El imperialismo seca Uruguay y deja sin agua para beber al pueblo
Imagen de cabecera: Protestas contra la principal empresa embotelladora. Fuente: El siglo web
Desde el pasado mes de junio Uruguay atraviesa una emergencia hídrica a causa de la escasez de agua disponible. Los recursos de agua han disminuido de forma drástica, dejando al país prácticamente sin reservas de agua potable. El gobierno del Estado es incapaz de buscar una solución efectiva para paliar los efectos de la escasez de agua. Tan grave ha sido la situación que el pueblo está bebiendo agua dulce mezclada con agua salada por orden de las autoridades, quienes han mezclado los pocos suministros restantes con el agua del mar.
Entre las propuestas realizadas por el gobierno del Estado, se encuentra eliminar los impuestos al agua embotellada, distribuir dos litros de agua a 21.000 familias pobres y construir un embalse en 30 días. Todas estas medidas se han demostrado inútiles y el pueblo no ha visto mejorada su situación durante todo el tiempo que está ocurriendo esta crisis. El Gobierno también recomienda beber agua embotellada, pero esta es un lujo no para todo el pueblo. Ante esto, el 8 de julio hubieron masivas protestas por las altas ganancias de las empresas embotelladoras en medio de la crisis en Montevideo, la capital de Uruguay. Los protestantes denunciaban que la empresa tiene permitido extraer 3,8 millones de litros de agua y nunca han pagado por ello. Además, denuncian que con la bajada del IVA aumentan las ventas sin afectar a las ganancias de la empresa, sólo perdiendo dinero público que luego recortarán de educación, sanidad o vivienda.
Mientras el pueblo no tiene acceso al agua, tal y como denuncia la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida, el 80% del agua está destinada a los latifundistas en la industria especializados en la soja o la pulpa de madera. De estas materias, casi en su totalidad se exportan al extranjero y el pueblo uruguayo no ve más que la sequía que deja tras de sí.
Además de los terratenientes, grandes empresas monopolistas no abandonan sus megaproyecto en el país. La empresa tecnológica Google acaba de comprar 29 hectáreas en el departamento de Canelones para construir un macro centro de datos. Este centro usará 7,6 millones de litros de agua al día para poder refrigerar sus servidores. Este agua provendrá directamente del sistema público de agua potable. Esto equivale al uso doméstico diario de 55.000 personas. Este no es el único megaproyecto, por ejemplo, en abril comenzó a operar la planta de pulpa más grande del mundo. Esta planta, dirigida por la empresa extranjera UPM, utiliza 129,6 millones de litros de agua al día y vierte los vertidos en un río local.
Sobre esta situación el periódico A Nova Democracia denuncia el saqueo de las riquezas naturales por parte de los latifundistas y al sistema que lo sostiene: “El recrudecimiento de la crisis se produjo tras estas medidas cosméticas y son prueba de la ineficacia de estos protocolos, propios del malabarismo político que no quiere tocar el corazón de un problema. Independientemente de la gravedad de la sequía, el verdadero origen de los males del pueblo uruguayo, entre ellos las constantes crisis de agua, se conoce desde Artigas. Yace en el descarado saqueo de las riquezas naturales y recursos estratégicos de Uruguay por parte del latifundismo servil del imperialismo y de las empresas monopolistas de la gran burguesía local o del capital extranjero, problemas que se evidencian en cualquier país que quedó huérfano de una Revolución Democrática, Agraria y Antiimperialista. Revolución. La solución, por tanto, pasa por el fin del régimen de propiedad de la tierra y la expulsión de los saqueadores de la Nación,”