Nueva ola de ataques a campesinos en Brasil
Desde el 23 de febrero campamentos campesinos y Tierras indígenas sufren una nueva ola de ataques a manos de pistoleros a sueldo del latifundio y Policías Militares (PM) que muestra la violencia reaccionaria a los pobres del campo.
Los ataques han ocurrido en varias zonas de Brasil. Por ejemplo, en Tocatins la Policía Militar desalojó, el 23 de febrero sin orden judicial, a las familias campesinas del Campamento Santa María, en el municipio de Nova Olinda. “Las familias habían ocupado las tierras el día anterior, después de 11 años de vivir en un campamento frente a la zona, un terreno público de la Unión reclamado por los campesinos.”, declara A Nova Democracia. La Comisión Pastoral de la Tierra ha denunciado la detención arbitraria de 16 campesinos durante la operación.
Ese mismo día pistoleros atacaron el campamento Pakurity, en Dourados (Mato Grosso do Sul) y el Campamento Egídio Bruneto organizado por los Trabajadores Sin Tierra en Bahia. En ambos casos la violencia de los pistoleros llegaron a incendiar barracas de los campesinos.
Ayer reportamos sobre otro ataque al Campamento Vida Nova, en Minas Gerais, ocurrido el 9 de febrero.
Desde principios de año, AND ha denunciado brutales ataques de pistoleros y policías contra el pueblo indígena Avá-Guaraní en el oeste de Paraná, ejecuciones de campesinos en la región de Amacro (zona fronteriza entre Amazonas, Acre y Rondônia), el desalojo de 135 familias en el campamento Marielle Franco en Piauí y otros casos de pistoleros contra campesinos, indígenas y quilombolas.
Tal y como denuncia la Comisión Pastoral de la Tierra, solo en los 6 primeros meses de 2024 hubo 1.056 conflictos agrarios, y todo indica que esta tendencia continuará, lo que indica el grado en el que la lucha en el campo brasileño se encuentra. Esta batallas crecen donde el latifundio más se está expandiendo: en el Amazonas, en la frontera entre Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahia (coloquialmente Matopiba) y Amacro.
A su vez, crece la resistencia campesina para luchar contra la violencia del latifundio. La Liga de los Campesinos Pobres reiteró en 2024 su comunicado lanzado en 2023, donde llamó a los campesinos a defenderse armados.