Brasil: Familias campesinas expulsadas por los terratenientes recuperan sus tierras con el apoyo de la LCP

Imagen de cabecera: Familias retoman tierras del latifundio. Foto: Banco de datos AND.

Publicamos una traducción no oficial del artículo de A Nova Democracia encontrado aquí.

En la madrugada del 19 de agosto de 2023, más de 100 familias campesinas, lideradas por la Liga dos Camponeses Pobres [Liga de Campesinos Pobres – LCP] de Norte de Minas y Sur da Bahia, recuperaron las tierras de la Hacienda Lagoa dos Portácios con 6.800 hectáreas de tierra abandonadas desde hace más de 20 años por la empresa minera Calsete, en el municipio de Carinhanha (BA). Las familias denuncian varios intentos de intimidación por parte de los latifundistas, que actúan en connivencia con la Policía Militar [PM] en la represión de los campesinos en lucha.

La nueva toma, realizada con pancartas y carteles con el lema ¡Viva la Revolución Agraria! y banderas de la LCP, continúa la lucha de las familias campesinas que se desarrolla desde enero, cuando ocuparon parte del terreno que cruza la carretera BR 030. En marzo, las familias habían sido desahuciadas por una acción de recuperación de la tierra y el uso de fuerza policial junto a un grupo paramilitar (pistoleros), después de una gran campaña de persecución y demonización de sus simpatizantes en la ciudad.

Según los campesinos, las tierras de la Hacienda Lagoa dos Portácios son tierras abandonadas donde no se produce nada. Ellos afirman que la hacienda no posee sede, ni valla y que es usada por la empresa Casete como “alcantarilla” de las multas ambientales, en un esquema que usa el CNPJ [Nota de traductor: Registro Nacional Brasileño de Entidades Legales] del latifundio para “tirar” las multas por crímenes cometidos en el estado de Bahia y también en Minas Gerais. La propiedad de la hacienda es disputada por campesinos que crían animales “sueltos” y utilizan leña para cocinar, caminos internos, tanques de agua destruidos en la operación de desalojo y para la cría de animales pequeños. Además, la ocupación es tan antigua que algunos familiares, como los abuelos de los campesinos, fueron enterrados en estas tierras. Por otro lado, compiten diferentes intereses, como el administrador de la finca Lineu Fernandes y los latifundistas vecinos, carboneros y madereros que extraen madera ilegal de la propiedad en connivencia con el administrador. Muchos campesinos se enferman produciendo carbón para estos intermediarios porque les impiden sembrar e incluso hay varios juicios laborales contra la empresa.

La finca Lagoa dos Portácios pertenece a los campesinos

Las familias campesinas de Lagoa dos Portácios viven desde hace décadas en la miseria y sin derecho a la tierra, y a nada más que vender el día de trabajo, bajo un sol abrasador, por 70 reales a los latifundistas y empresarios de la ciudad. Durante generaciones, las familias han sido oprimidas por los latifundistas locales. Los residentes y trabajadores de la “Cheira Cabelo”, “Cabacinhas”, “Caraíbas” y comunidades aledañas son los verdaderos dueños de estas tierras.

Las tierras fueron prometidas por la Reforma Agraria en 2008/2009, por la superintendencia del INCRA de Bom Jesus da Lapa en una audiencia en la ciudad de Carinhanha, pero nunca fueron entregadas. La posibilidad de una cesión por parte del gobierno, dado el fracaso de la reforma agraria, aún está lejana. La finca tiene capacidad para sustentar a más de 300 familias.

Familias campesinas se mantienen firmes resistiendo amenazas, mentiras y chantajes

A pesar de que el gobierno no entrega las tierras, las familias campesinas ya ejercen la propiedad del territorio. Las familias son constantemente acosadas en todos los sentidos por los latifundios, mediante intentos de desalojo o incluso el robo de ganado. Según las denuncias, los latifundistas, junto al “administrador” de la finca, sueltan su ganado en las tierras de los campesinos y, cuando van a “retomarlo”, aprovechan para robar el ganado de los pequeños y marcan los animales con su hierro.

La organización aún mayor de los campesinos provocó la mayor furia entre los latifundistas. Además de mantener un esquema permanente de pistoleros en las orillas de la carretera BR 030, los grandes latifundistas admitieron en un programa de radio local que tienen mando directo sobre la PM y que llamarán a la policía municipal para identificar a todos los que se encuentren allí. El propio Lineu Fernandes dijo en el programa, el 28/08, que tiene un “equipo” de seguridad y que no es responsable de lo que le pueda pasar a cualquiera dentro de la hacienda.

Este es el modus operandi de los latifundistas, que actúan como dueños de la ciudad, de las instituciones, de la policía, del ayuntamiento, de la radio y de todos los que los rodean. Pero no podrán detener la resistencia organizada y justa de los campesinos del Campamento Mãe Bernadete.

Utilizando todos los métodos más abyectos para tratar de intimidar a las masas en lucha, pusieron a un abogado sin ningún escrúpulo a afirmar que la ley de reforma agraria permite identificar a todos los campesinos que invadan tierras y que se les quitarán sus beneficios sociales, incluidos Seguro de la temporada de fuerza de caza – Pescador Artesanal (es una ciudad a orillas del río São Francisco). El abogado basó su argumento en el proyecto de ley 1373/2023, que actualmente se discute en el Congreso, y que busca recortar medidas de asistencia a familias que participaron en ocupaciones de tierras. El abogado también afirmó que llevaría el caso a la desmoralizada “CPI del MST”.

Mientras estos terroristas intentan por todos los medios detener la lucha por la tierra, ésta sigue su hilo histórico de resistencia y heroísmo hasta que todas las tierras de los latifundios estén en manos de campesinos pobres, quilombolas e indígenas.

El campamento Mãe Bernadete recibió su nombre en honor a la importante líder quilombola Mãe Bernadete Pacífico, quien fue asesinada a tiros el 17 de agosto por hombres armados a sueldo de especuladores inmobiliarios y acaparadores de tierras, ladrones de tierras y de madera. La madre Bernadete fue asesinada en el seno de la asociación Quilombo Pitanga dos Palmares en Salvador.

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