Brasil: Campesinos armados confiscan 1 tonelada de alimentos
A continuación publicamos una traducción no oficial de un artículo publicado por A Nova Democracia (AND).
Entre el día 5 y 6 de septiembre, cerca de 100 ribereños de comunidades amazónicas confiscaron más de una tonelada de alimentos de una balsa encallada en el Río Madeira, próxima al municipio de Manicoré. El caso retrata un caso de insatisfacción popular permanente que el hambre tradujo en acción por parte de las masas.
Según las informaciones divulgadas por la prensa, la balsa en cuestión era de la empresa AC de Oliveira Navegação e Transporte LTDA y había partido de Rondônia con destino a Manaos, estando entretanto encallada en un banco de arenas en las proximidades del Distrito de Auxiliadora.
En ese momento, los campesinos que moraban en la región abordaron la embarcación y confiscaron sólo alimentos, llevándose fardos de azúcar, cajas de aceite, harina de trigo, raciones y cajas de leche condensada. Según los tripulantes, muchos de esos campesinos estarían armados.
La persistencia del hambre en el Amazonas
Datos divulgados por el IBGE [Nota del traductor: Instituto Brasileño de Geografía y Estadística] en 2020, afirmaron que en el estado de Amazonas, el hambre afecta a cerca de 2,7 millones de personas, dejando el estado en la segunda peor posición en el país en lo que respecta a la inseguridad alimentaria.
Esos datos son fruto de investigaciones realizadas entre 2017 y 2018, habiendo estimado los investigadores sobre este tema que, a día de hoy, las condiciones podrían ser aún peores.
Según Adjalma Nogueira, una de las dos divulgadoras de la investigación del IBGE, los datos presentados desvelan una situación catastrófica en lo que respecta a la realidad de la población local.
“Los números muestran que tres de cada diez habitantes del Amazonas pasan privaciones en cuanto a la cantidad de alimentos y en algunos casos, directamente hambre. Todos los porcentajes de la situación de inseguridad alimentaria en el Amazonas son superiores a las medias nacional y regional. La investigación muestra que la región Norte presenta los peores indicadores del país”, dice la investigadora.
La crisis alimentaria ha aumentado aun más durante los periodos recientes de verano y secano. Impulsada por el avance del latifundio en la región, la bajada de la cantidad de agua de los ríos ha afectado a la renta de millares de pescadores y pequeños productores del estado, que permanecen sin contar con cualquier ayuda significativa del viejo Estado.