.

Como ocurre en otros lugares del mundo, el imperialismo aumenta el saqueo y la brutalidad represiva en los países que oprimen, en los países semicoloniales y semifeudales, con ayuda de los lacayos locales. En Bangladesh se ven varias características comunes a muchos otros países de la zona: una deuda asfixiante, prestada por organismos financieros del imperialismo yanqui; una creciente militarización de las calles y brutal represión contra su pueblo que no aguanta más; que a pesar de esta brutal represión, cada vez y en tiempos más cortos, el pueblo estalla y hay más y más choques en las calles, ya que el pueblo persiste en su lucha.

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