Italia: ¡OPONÉMONOS A LOS INTENTOS DEL PD DE DESACTIVAR LA MOVILIZACIÓN POR PALESTINA!
A continuación compartimos una traducción que hemos recibido de un artículo publicado por Per La Democrazia Popolare.
27 de septiembre, 2025
La Flotilla ha adquirido un significado simbólico a nivel internacional: el de una oposición, aunque pacífica, coherente y decidida en el plano político y diplomático, al Estado genocida de Israel. Este significado y su alcance político no han pasado desapercibidos para el gobierno nazi-sionista de Netanyahu que, en un crescendo de amenazas, intimidaciones e intentos de sabotaje, ha sostenido que la Flotilla está operando al servicio de la resistencia palestina y que, como tal, el Estado de Israel no dudará, si es necesario, en bloquear su navegación recurriendo eventualmente a la fuerza.
Desde el principio se había tenido en cuenta esta posibilidad y muchos, empezando por los portuarios de la USB de Génova, habían declarado: «¡Si Israel detiene la Flotilla, lo bloquearemos todo!». Luego llegó el 22 de septiembre, que dejó entrever que esta indicación no es la habitual propaganda de huelgas generales de los sindicatos de base, inexistentes en la realidad, sino un llamamiento que puede materializarse realmente y, en tal caso, resultar devastador para la casta de gobernantes, los partidos en el poder y los sindicatos confederales, en primer lugar la CGIL. En cuanto a esta última, es difícil no interpretar la falsa huelga del 19 de septiembre como una operación destinada a sabotear la huelga general del 22.
El 22 de septiembre marcó un punto de inflexión en la política italiana: si, por un lado, salieron a la calle sectores de jóvenes, trabajadores y masas populares que hasta ese día no habían participado en las movilizaciones en apoyo al pueblo palestino, por otro lado se respiraba un aire fresco y limpio, como el viento que está atravesando en este mes de septiembre Palestina con su indomable resistencia, pero que también está recorriendo un número creciente de países en todo el mundo, desde Asia hasta África, desde América Latina hasta Centroamérica. Un viento de rebelión y revolución de Nueva Democracia (India, Filipinas, Perú, Turquía) contra el fascismo (véase América Latina a partir de las luchas contra Noboa) y el socialfascismo y el revisionismo (véase Nepal) y contra el imperialismo estadounidense, ruso, chino, etc., que alimentan el capitalismo burocrático en la mayoría de los países oprimidos del mundo. Por eso, el 22 de septiembre ha creado una enorme preocupación en el gobierno fascista, en el PD y en los sindicatos confederales. La Flotilla se está convirtiendo para estos sujetos en una bomba de relojería que hay que desactivar lo antes posible y a toda costa. Por lo tanto, han comenzado las grandes maniobras para hundir el significado simbólico que ha adquirido esta misión, dejando entrever como contrapartida alguna posibilidad de entrega de ayuda humanitaria, gestionada, por otra parte, por los mismos cómplices del Estado israelí. Ha zarpado un buque militar desde Italia que se dirige hacia la Flotilla con el objetivo, según se afirma, de garantizar su seguridad. Está bastante claro que su verdadero objetivo es intentar, en colaboración con el Estado de Israel, mantener a la Flotilla alejada de su destino previsto, haciendo alarde de la mediación del «Patriarcado Latino de Jerusalén» para llevar a cabo la entrega de la ayuda. Ahora, el propio presidente de la República ha intervenido para intentar garantizar un mínimo de autoridad moral a una propuesta que, sin duda, no podía ser presentada por Giorgia Meloni sin ser inmediatamente y ampliamente rechazada.
El PD se alineó inmediatamente en apoyo de esta propuesta y, de este modo, salió a la luz un aspecto de este partido que hasta ahora había permanecido oculto: su función, dentro de la Flotilla, como caballo de Troya para pasivizar y neutralizar la propia misión ondeando la bandera palestina. Los grupos oportunistas que habían aplaudido las huelgas (farsa) de la CGIL del 19 de septiembre, la presencia de parlamentarios del PD entre los miembros de la Flotilla y la «sensibilidad» hacia la causa palestina expresada al menos por una parte de este ignominioso partido, se ven ahora obligados a rendir cuentas y a elegir entre seguir la línea de pacificación de la misión al servicio de los Estados imperialistas (en primer lugar, el italiano) e Israel, o bien optar por la necesidad de llevarla adelante de manera coherente hasta desenmascarar aún más al Estado genocida de Israel y contribuir así a un nuevo avance general de la lucha en apoyo de la resistencia palestina.
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