Francia: Sobre las elecciones, la magnífica situación y nuestras tareas

Publicamos una traducción no oficial del artículo de Nouvelle Époque.

El bloque imperialista representado por Macron se ha salvado de ahogarse, y esto es en sí mismo un aspecto de esta gran secuencia de una mascarada cada vez más repugnante. Ante su quiebra, el macronismo sólo pudo salvarse temporalmente mediante una jugada de póquer que funcionó, pero que no hace más que agravar la crisis política que se manifiesta cada día más claramente en nuestro país. El bloque macronista, como bloque político del imperialismo francés, es el verdadero enemigo de la clase obrera, de las clases populares y de los pueblos del mundo subyugados por el imperialismo francés. Es este bloque, y sólo este bloque, el cuál ha estado siete años en el poder, el que controla la dirección del país: la política pro-OTAN en Ucrania y la marcha hacia la guerra, la política de apoyo cada vez más fuerte a los monopolios, las leyes antiobreras y antipopulares, la radicalización de las fuerzas policiales, la perorata mediática ultrarreaccionaria, etc. Este bloque, con su líder Macron, es el principal actor de la reaccionarización del país y, por tanto, de la marcha hacia el fascismo. Es Macron, a través de su práctica “jupiteriana” del poder donde el ejecutivo está por encima de todo, donde el Príncipe dirige el país con mano de hierro con su consejo; Este Macron que está “por encima de los partidos”, “ni de izquierda ni de derecha”, es el que es la figura más fascista del país porque, y esta es la única verdad, ostenta todo el poder entre los Presidentes de la VªRepública.

Las clases obreras no se equivocan: votaron por Rassemblement National (RN) para acabar con este personaje que encarna todo el odio hacia las clases dominantes, ya que las otras fuerzas han vinculado totalmente su futuro a este bloque imperialista en el centro de la Asamblea Nacional. Es la falsa izquierda la que ha permitido que el bloque imperialista no sólo se mantenga, sino que pueda hacer lo que le plazca alimentándose de la inestabilidad. La burguesía imperialista, en ausencia de un verdadero Partido Comunista, SIEMPRE encuentra una salida.

La ‘gente’ de izquierda sólo debe ver todo esto como una profunda derrota de las clases obreras. France Insoumise (FI) permitió que el Partido “Socialista”, cuyos votantes están “decepcionados” con el macronismo social, fuera el improbable fénix de las últimas elecciones. Glucksmann, el agente de la CIA, inmediatamente dejó las cosas claras, explicando que la aplicación del programa del Nuevo Frente Popular (NFP) se haría mediante una “ discusión” con los macronistas y… el FI. Este es el acto de muerte del llamado NFP. En definitiva, no se aplicará casi nada. También destacó que no habría ni “jupiterismo” ni “robespierrismo” (sic).

Intentarán aplicar un macronismo “calmado” por la coacción, lo que sólo será un pobre e imposible intento de calmar las tensiones ligadas al desarrollo de la lucha de clases y a la crisis política que el país vivirá en los próximos dos años. La forma que ha tomado el nacimiento del NFP no es mágica. No es el resultado de un movimiento popular enraizado, sino del deseo de salvar sillones y preparar el plan de Olivier Legrain, un gran burgués, millonario y ex empresario que prepara en la sombra el regreso de “la izquierda” al poder en 2027. Es decir, de una forma de macronismo menos radical, al servicio del imperialismo. El resurgimientodel PS es, por tanto, obra del Príncipe: es la estrategia para mantener en el macronismo a aquellos decepcionados con el macronismoy, sobre todo, para aislar y destruir a FI, como fuerza motriz de la falsa izquierda, pero sobre en los márgenes. Los movimientos repentinos de Macron han acelerado el proceso de recomposición, pero el resultado final es el mismo: un falso bloque socioliberal pero genuinamente imperialista, que aísla a FI, que ya está totalmente aislada de las clases obreras. Un bloque que puede confiar en RN para impulsar las reformas tan necesarias, que ya han comenzado. Lo que significa una integración cada vez mayor del personal de RN en el aparato estatal. Las ventajas y privilegios de estos lugares en las instituciones lo han corrompido todo e integrado a RN en el bloque imperialista macronista, como todo lo demás. Ya nadie está en contra de la OTAN ni de la UE y todos apoyan la política imperialista estadounidense en Ucrania. En cierto modo, es el mismo camino que vivió el Partido “Comunista” francés. Traición al camino de la revolución, traición a los intereses del proletariado, integración al Estado y, en definitiva, una fuerza burguesa abiertamente reaccionaria. La traición conduce a la decadencia, de la que Roussel es el modelo.

Crisis política y acentuación de la lucha de clases

Estas elecciones, más que cualquier otras, han demostrado que el sistema electoral en una democracia burguesa es sólo un árbol que esconde el bosque del sistema de dominación de una clase sobre otras. Parece claro que esta Asamblea “nacional”, compuesta en su gran mayoría por ejecutivos y profesiones intelectuales superiores, está completamente aislada del mundo real. El 87% de los franceses no se ven a sí mismos en los resultados, ¡eso es decir mucho! La situación es convulsa. El imperialismo es absolutamente antipopular, la farsa del sistema demoliberal lo demuestra a diario. El hecho fundamental de toda esta bola de oportunistas es que el poder real no se encuentra en los escaños de la Asamblea Nacional. Los políticos de todas las tendencias son administradores del viejo y centenario orden de explotación. Los poderes del dinero, a través de sus redes de información, tienen la capacidad de hacer y deshacer a los contendientes por puestos altamente remunerados. Crearon el P’C’F para robarle algunos votos a FI; resucitaron al P’S’; compran medios de comunicación para derramar una avalancha de ideas antipopulares para explotar la frustración y el voto de RN. Pueden permitirse el lujo de utilizar recursos ridículos, como el llamado “antisemitismo” del FI, para salvar al bloque macronista. Mañana, si tal o cual pretendiente no agrada a los bancos y a la Bolsa, lanzarán una campaña masiva de difamación y eso será todo.

Lo más importante en esta secuencia es que el electorado de clase obrera de Rassemblement National, y las clases obreras en general, tienen el sentimiento profundo de un robo histórico, y esto es normal: RN aventaja al NFP en 3 millones de votos, este es la verdadera primera fuerza y la única que es popular. Fueron sólo las travesuras políticas entre el bloque macronista y la falsa izquierda las que relegaron a RN al tercer lugar. Este robo acentuará la rabia silenciosa de estas clases completamente abandonadas contra cualquier discurso político emancipador. Esta rabia aumentará, con la integración cada vez mayor de RN, lo que dejará a las masas obreras, una vez más, sin salida.

Todo esto debilita profundamente la confianza de las masas en las instituciones. Somos los europeos que menos confianza tenemos en los políticos. Al final y como en toda crisis profunda del país, el Ejército seguirá siendo un pilar incorrupto por la decadencia parlamentaria y, frente a ella, el proletariado que deberá reorganizarse rápidamente como fuerza subjetiva. Los altos mandos lo han dicho: el Ejército tendrá un papel si la “Nación” está en peligro. El Estado burgués debe entenderse como sinónimo de “nación” en boca de un soldado, porque el Ejército es la columna vertebral del sistema de dominación.

Esta aceleración histórica es sólo la expresión de la crisis global del imperialismo, su crisis de descomposición, su crisis final; esta crisis marca el regreso de la Revolución Proletaria Mundial. Los mismos patrones, las mismas cuestiones, el mismo camino están surgiendo en todo el mundo. Como reflejo de los acontecimientos en el mundo, esta crisis política, lo cuál es muy francés, es un marcador más del retorno de la lucha por la Revolución Socialista. Todo lo que vemos a diario expresa una situación revolucionaria que se desarrolla en nuestro país. Esta situación, sin fuerza subjetiva, sin proletariado organizado, sólo la pueden sufrir las clases obreras.

Nuestra tarea, nuestra única tarea, no es gritar al lobo fascista, no es indignarnos contra el racismo, no es tener miedo de una situación que no existe, sino comprender esta nueva secuencia que sólo puede ser positiva. La verdad que surge de esta gran crisis política es que ya no pueden gobernar como antes, independientemente del color del partido en la Asamblea Nacional. La Vª República, el régimen resultante de los “Treinta Años Gloriosos”, es un cadáver en avanzada descomposición. Este régimen supo y sabe integrar todas las fuerzas que dicen ser de oposición para desintegrarlas y domesticarlas al servicio del imperialismo francés. Hoy, a pesar de la situación, ya no saben cómo salir del proyecto gaullista.

Así que, como repetimos en nuestro periódico, ha llegado el momento de actuar. De la situación está todo dicho, lo importante es la organización. Organizar a las masas para la lucha de clases en las fábricas y en los barrios obreros. Organizar a las mujeres del pueblo, a la juventud abandonada, a los sindicalistas proletarios, a los obreros blancos y musulmanes, convencer a las clases obreras de las periferias metropolitanas para que actúen, crear de nuevo las redes sobre las cuales construiremos una organización proletaria autónoma de la burguesía, y sentar las bases de la Reconstitución, de la única herramienta política para la emancipación, el Partido Comunista.

Este camino, que ya estamos explorando, es y será fruto de unos pocos grupos decididos, trabajando, viviendo y luchando con el proletariado y rompiendo con el viejo mundo. Alimentados por la inmensa experiencia histórica del proletariado mundial y del proletariado de Francia, responderemos a todos los problemas. En poco tiempo hemos adquirido una experiencia muy rica en el trabajo de masas, ya conocemos todos los fundamentos del trabajo revolucionario actual. Los problemas sólo se resuelven en movimiento. Ya no podemos seguir en formas arcaicas donde el movimiento principal es la reflexión y el análisis. Repetimos, ha llegado el momento de una organización concreta en la lucha de clases. El objetivo es claro y magnífico: repetir la Gloriosa Comuna de París. Nuestro momento es magnífico, todo ha fallado, ya nada volverá a ser igual, el camino es conocido, pongamos todas nuestras fuerzas en marcha.

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