Las masas se rebelan en Kenia contra el Estado y el imperialismo yanqui

Imagen de cabecera: trabajadores kenianos protestan por las nuevas medidas antipopulares del gobierno. Fuente: Eurweb.

El día 7 de julio estallaron protestas masivas en Kenia, especialmente en la capital, Nairobi, así como en otras dos ciudades importantes, Mombasa y Kisumu, provocando el cierre de múltiples negocios y siendo dispersadas brutalmente por la policía. Tras la primera jornada de disturbios, hubo más de 20 detenidos según las cifras oficiales dadas por la policía. Estas protestas fueron causadas por la intención del gobierno presidido por Ruto, de subir los impuestos, entre ellos duplicar los impuestos a los combustibles, y aplicar nuevos impuestos a la vivienda para trabajadores asalariados. Un obrero keniano, Wafula, declaraba: “Él [Nota del traductor: El presidente Ruto] nos quiere hacer pagar impuestos del poco dinero que tenemos en nuestros bolsillos. ¿Qué vamos a comer?”.

Estas nuevas protestas ponen de manifiesto una cruda realidad: el pueblo y la clase obrera no pueden confiar en los políticos del capitalismo burocrático. En el caso de Kenia, el Presidente Ruto anunció en septiembre de 2022 que acometería una reforma fiscal para “hacerlo más justo” y dijo que “la carga impositiva debe reflejar la capacidad de pagar”, en referencia a que los ricos debían pagar más. Pero tras estas promesas, la situación pronto se tornó contra la clase obrera y el pueblo de Kenia e inició la lucha de las masas, con grandes protestas en marzo y una brutal represión policial que desató el viejo Estado keniano.

En el caso de Kenia, en 2022 Ruto ya afirmó que la situación económica no era buena. De hecho, Kenia es uno de los países semicoloniales y semifeudales donde la deuda está asfixiando la economía estatal y poniendo en serios aprietos al capitalismo burocrático. Ya escribimos anteriormente al respecto de esta cuestión. Kenia es un país principalmente sometido al imperialismo principalmente yanqui, que constantemente intenta mantener a flote el viejo Estado keniano y marca las decisiones que debe tomar. Muestra de ello es el préstamo de mil millones de dólares que le realizó el Banco Mundial en mayo de este año. Esta institución económica además enfatizó que el préstamo, entre otras cuestiones, comprometía a Kenia a realizar reformas fiscales como diversas subidas de impuestos. En julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también aprobó otro préstamo de mil millones de dólares para Kenia, y de nuevo enfatizó las necesidad de medidas económicas que se debían llevar a cabo en el país africano. Además, mientras se daban enormes muestras de represión en Kenia, el imperialismo yanqui a través de su embajador, felicitaba a Ruto por las reformas llevadas a cabo, afirmando que “dan seguridad a los americanos para invertir en Kenia”. El FMI felicitaban a Ruto por las medidas llevadas a cabo en Kenia, afirmando que ahora Kenia “estaba abierta para los negocios”.

Durante semanas las masas han salido a las calles a protestar, incluso a sabiendas de que su vida peligraba en las protestas. Tras la primera semana de protestas, estas últimas se intensificaron a partir del viernes 14 de julio, cuando se convocaron otros tres días de protesta ante las amenazas de Ruto y de las fuerzas represivas del viejo Estado keniano. De momento los estudios más recientes hablan de un total de 35 asesinados por la policía durante este mes, y más de 300 detenidos sólo la semana pasada que están a la espera de ser juzgados por los altercados con la policía. La brutalidad policial está siendo una norma durante estas semanas de protestas, pero aun así las masas siguen saliendo a la calle, protestan y se enfrentan a la policía. De hecho, las fuerzas represivas muestran grietas y flaqueza ya que se reportan reuniones entre altos mandos policiales que están muy descontentos e incluso temen la situación actual, especialmente falta de fondos y de medios para afrontar las protestas y organización creciente de los manifestantes.

Policía keniano huyendo de un grupo de manifestantes. Fuente: ABC News.

Por otra parte, la oposición parlamentaria a Ruto también se ha visto desbordada por las masas. Convocó las primeras manifestaciones contra el gobierno actual, intentó aprovechar el descontento y que las masas participasen en una iniciativa parlamentaria para deponer el gobierno actual, y trataron de convocar manifestaciones pacíficas. Pero las masas han superado ampliamente estos límites, ignoraron las propuestas y se han enfrentado a la policía. Recientemente el líder de la oposición, Raila Odinga, ha estado ausente de las últimas movilizaciones, y el principal partido de la oposición, Azimio La Umoja, ha decidido cancelar todas las manifestaciones de esta semana excepto la del miércoles 26 de julio.

A pesar de las amenazas o las maniobras de la oposición parlamentaria a Ruto, lo único que han conseguido el imperialismo y el viejo Estado keniano es enfurecer aun más al proletariado y al pueblo de Kenia, en cada manifestación se muestran más combativos y confrontan directamente con las fuerzas represivas estatales.

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