Volkswagen esclavizó a obreros brasileños durante el régimen militar
Imagen de cabecera: fábrica de Volkswagen en Brasil.
El monopolio imperialista alemán Volkswagen fue condenado por el Tribunal de Trabajo de Pará a pagar una indemnización de R$165 millones de reales. La empresa alemana fue responsable de uno de los mayores casos de trabajo esclavo en Brasil en las décadas recientes.
Los hechos ocurrieron en las décadas de los 70s y los 80s, en el latifundio Vale do Rio Cristalino, en el municipio de Santana do Araguaia, sur de Pará. Esta propiedad pertenecía a Volkswagen entre 1974 y 1986, periodo en el que cientos de obreros fueron llevados a trabajar para limpiar arbustos y formar pastos. AND informa que “más de mil obreros fueron sometidos a condiciones de trabajo degradantes, jornadas exhaustivas, alojamiento insalubre, falta de saneamiento y de agua potable, además de monitorización e intimidación armada por parte de “funcionarios” y empleo tradicional del sistema de servidumbre por deudas, que les impedía salir de la finca.”
Volkswagen contó con la ayuda del régimen militar fascista. El monopolio alemán apoyó proyectos militares en la región, como la Carretera Transamazónica. En un primer momento se descartaron las investigaciones y no hubo acciones legales a pesar de que había numerosas pruebas de los delitos cometidos por Volkswagen. La Comisión Pastoral por la Tierra (CPT) junto con la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) reactivaron el caso judicial en el año 2019. Volkswagen intento evitar las consecuencias judiciales, intentando negociar un acuerdo hasta 2023. En 2024 se presentó formalmente una denuncia contra el monopolio alemán.
Volkswagen ha sido condenada a pagar una indemnización de R$165 millones de reales, a reconocer públicamente su responsabilidad y a ofrecer disculpas a las familias ya la sociedad brasileña por diferentes medios, internet, radio y televisión. La empresa imperialista alemana anunció que apelaría a la decisión. AND explica que “El caso demuestra cómo las grandes empresas imperialistas que se establecieron en el país, lejos de crear relaciones laborales libres, es decir, donde los obrerosestán contratados bajo condiciones capitalistas, han reproducido formas de explotación típicamente precapitalistas de miles de brasileños, especialmente en las zonas rurales.”
