
Avanza la lucha campesina en Colombia
Imagen de cabecera: campesinos de Valencia de Jesús bloquean carreteras. Fuente: Nueva Democracia Colombia.
Nueva Democracia ha publicado recientemente varios artículos sobre movilizaciones campesinas en Valencia de Jesús y en Granizal. En ambos casos numerosas carreteras nacionales han sido bloqueadas. En el caso de Valencia de Jesús los campesinos realizaron bloqueos durante el 19 de julio para exigir soluciones a diversos problemas como “la falta de acceso a agua potable, la ausencia de personal médico permanente en el centro de salud local, las afectaciones a viviendas ocasionadas por la concesionaria Yuma en medio de la construcción de la Ruta del Sol 3, y la principal de todas: el problema de acceso a tierras en el marco de la reforma agraria del gobierno Petro.” Estos problemas son causados por el latifundio. Grandes concentraciones de tierra permanecen en las manos de muy pocos terratenientes y han usado y siguen usando la violencia y los grupos de criminales paramilitares para evitar que el campesinado acceda a su justo derecho de poseer la tierra en la que vive y trabaja.
Los campesinos, hartos de esperar a las instituciones y su impasibilidad, se han organizado, han convocado reuniones y han pasado a la acción. Los campesinos están formando comisiones como por ejemplo de “guardia campesina”, “propaganda”, “logística general del bloqueo”, y “política”.
Tras el inicio del bloqueo llegaron funcionarios estatales, lo que no llevó a que los campesinos desbloquearan las vías hasta que lograron alcanzar algunos acuerdos, entre ellos, según informa Nueva Democracia: “el establecimiento de una mesa de diálogo con la directora del hospital para solucionar el problema de personal médico, agendada para el miércoles 23 de julio y convocar una mesa de diálogo con la Agencia Nacional de Tierras a nivel local y nacional donde se den respuestas frente a la entrega de tierras para la comunidad, asignada para el 30 de julio.”




En el caso de Granizal, 150 campesinos se movilizaron el 15 de julio bloqueando la autopista Medellín-Bogotá, para exigir, entre otras cosas “agua potable (exigencia que las familias tienen desde que se fundó el barrio), mejora y pavimentación de las vías, reconexión del agua cruda (suspendida por la avalancha reciente) y el derecho a la vivienda digna, siendo esta última exigencia la más urgente”. El campesinado se enfrenta también en esta zona a cómo las autoridades estatales ignoran las necesidades del pueblo.
Esta acción y urgencia por la vivienda ocurre un mes después de un deslizamiento de miles de metros cúbicos de tierra que arrasó 50 viviendas y causó la muerte de 27 personas, afectando a 1.600 personas en 16 barrios. El Estado colombiano y las diferentes autoridades municipales han ignorando las necesidades populares hasta que el pueblo se ha movilizado. Quién no ha ignorado las necesidades de los afectados ha sido el propio pueblo, ya que en el mismo día del deslizamiento “cientos de personas se solidarizaron con las familias y llevaron ayudas de diferente tipo como ropa, comida, cobijas, donaciones, entre otras. Activistas populares y personas solidarias realizaron ollas comunitarias y organizaron brigadas de búsqueda de los desaparecidos entre los escombros de las casas, y, además organizaron grupos de trabajo para realizar la limpieza de diferentes zonas, como una parte de la quebrada para que el agua no se siguiera represando.”
