Estado español – Lecciones de Carabanchel: ¡Defender la vivienda con puñetazos y patadas!

A continuación compartimos un artículo publicado por Servir al Pueblo. Los hechos descritos ocurrieron en Carabanchel, barrio obrero del sur de la ciudad de Madrid.

Ayer supimos que, en Carabanchel, vecinos que se encuentran en situación de okupación se armaron de valor para expulsar a las cuadrillas fascistas de Desokupa [Nota del editor: compañía de matones paramilitares fascistas armadas usados por las compañías inmobiliarias y los bancos para expulsar a los vecinos de sus casas y para acosar al movimiento por la vivienda] con cinturones y utensilios domésticos. Tanto la empresa (Desokupa) como la inmobiliaria sufrieron una profunda humillación.

La noticia trae regocijo a los obreros hartos de ver cómo esta panda de matones que realizan el trabajo sucio del trabajo policial. Empresas como Desokupa son tropas de choque del capital financiero, y forman parte del plan de militarización del Estado español. No es extraño ver el compadreo con la policía porque, de facto, su papel es el de fuerzas auxiliares de la policía.

La táctica defensiva de los vecinos representa cómo el proletariado recurre a los principios de la guerra guerrillas de manera instintiva. Superan numéricamente al enemigo y se lanzan a puñetazos y patadas contra matones que son más fuertes y están mejor armados, pero son pocos, y el proletariado es mucho más numeroso. No es que se trate de una guerrilla, por supuesto, pero las tácticas son representativas de esta forma de lucha. Combatir cuando se tiene ventaja numérica, y demostrando que lo que importan no son las armas, sino las personas.

Ahora que los vecinos han expulsado a los invasores, la burguesía no puede evitar sentir algo de miedo y difama: “son pandilleros” y “okupan pisos de lujo”, haciendo especial hincapié en la nacionalidad de los vecinos. ¡Lancen a estos “periodistas” en medio de Carabanchel sin recursos ni vivienda! Veremos si les importa que las viviendas vacías sean más o menos lujosas. Precisamente, estas viviendas de lujo están vacías para la especulación financiera.

Al contrario que los vendehumos y oportunistas de todo tipo, las masas no rechazan la violencia. Hay miles de luchas que lo demuestran, y esta lucha también lo confirma. Ante estas situaciones, los revolucionarios deben preguntarse qué camino seguir. El camino de elevar la combatividad y exaltar la necesidad de la violencia revolucionaria, ligándose cada vez más a “lo hondo y profundo” del imperialismo como diría Lenin, o el camino de la acumulación de fuerzas pacíficas y ligándose a la aristocracia obrera, cada vez más alejado del verdadero corazón de las masas. De la expulsión de Desokupa de Carabanchel deben sacarse algunas lecciones.

Los revolucionarios luchamos con razón, ventaja y límite. Establecemos cuál es la victoria que podemos obtener, y cuál es el coste que estamos dispuestos a asumir. Podemos parar un desahucio temporalmente, pero el Estado enviará refuerzos y terminará por ejecutarlo. Solo el Nuevo Poder podrá convertir en permanente lo temporal. De nuevo, los revolucionarios deben sacar lecciones. Si quieren hacer llegar esta posición a las masas, los revolucionarios no tendrán otro camino que vivir con las masas, trabajar con las masas, y luchar con las masas.

Previous post Brasil: atentado contra el MST demuestra la urgencia de la autodefensa campesina
Next post Brasil: terratenientes usan drones con pesticidas para envenenar campesinos en Maranhão