El imperialismo belicista italiano: desde la “jornada del recuerdo” del 10 de febrero al Mar Rojo

El imperialismo belicista italiano: desde la “jornada del recuerdo” del 10 de febrero al Mar Rojo. Sirve una revolución de democracia popular contra un régimen fascista en formación que arrastra a nuestro país a la guerra inter-imperialista.

Publicamos una traducción del artículo de Per la Democrazia Popolare de Italia.

La ley  n. 92 del 30 marzo de 2004 instituyó la “jornada del recuerdo” a celebrarse como solemnidad nacional todos los años el 10 de febrero. Tal celebración tiene la finalidad de poner en discusión, por ahora en el plano de propaganda política, la derrota sufrida por la Italia fascista en el confín oriental con el fracaso de la segunda guerra mundial.

En el cuadro de los resultados de la primera guerra mundial, el matadero imperialista había asegurado al imperialismo italiano la posesión de una serie de zonas que se extendían al interior de algunos estados del territorio de los Balcanes. Sobre tal base había ejercido fuerza la política imperialista del fascismo para ampliar los confines del estado. Todo esto asumía por tanto un preciso carácter colonial. El 10 de febrero de 1947, Italia, como imperialismo aliado con la Alemania nazi, fue parcialmente sancionada y vio redimensionado su territorio colonial fruto precisamente de los atracos de la primera guerra mundial. La parcial recuperación, después de un poco más de veinte años, a favor de la República de Yugoslavia y por tanto hoy de Eslovenia y Croacia es hoy representado como un gran éxodo, a los límites del genocidio, a los cuales estarían forzosamente obligados los “italianos”, o sea los colonizadores imperialistas monárquicos y fascistas de aquellas áreas territoriales. Tal parcial recuperación de los confines a favor de las legítimas poblaciones saqueadas y ocupadas militarmente después de 1918 es un aspecto que atestigua el carácter fuertemente internacionalista de la operación conjunta entre la resistencia italiana guiada por los comunistas y la guerra de liberación nacional conducida por los partisanos yugoslavos.

El 10 de febrero de 1847 es una fecha que representa un pasaje histórico progresista que, si bien muy parcialmente, también afectó un territorio fuertemente caracterizado por el militarismo corporativo fascista, debilitando un sistema que transitó casi intacto a la República italiana.

En palabras más simples, los tratados impuestos a Italia sirvieron, aún si por pocas décadas, a “tener bajo cuidado” su expansionismo imperialista sobre el confín oriental y sus siempre vivas aspiraciones neocoloniales. La República Italiana, en el tratado de 1947, no quiso ni siquiera reconocer formalmente la derrota del fascismo italiano, o sea de un fiel aliado del nazismo hitleriano y japonés.

El tratado por tanto representado por la Italia imperialista salida de la segunda guerra mundial no fue un reconocimiento de las propias responsabilidades y mucho menos la ocasión para una adecuada autocrítica, sino solo un amargo bocado a digerir velozmente en espera de esquemas internacionales mejores que habrían podido permitir una recuperación en forma “republicana” de cuanto había iniciado con el Reino de Italia antes y con Mussolini después.

El 10 de febrero, llamado “jornada del recuerdo”, explícita manifestación de revisionismo histórico, oculta por tanto en esencia una campaña visceralmente nacionalista que reclama una presunta injusticia sufrida por los “italianos” y que por tanto busca reiterar la necesidad de poner en discusión los confines nacionales con el fin de una nueva estación expansionista.

En nuestro país hay un profundo sentimiento antifascista aún radicado entre las masas populares y ha habido innumerables momentos de lucha por parte de esos que han acogido como temas puestos en primer plano como “foibe” y “éxodo” sean vehículos de propaganda fascista. Historiadores honestos y compañeros antifascistas se empeñaron en la tentativa de denunciar y frenar una indigna campaña de denigración contra la resistencia italiana y en lo específico la yugoslava, pero todas estas posiciones a menudo fueron vistas como una expresión de la dialéctica en curso en un país democrático, más que nada solo como una batalla a vencer en el plano de las competencias históricas, con la redacción de libros escritos por “expertos” en grado de demostrar como fueron verdaderamente las cosas. Se trata de una batalla sin dudas importante y va reconocido el mérito a esos que públicamente contrastaron, aún sobre tales terrenos, el más siniestro revisionismo histórico exponiéndose también a asaltos y agresiones por parte del escuadrismo y a la censura por parte de las instituciones y de los oportunistas de todas las resmas.

Lo que en cambio no fue puesto al centro de la cuestión es el hecho de que es parte integrante de una política imperialista y fascista y que no se trata solo de una tentativa de determinadas áreas de levantar la cabeza, sino de la naturaleza estructural de un fascismo que en nuestro país nunca ha encontrado realmente una oposición en el plano institucional y que ya desde hace décadas volvió a la luz con el pleno desmantelamiento en curso de la forma estatal republicana parlamentaria. Un fascismo orgánico al imperialismo italiano y a la lucha por la plena reconquista de precedentes esferas de influencia.

Por tanto la jornada del recuerdo es ya de por sí una celebración que representa un acto que encaja en una verdadera y propia preparación de la guerra. En todos estos años fue llevada hacia adelante una verdadera y propia agresión en relación a frágiles y pequeños países confinantes con nosotros como Eslovenia y Croacia. Se trata de una agresión que se desarrolló en un plano cultural y propagandístico por parte de las instituciones del estado y de la RAI y sobre un plano más operativo con la movilización de matones fascistas que en Italia es presencia estructural y militante y que hoy está en el gobierno. La “jornada del recuerdo” requiere asignación de fondos, celebraciones institucionales, grupos de trabajo, conferencias públicas e intervenciones en las escuelas, etc…

El 31 de enero pasado el Consejo de los Ministros aprobó el decreto ley que instituye el “Museo del Recuerdo” que se construirá en Roma y será financiado con al menos 8 millones de euros durante los primeros 4 años.

En la tarde del lunes 5 de febrero la red nacional RAIuno transmitió en horario estelar “La Rosa de Istria”, el enésimo filme que afronta una vez más las temáticas inherentes al día del recuerdo y que sigue otras realizaciones precedentes como “El corazón en el pozo” y “Tierra roja – Rojo Istria” donde se reafirman los peores lugares comunes difundidos por el fascismo sobre los partisanos violadores y asesinos y víctimas italianas inermes y de buenos sentimientos.

Junto a la ficción en estos años fueron realizados y difundidos también en las escuelas variados documentales y la RAI se empeña en la realización directa de búsquedas en el exterior incluso con exploraciones de cavidades cársicas en los lugares teatro de choques militares durante la segunda guerra mundial.

El 16 de enero pasado, un equipo de la RAI con un periodista del Tg2 exploró la cavidad cársica Bliznji en Eslovenia acompañado por algunos espeleólogos, con el fin de buscar restos humanos a atribuir a presuntos enterramientos en dolinas. A continuación fueron mostradas tomas de video desde los autos del equipo vandalizados por parte de desconocidos.

Es de todos modos evidente que es desde hace años que las poblaciones de las repúblicas de Eslovenia y de Croacia sufrieron fuertes ataques ideológicos y provocaciones políticas por parte del nacionalismo italiano.

Estos ataques y estas provocaciones fueron llevadas adelante con modalidades que ven implicadas en sinergia ya sea las instituciones con varias organizaciones militantes fascistas, como en la habitual iniciativa que se hace cada año en Gorizia organizada por los veteranos de la XMAS en el exterior y en el atrio del gobierno y que ve siempre la presencia de representantes institucionales con la faja tricolor en memoria de la batalla de Tarnova.

La batalla de Tarnova, hoy territorio esloveno pero en 1945 bajo control fascista, fue un paso significativo de la lucha conducida por el Ejército Popular de Liberación de Yugoslavia con la participación de algunas brigadas partisanas comunistas garibaldinas contra las tropas nazifascistas. Esta iniciativa, además de ser justamente justamente cuestionada por una presencia de antifascistas locales, fue fuertemente criticada también por las instituciones eslovenas irritadas y preocupadas por el perdurar de estas provocaciones. Se trata sin embargo de tomas de posición aún débiles, que muestran la ausencia de una línea realmente antifascista e incapaz de denunciar la creciente amenaza al confín.

 Este año el alcalde de la ciudad eslovena de Nova Gorica definió la iniciativa de las instituciones italianas, de los partidos reaccionarios y fascistas como una manifestación “contra la Europa libre”, apelando por tanto a presuntos e ilusorios valores europeos que deberían contrastar el fascismo y el imperialismo italiano y garantizar en algún modo el derecho de Eslovenia a ser respetada como nación soberana.

Cada año el presidente de la República de Eslovenia y de la República de Croacia están presentes en la isla de Rab en las conmemoraciones del sábado más cercano a la fecha del 11 de septiembre. La ceremonia es muy celebrada por las poblaciones que recuerdan los propios mártires del campo de concentración fascista abierto en julio de 1942 y cerrado el 11 de septiembre de 1943 con la Italia en ruta. Tal campo es fuertemente denunciado como un campo de exterminio donde durante la ocupación antifascista de Yugoslavia fueron internados más de 15000 prisioneros.

Es necesario evidenciar que Italia rechaza participar con sus exponentes institucionales a tales ceremonias para pedir perdón simbólicamente. Una posterior demostración de cómo no sea renegada la ocupación imperialista que fue conducida por el Reino de Italia en la fase del fascismo.

El periódico esloveno “Delo” recuerda que a la ceremonia fue invitado también el presidente de la República Italiana pero che “Mattarella no estaba en Rab el pasado fin de semana y los medios de difusión italianos permanecieron silenciosos sobre el evento”.

Otra nación en la mira del expansionismo político, económico y militar italiano es Albania que fue “Protectorado italiano del Reino de Albania” desde 1939 a 1943 durante la ocupación fascista. Al término de la guerra el gobierno Degasperi rechazó la entrega de más de 100 criminales de guerra italianos solicitados por el nuevo estado para ser procesados, repitiendo así la misma política adoptada en relación a Yugoslavia. La conclusión formal de la guerra de agresión fue contemplada con la firma por parte de la República Italiana del Tratado de París del 10 de febrero de 1947, la misma fecha puesta en el índice de la “jornada del recuerdo”.

Albania regresó a estar en la mira del imperialismo italiano desde 1992 con el abierto apoyo al primer ministro Sali Berisha y la estipulación de un acuerdo de amistad en 1995. Berisha estará después obligado a la dimisión con la acusación de ser artífice de turbias actividades financieras responsables de haber mandado a la quiebra a miles de albaneses. Es bueno recordar que Berisha fue premiado en 1996 con la más alta de las condecoraciones de la República italiana “la Orden al mérito”. Apenas esta figura se quemó públicamente, Italia pasó a sostener otras corrientes y hoy reconoce como interlocutor privilegiado al primer ministro Edi Rama, con el cual Meloni firmó el 6 de noviembre de 2023 el protocolo de entendimiento en materia de gestión de flujos migratorios. Se trata de un acuerdo que marca un punto de viraje en las relaciones internacionales y con mayor razón porque Albania no es tampoco miembro de la Unión Europea.

 Italia se empeña en depositar 16,5 millones de euros a cambio de la obtención de la plena jurisdicción sobre dos áreas en territorio albanés, que serán ocupadas por las fuerzas del orden italianas con la extensión de nuestra jurisdicción a un territorio extraeuropeo.

En estas dos áreas serán deportados, con costos totalmente italianos, hasta 36 mil migrantes al año con un máximo de 3000 al mes. Se trata por tanto de dos auténticos campos de concentración donde serán llevados directamente, sin pasar de la Italia, los prófugos recogidos en el mar. Contra este acuerdo se levantaron voces críticas en ambos países pero se trata de consideraciones en su mayoría unidas a la escasa credibilidad de la operación.

Italia se empeña en “repatriar” de los territorios de Albania bajo su jurisdicción hasta 3000 migrantes al mes y el importe de tal monto suscita dudas sobre el real funcionamiento del acuerdo. Más allá de la criminal gestión de las personas recogidas en el mar y deportadas y confinadas con modalidades indignas a esta “colonia” italiana en el exterior, hay otros puntos a destacar.

La Italia imperialista sabe bien que en tal modo está poniendo el pie en un viejo protectorado suyo y sabe bien también que la gestión de estos campos requerirá la contratación de urgencia de una gran cantidad de servicios que complacerán ya sea a los empresarios sin escrúpulos, que al tercer sector y a la criminalidad de estos dos países. Desde los comedores a los almacenes, a la logística, a las cooperativas de la asistencia, etc…. un mar de dinero introducido con modalidades oscuras aumentará la inestabilidad política y las tensiones sociales, el racismo y las contradicciones al interior de una nación ya frágil y expuesta a la corrupción y a una abierta y difusa represión de cada manifestación de oposición de las masas populares.

Se trata de una política volteada a a envolver aún más la clase ultra-corrupta reaccionaria albanesa en miles relaciones no solo económicas y políticas sino sobre todo militares con Italia, con resultados devastantes para los estratos populares y proletarios de ese país.

El acuerdo ya pasó por la Corte Constitucional albanesa que debía examinar el recurso presentado por 30 diputados que cuestionaban su legitimidad, mientras el pasado 24 de enero la Cámara de los Diputados aprobó el diseño de ley de ratificación y ejecución del Protocolo con 155 votos a favor, 115 en contra y dos abstenciones a prueba de las tensiones internas que este pasaje está creando.

Cuando se habla de las iniciativas emprendidas hoy por el imperialismo italiano es necesario también recordar el llamado “Plano Mattei” para África. El Plan fue presentado el 28 y el 29 de enero por el gobierno de Meloni, que organizó en Roma el vértice Italia – África, donde participaron 46 delegaciones internacionales y representantes de la Unión Europea. Se trata de una tentativa de organizar en modo coherente y bajo el control directo del estado diversas actividades qque están en curso desde hace décadas o se están realizando. Ya hoy, solo para poner un ejemplo, Eni, Enel, Snam y Terna, que son las principales sociedades energéticas italianas con participación estatal, están implicadas en diversas actividades en África, basta pensar en la gestión de gasoductos internacionales que unen Argelia a Italia. Se trata sin embargo de la enésima iniciativa tomada por un país caracterizado por una limitada posibilidad de elecciones estratégicas por ser sujeto de la sustancial hegemonía de países como EE.UU, Alemania, Francia y Gran Bretaña y que opera también bajo la continua extorsión de financiamientos europeos como, por ejemplo, aquellos asignados por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR) destinados a interrumpirse en el 2006.

El imperialismo italiano en África hoy apoya sus pies en el pasado colonial y varias implicaciones belicistas con una infinidad de relaciones entretejidas en casi 200 años de historia, a partir del Reino de Italia para pasar después al fascismo y en fin a la República. Por cualquier parte y en cualquier fase que haya operado fueron necesarios imponentes intervenciones en el plano económico para asegurarse una mínima habitabilidad, con enormes costos que recaen sobre todo sobre los estratos populares y proletarios de nuestro país.

África representa hoy un inmenso territorio en el cual convergen los intereses de las principales potencias, devastado por la opresión de tales países y por tanto del capitalismo burocrático y por las varias formas de supervivencia y descomposición del semi-feudalismo. Por esto está destinado a ser uno de los terrenos del choque interimperialista en curso y es inevitable que Italia esté implicada directamente en esto también en el plano militar. El plan Mattei, por otra parte soportado por escasos recursos económicos, representa una tentativa de compararse con los otros principales países y muestra aún una vez más el rostro rimbombante de un imperialismo tan débil como visceralmente belicista destinado, en prospectiva, a interrumpirse desastrosamente.

Italia también se activó particularmente para organizar una intervención militar en el Mar Rojo con Francia y Alemania, con el fin declarado de defender el tráfico marítimo internacional a través del canal de Suez y después el estrecho de Bab el-Mandeb entre Gibuti sobre la costa africana y Yemen en la península arábica. La amenaza estaría representada por la población de los Houthi de Yemen y la misión “Aspides” debería partir el próximo 19 de febrero con Italia que participaría con dos barcos de guerra y aviones de reconocimiento. Como es de notar, los Houthi declararon que su intención no es golpear indiscriminadamente cualquier barco que pase por el estrecho, sino solamente aquellos desde y para Israel, en la tentativa de defender así la población palestina objeto de la criminal agresión en Gaza. Hasta la fecha es en todo caso la intervención sobre el lugar de EE.UU y Gran Bretaña la que ha creado las condiciones de amenaza a la navegación con un estado de guerra para todos los otros barcos y es por esta razón que hoy hay ya diversas compañías que valoran otras vías con un aumento de los tiempos y de los costos significativos.

Por un lado Italia está directamente implicada en la amenaza ya que continúa manteniendo relaciones con Israel en todos los planos, como demuestra, por ejemplo, la iniciativa apenas emprendida por grupos palestinos por los derechos humanos Adalah, Al Mezan, Al-Haq y PCHR, que desconfiaron de la ENI por emprender actividades en las áreas marítimas del Estrecho de Gaza que pertenecen a Palestina.

El pasado 29 de octubre, Israel concedió la licencia de exploración en las aguas adyacentes a Gaza para la explotación de un yacimiento de gas que podría rendir 800 millones de dólares al año, pero Israel, no reconociendo un estado palestino, se considera el titular de los derechos. De frente a este saqueo las asociaciones anuncian a la ENI el riesgo de volverse cómplices en crímenes de guerra, desenmascarando también en este caso las intervenciones “humanitarias” de fachada emprendidas por Italia en estas semanas, con el envío, por ejemplo, de un barco hospital y la recuperación de algunos niños palestinos entre los miles y miles que son masacrados continuamente por el estado de Israel con el cual hace negocios.

No se trata sin embargo tanto de un problema de garantizarse negocios comerciales, como en cambio de forjarse un rol en el choque inter-imperialista en curso. El área geográfica que va desde el Mar Rojo al Golfo Pérsico, pasando por el Cuerno De África, es ya hoy definida “Mediterráneo alargado”. Tal denominación implica que Italia no puede permanecer fuera de esto si quiere tener un rol entre las grandes naciones, siendo el Mediterráneo el mar “nostrum” por excelencia.

El almirante de División Fabio Agostini, del Comando Operativo de Vértice Interfuerzas, declaró en una entrevista a “laragione.eu” que “tendremos seguramente un rol muy activo” y “el uso de la fuerza será absolutamente a defensa de los intereses nacionales y del tráfico mercantil italiano y europeo”.

El ministro de la defensa Guido Crosetto afirmó en una reciente audición que los Houthi representan una amenaza 10 veces más peligrosa que Hamas y que el problema es que mientras el tráfico italiano y europeo es amenazado, hay países como China y Rusia que pueden transitar libremente y por tanto en realidad estamos de frente a una guerra híbrida, “es uno el asunto que va mucho más allá de lo que ocurre en el Mar Rojo”. Por otra parte se agrega que en la reciente visita de Meloni a Tokyo fueron anunciadas prácticas navales comunes y se trata siempre, en estos casos, de simulaciones de contención de China con el control de los estrechos que, por ahora, permiten a este país hacer transitar las mercancías en todo el mundo.

¡La misión en el Mar Rojo representa un acto gravísimo en la dirección de la implicación directa de nuestro país guiado por un gobierno fascista que lo está llevando hacia la guerra abierta!

¡Concentrándose sobre presuntos aspectos de “escasa credibilidad” y definiendo “spot electorales” todas estas iniciativas, se pierde completamente de vista las características específicas del imperialismo italiano, que siempre combinó rimbombantes declaraciones y escenográficas iniciativas con insistentes intervenciones criminales en el plano político, económico y militar, confirmando una característica suya histórica que, una vez más, no es asumida o es subvalorada también por algunos antifascistas de nuestro país, que se detienen en las manifestaciones más externas y superficiales sin mirar a la esencia del fascismo imperialista italiano!

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