Ecuador: COMUNICADO A LOS ECUATORIANOS Y A LOS ASAMBLEISTAS DE PACHAKUTIK (CONAIE)

A continuación compartimos un comunicado del FDLP-EC.

Traidor que traiciona a traidor, tiene cien años de perdón”

Las declaraciones de Leónidas Iza con relación a la decisión de algunos asambleístas de Pachakutik de pactar con el gobierno de Daniel Noboa reflejan la desesperación del dirigente de la CONAIE por «recuperar» espacios políticos, luego de su torpe y atrevida decisión de participar en el circo electoral.

El problema central no es que Pachakutik y sus representantes políticos en la Asamblea —o en cualquier otra instancia del aparato burocrático del Estado— se alineen con el elemento más reaccionario de la sociedad. El verdadero problema es haberle hecho el juego al sainete democrático sin una comprensión correcta de qué es la democracia, a quién sirve y con qué propósitos.

Pachakutik nos tiene acostumbrados a esos virajes políticos: incendiarios, nacionalistas, en algunos casos más radicales, pero también serviles al imperialismo, a la gran burguesía y a los grandes terratenientes.

Iza, en el comunicado de la CONAIE, califica de “error político” que los asambleístas de Pachakutik se alineen con el gobierno. Para él, se trata simplemente de un “error”, no lo ve como un problema ideológico, sino como un acto circunstancial, un equívoco que, a la final, cualquiera podría cometer. Tampoco lo reconoce como un acuerdo legislativo, sino como “la venta de la dignidad de los pueblos a cambio de cuotas de poder efímero”.

“Y vuelve la burra al trigo”. Iza no entiende. Su limitada comprensión del marxismo y, sobre todo, de Mariátegui, no le permite ver que tener cuotas en la administración de cualquier instancia del viejo Estado no significa tener acceso al poder. No, eso no es así. El poder lo tienen quienes poseen los grandes medios de producción, quienes han diseñado un Estado como instrumento de dominación contra las amplias masas de trabajadores y oprimidos del país.

Pero no solo eso. Habla de “venta de dignidad a cambio de cuotas de poder efímero”; ¿acaso no hizo lo mismo cuando su vanidad pequeña burguesa lo llevó a candidatizarse a la presidencia en el último esperpento electoral? ¿No buscaba, precisamente, eso que él mismo llama “cuota de poder efímero”?

Se atreve a decir que Pachakutik nació como “la voz de los excluidos y un proyecto colectivo… no fuimos creados para apuntalar gobiernos que se sustentan en el marketing…”. Falso. Pachakutik no surge como esa expresión idealizada que él describe. Nació como una forma organizativa impulsada por un grupo de jóvenes que buscaban un instrumento político con fines algo más radicales, sí, pero que rápidamente fue cooptado por los oportunistas, la institucionalidad y adaptada a la dinámica política del capitalismo burocrático.

Iza es la clara expresión del oportunismo más solapado y vil que existe. Al final, todos sabemos cómo operan el clientelismo político, la debilidad ideológica y el nivel de descaro que caracteriza a Pachakutik. Larga es la lista de miserables que se han vendido, no por “cuotas de poder”, como dice Iza, sino literalmente por un “plato de lentejas”. Sus sueños de “perro flaco” lo llevaron a verso con la banda presidencia y declarando el mentado “mi Poder en la Constitución”.

Sin embargo, lo de Iza —como continuador de Auki Tituaña, Vargas, Luis Macas, Blanca Chancoso, Nina Pacari, Quishpe y otros tantos que hoy son parte del retiro de la historia— es aún más perverso, más miserable. ¿Por qué? Porque estos personajes levantan su tarima política sobre las luchas de los pueblos, sobre los levantamientos populares, sobre los cientos de muertos, desaparecidos, mutilados, encarcelados y perseguidos. Por eso son más rastreros.

A la final, sin ser menos despreciables, los “otros” son como cucarachas que andan de rincón en rincón buscando las migajas que regurgita la gran burguesía, los grandes terratenientes y el imperialismo. “ Traidor que traiciona a traidor, tiene cien años de perdón ” parecería ser la máxima que se aplica a las declaraciones de Iza y de la dirigencia de la CONAIE.

Iza debe entenderlo: desmovilizó al pueblo en las urnas; vendió las luchas de las grandes mayorías que creyeron en los bienintencionados propósitos de combatir a los regímenes de toda laya que, durante décadas, han hecho hasta lo imposible por explotar y oprimir aún más a nuestro pueblo. Iza, con su fatua pretensión electorera, entregó la movilización de las masas en “bandeja de plata” al fascismo de Noboa, a los Estados Unidos, a Israel y a todos aquellos que afilan sus largos cuchillos para seguir descuartizando la economía popular y la dignidad de nuestros pueblos.

Si Iza habla de dignidad, debe salir a reconocer que se equivocó, que su aventura electoral fue una traición a los intereses, no solo del movimiento indígena y campesino, sino de todas las masas explotadas del país. Porque, desgraciadamente, por la falta de propuesta del elemento consciente de la clase y del pueblo, el movimiento indígena fue —hasta hace pocos meses— el estamento organizativo que convocaba y se colocaba al frente de la lucha popular. No sostenemos que eso sea lo correcto, pero ese era el escenario real. Y hay que decirlo claramente: quienes deben, necesariamente, ponerse al frente —en términos ideológicos y estratégicos— de las luchas de la clase y del pueblo, es, definitivamente, el proletariado.

La fuerza fundamental para la transformación revolucionaria de la sociedad es el proletariado; porque otorga la conducción ideológica del proceso; la fuerza principal: el campesinado. Eso es todo.

Señor Iza, su desesperado llamado a no confrontar, sino “a la conciencia, a reconstruir la esperanza sobre la verdad”, lo deja aún más mal parado de lo que ya está. No se concilia con los traidores, con los desertores: se los aplasta. Pero, como están en su misma parcela, podemos entender su llamado.

Nos corresponde insistir en lo que hemos venido diciendo en nuestros últimos pronunciamientos: no debemos creer en curacas, caudillos ni gamonales con pies de barro. Debemos, perentoriamente, reconstituir el movimiento sindical del país, pero también la organización indígena, campesina y popular. No para que estén al servicio del viejo Estado, de su andamiaje burocrático y del imperialismo, sino para cumplir con lo que todo hombre y mujer consecuente con las aspiraciones más profundas de las amplias mayorías reivindica desde el dolor, la explotación y la rebeldía.

¡ORGANIZAR, COMBATIR Y RESISTIR!

¡A COMBATIR AL OPORTUNISMO Y AL REVISIONISMO!

¡A COMBATIR AL RÉGIMEN FASCISTA DE NOBOA!

Previous post Colombia – Lideresa campesina: “Nosotros recuperamos lo que nos pertenecía, el invasor es otro.”
Next post A Nova Democracia: el PKK anuncia su disolución siguiendo el llamamiento capitulacionista de Ocalan