Dinamarca: Sobre los resultados electorales
Publicamos una traducción no oficial del artículo de Roede Fane.
La noche del lunes se contaron todos los votos para las elecciones a la UE imperialista. Después de haber desperdiciado intensos recursos en la obtención de votos para crear un mayor apoyo a la mentira de la democracia burguesa, los representantes de la burguesía se encontraron con una gran decepción. La participación de votantes en las elecciones al Parlamento Europeo de este año ha disminuido significativamente desde las elecciones de 2019, que también registraron una participación electoral récord del 66,08% (que sigue siendo poco menos de 2/3 de los votantes).
La participación en estas elecciones fue del 58,2 por ciento, lo que representa una caída de casi el 8 por ciento en comparación con las elecciones de 2019. Además, el 2,1 por ciento de los votos fueron votos en blanco o nulos, lo que también es un récord. Esto significa que de la población votante, sólo el 56,1% votó por algún partido burgués. Esto a pesar de una campaña más masiva e intensa de lo habitual por parte de los partidos y la prensa burgueses para conseguir que la gente votara.
Además, los partidos en el gobierno en particular: los socialdemócratas, los liberales y los moderados han experimentado un enorme declive general. Sólo han conseguido obtener aproximadamente el 36% de los votos, lo que supone una caída de más del 14% de los sufragios en comparación con las elecciones parlamentarias de 2022, en las que el «gobierno mayoritario» se formó entre los mismos partidos. En ese momento, juntos obtuvieron más del 50 por ciento de los votos. Esto ha enviado al gobierno actual a su crisis más profunda hasta el momento.
Las elecciones al PE a menudo han funcionado para la clase dominante y sus representantes como elecciones de mitad de período, y los votantes ahora revelan de muchas maneras cómo las masas desprecian al gobierno actual en particular y a la dictadura de la burguesía en general. Esto fue, entre otras cosas, caracterizado por el hecho de que el partido de la Primera Ministra Mette Frederiksen, los Socialdemócratas, tuvo las peores elecciones en más de 120 años. Se trata de una enorme bofetada al autoproclamado «partido de todo Dinamarca».
Las elecciones también revelan el desprecio de las masas por el imperialismo y la UE, como la unión de los imperialistas con un enorme declive respecto al año pasado. La prensa burguesa intenta trivializar este declive con muchas explicaciones, pero la única explicación que nunca dan es cómo los imperialistas en Dinamarca desde 2019 han eliminado, derechos, uno tras otro, de la clase obrera y del pueblo, cómo siguen tratando de tonto al pueblo, y cómo el imperialismo danés ha continuado su marcha frenética en el mundo y se ha beneficiado enormemente del genocidio y el saqueo de las naciones oprimidas, como Palestina.
Así vemos un progreso en la conciencia de las masas y un rechazo al imperialismo. Este rechazo ha crecido especialmente con la solidaridad con la Heroica Resistencia del pueblo palestino, contra la cual el imperialismo y el Estado danés se han revelado especialmente como la dictadura de la burguesía.
La actitud proletaria hacia la UE es bastante clara. Condenamos y luchamos contra la UE. Hacemos esto porque va en contra de los intereses de nuestra clase y porque sólo crea más explotación y lleva a que nos quiten nuevamente los derechos que tanto nos costó ganar. Esto en sí mismo conduce a la intensificación de la lucha de clases, pero no puede usarse como excusa para votar por la UE y traicionar así los intereses del proletariado y del pueblo. En lugar de ello, debemos levantar el mayor movimiento posible contra la UE sobre una base de principios justa y correcta, que no sirva para defender al Estado danés, sino para destruirlo. Este movimiento debe movilizar al pueblo para boicotear todos los posibles «referendums» con los que la burguesía intentará legitimar la UE y la la participación de Dinamarca. Tal movimiento es lo que realmente más temen, como lo demuestran las innumerables veces que los políticos aquí en nuestro país han afirmado que lo decisivo no es a quién vota, sino que vote.
Creemos que boicotear las elecciones y los sondeos de la burguesía es la mejor y más eficaz manera de crear conciencia, despertar y politizar a las masas, combatir las ilusiones democráticas que todavía existen entre ellas y, en general, hacer avanzar nuestra causa. Precisamente en lo que respecta a los referendums de la UE, ha habido un proceso con una lección magistral en la dictadura de la burguesía, en su poder y en su llamada democracia. ¡Una lección que acaba de demostrar que no podemos votar para salir de la UE! Aquí pensamos, por supuesto, en el “No” del 2 de junio de 1992, que, a través del Acuerdo de Edimburgo y sus cuatro falsas excepciones, además de la manipulación que lo acompaña, las campañas de miedo, las amenazas de despidos, el desempleo masivo y el aislamiento internacional, se convirtió en un “Sí” el 18 de mayo de 1993, seguido de repetidas ráfagas de disparos de la policía directamente contra los manifestantes que protestaban contra el voto “Sí”.
El 18 de mayo de 1993 revela, en blanco y negro, que no se nos permitió decidir si queríamos unirnos a la UE mediante referendums. Por lo tanto, también es ingenuo creer que de alguna manera podemos salir de la UE mediante nuestras propias votaciones. Por tanto, entre otras cosas, el proyecto sobre el «movimiento popular contra la UE» y su participación en las elecciones estaba condenado al fracaso desde el principio.
Para la burguesía las elecciones y las encuestas son extremadamente importantes. El líder del Partido Comunista del Perú, el Presidente Gonzalo, lo dice muy claramente: «Así, las elecciones son el método habitual para renovar los gobiernos de las dictaduras burguesas de las sociedades capitalistas, incluidas las más democráticas imaginables, son el medio para habitualmente utilizan en su operación política para preservar y desarrollar el capitalismo’. Las elecciones y los sondeos sirven para legitimar y justificar su dictadura. Son su máscara democrática y es ésta la que debemos arrancar para revelarla y desarrollar un movimiento revolucionario. No debemos arrastrar a las masas al cretinismo parlamentaria, sino por el contrario, dejar claro que el Estado no se puede cambiar con una votación y que lo que cambia de manos a través de las elecciones no es el poder del Estado, sino sólo el poder del gobierno. Sin embargo, esto no significa que debamos ser pasivos en las elecciones y las encuestas, al contrario, debemos utilizarlas para la agitación y la propaganda, de acuerdo con lo que presentó Lenin.
En consecuencia, las fuerzas subjetivas también han ganado, y varias organizaciones han optado por boicotear la farsa electoral desde una perspectiva antiimperialista. Las fuerzas revolucionarias también han ganado terreno en el país con una intensa campaña de boicot electoral, que se ha desarrollado en varias ciudades:
En Aalborg, en una manifestación palestina en solidaridad con Rafah, se repartieron volantes y se pronunciaron discursos que condenaban a la UE como una unión de imperialistas y que agitaban a favor de un boicot a las próximas elecciones al Parlamento Europeo.
La manifestación también se movilizó para una próxima noche de cine sobre la lucha de liberación nacional en Aalborg el 19 de junio en el Café 1000 Fryd.
«Frente a un colegio electoral colgaban pancartas con los lemas «¡La UE es la unión de los imperialistas!» y «¡Boicotear las elecciones!”
En Copenhague se han distribuido varios panfletos en el marco de la campaña internacional de boicot electoral.
También se han colocado varios carteles de boicot en barrios proletarios y lugares céntricos de Copenhague. En otros países se han colocado carteles similares en varios idiomas.
En el barrio proletario de Mjølnerparken se creó un dazibao contra las elecciones al Parlamento Europeo.
Además, varios carteles electorales de partidos burgueses informan haber sido saboteados con pegatinas y otro tipo de propaganda.
En las paredes de los barrios proletarios también se han pintado pintas pidiendo el boicot electoral.
